El arquitecto Daniel Matías sabía que el interés por Constanza iría en aumento con los años. Por aquella época, hace más de dos décadas, los familiares y amigos que lo visitaban tenían que hospedarse en su casa, pues no existían hoteles en la zona. Al observar el cerro que quedaba justo detrás de su propiedad, comprendió que era el espacio ideal para construir cabañas. 

Así surgió Altocerro, una de las mejores opciones actuales de hospedaje de Constanza. Lo que en un principio fueron unas pocas villas, hoy se ha convertido en un proyecto de 68 habitaciones, distribuidas en ocho habitaciones de hotel, seis suites, 10 villas de un dormitorio, 13 de dos dormitorios y seis de tres dormitorios. En este encantador lugar funciona un centro de convenciones, con capacidad para 300 personas, perfecto para seminarios, bodas, cenas de gala, talleres, retiros espirituales y otros eventos.

Posee, además, un área de camping dotada de un kiosco principal con capacidad para 150 personas, área de BBQ, baños con duchas, zipline y billar, entre otras amenidades. Su restaurante especializado en comida tradicional dominicana y su minimarket cumplen con las expectativas. Y al ser un hotel “pet friendly”, los huéspedes con mascotas lo ven como el sitio ideal para traer a los consentidos de la casa.

Comodidad y excelentes atenciones

La empresa familiar que constituye Altocerro, Villas, Hotel & Camping ha dado sus frutos desde su inauguración en 1996. Parte de esa sensación de parecer que estamos en familia viene por el empeño de trabajar en equipo que ponen los Matías Meléndez, encabezados por el arquitecto Matías. Los clientes se marchan satisfechos y con ganas de regresar, y una prueba de ello es el “Certificado a la Excelencia” que por segundo año consecutivo TripAdvisor le ha otorgado al establecimiento por el esmerado servicio de calidad.

Además de cómodas camas, los huéspedes disponen de baño completo, balcón, TV por cable, teléfono, servicio de habitaciones, WIFI gratis en la recepción, conserjería las 24 horas y planta eléctrica para casos de emergencia. Aparte de esas características, a las suites se les suman una sala y nevera ejecutiva. El maravilloso entorno natural de la montaña y la acogedora infraestructura del hotel hacen que hospedarse en Altocerro sea una experiencia mágica, diseñada especialmente para desconectar y relajarse.

Cocina “Km 0”

Comprometidos con la dominicanidad, en Altocerro se han propuesto ofrecer una gastronomía “kilómetro cero”, que supone tratar de utilizar, en la medida de lo posible, la mayor cantidad de productos de la zona y de su propio huerto, con un criterio basado en la sostenibilidad. El menú del restaurante, especializado en cocina criolla e internacional, también tiene como propósito recuperar platos  tradicionales dominicanos, entre ellos asopado, mondongo, conejo al vino y ovejo al romero. Cuenta con dos amplias terrazas con magníficas vistas al valle y abre todos los días de 8:00 a. m. a 10:00 p. m. Para hacer la vida de los huéspedes más cómoda, el complejo tiene un muy bien surtido minimarket que oferta enlatados, picaderas, snacks, bebidas nacionales y extranjeras y productos de aseo personal.

Este visionario complejo, desarrollado en más de 50.000 m2 a 1.100 m.s.n.m., es una contribución al turismo ecológico que tanto auge ha cobrado en República Dominicana en los últimos años. En esta área del municipio fue el primero en promover parapente, paintball y hiking, actividades de gran interés entre los jóvenes. Los amantes de la naturaleza, los deportes y la salud consideran a Altocerro un oasis que sirve como punto de partida para explorar la rica zona de Constanza.