Amigos visitantes de la OEA :

«Hay un país en el mundo

colocado en el mismo trayecto del sol. Oriundo de la noche.

Colocado en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol.

Sencillamente liviano, como un ala de murciélago apoyado en la brisa. Sencillamente claro, como el rastro del beso en las solteronas antiguas

o el día en los tejados.

Sencillamente frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo sencillamente tórrido y pateado

como una adolescente en las caderas.

Sencillamente triste y oprimido.

Sencillamente agreste y despoblado»

Es un país libre y soberano, al que le quieren negar el derecho de defender su territorio, de regular sus visitantes, de administrar sus recursos para sus ciudadanos. 

Es un país al que no le reconocen su solidaridad, la acogida amistosa que da a sus visitantes. A quien le quieren endosar una deuda moral, política, económica, histórica y por sobre todo, humana, que corresponde a otros países más grandes, desarrollados, ricos y capaces. 

Es un país que ha sido no solamente solidario y generoso, sino también entregado a la causa del más necesitado. 

Es un país pobre que ha sabido dar de lo poco que tiene al hermano más pobre. Y sin embargo, se le tilda de egoísta, racista, abusador….. 

Hay un país en el mundo que les recibe con los brazos abiertos y ondeando orgulloso su bandera tricolor. La única bandera en el mundo donde queda evidenciado nuestro apego a la Palabra de Dios, nuestro deseo de paz y nuestro norte de tres luces: Dios, Patria y Libertad. 

Bienvenidos a la República Dominicana!