El 18 de diciembre del  2014 es una fecha para recordar, Barack Obama  y Raúl Castro, presidentes de Estados Unidos y Cuba anunciaron la disposición de normalizar sus relaciones diplomáticas  después de más de medio siglo de bloqueo económico y comercial  de la mayor potencia del mundo al país caribeño.

 Este paso positivo en la relación bilateral conlleva una serie de cambios -entre otros, de orden económico-, siendo nuestro deseo que el mismo repercuta en el desarrollo y crecimiento del hermano pueblo cubano

Han sido muchas las opiniones en torno al impacto que esta iniciativa tendrá en el área de comercio y por supuesto en el turismo en República Dominicana. Particularmente creo, que en  lo relacionado al turismo nuestro país ha estado trabajando sobre bases firmes a fin de mantener un crecimiento continuo en el flujo de turistas, evidenciándose una vez más en el informe publicado por el Banco Central en el que señala que República Dominicana durante el año 2014 alcanzó la cifra récord de 5.141.377 pasajeros no residentes, al arribar 451.607 visitantes adicionales, equivalente a una tasa de variación de 9.6% con respecto al año 2013. 

Hemos seguido de cerca el avance que ha experimentado Cuba en el turismo desde los años 90 y -aún con su realidad- este país recibió cerca de 3 millones de turistas en el 2013, convirtiéndose el turismo en la segunda actividad económica que aporta más divisa al país, creando ésta las bases de infraestructura habitacional, de tal forma que ya dispone de aproximadamente 60.000 habitaciones, teniendo nosotros una disponibilidad de 70 mil aproximadamente, coincidiendo ambos países con algunas de las cadenas hoteleras.

Es importante tener presente que América del Norte es el principal mercado emisor de turistas en nuestro país ya que tan solo en el 2014 se recibieron 2.573.409 visitantes, de los cuales 1.829.455 provienen de Estados Unidos, 712.245 proceden desde Canadá y 31.709 desde México, representando esto un 57% del total, seguido de Europa con 1.138.194 turistas, con una participación de 25.5%, destacándose la afluencia de pasajeros desde Alemania (230.318), entre otros. En la actualidad el mayor flujo de visitantes a Cuba lo representa Canadá y Alemania. Si ponderamos esto, vemos que ambos países coinciden en dos mercados emisores, por lo que la apertura de Estados Unidos colocará a los cubanos en un sitial favorablemente distinto, tomando en cuenta que las costas del Sur de la Florida distan tan solo a 90 millas náuticas de la isla, convirtiéndose en el destino más cercano al Caribe para el turista estadounidense.

Cuba ha sido competencia nuestra y lo seguirá siendo, lo importante es conocer las fortalezas y debilidades frente a nuestro competidor y trabajar en ellas. Hay muchos factores a tener en cuenta a la hora de elaborar estrategias pues ambas naciones tenemos puntos en común: poseemos vocación turística y ofertas muy similares, tanto habitacional, de naturaleza
y cultural.

Otro aspecto a considerar frente a nosotros es que la isla de Cuba es 2.28 veces más grande que República Dominicana y no comparte territorio con ningún otro país ni cultura, pero el momento dirá el componente diferencial que nos distingue y encanta.

Nos alegramos que se hayan dado los pasos iniciales a la apertura en Cuba. Sabemos que los resultados de esta iniciativa no se verán de inmediato, pues tal como nos lo muestra la historia, los países que sufren cambios drásticos en sus sistemas políticos, económicos
y culturales tardan un tiempo en ver los efectos esperados, tal y como sucedió en Europa del Este, por lo que creo que podemos sin prisas ni pausas replantearnos en el desarrollo de nuevas estrategias de captación para ser un digno competidor.

Es necesario trabajar más a fin de contender en el mejor de los terrenos, considerando el inminente repunte del turismo de Cuba como una oportunidad de seguir creciendo en ofertas y calidad del servicio, innovando y diversificando las mismas, fortaleciendo el turismo de sol y playa, pero desarrollando a gran escala el turismo ecológico, cultural y de salud y capacitando cada vez más los actores que inciden directamente en el servicio a los turistas

Este evento más que una amenaza debemos verlo como una oportunidad, una cita obligada donde dejando los intereses particulares,  deben converger aunando esfuerzos, el sector gubernamental y privado… el momento idóneo para que cada uno de nosotros como ciudadanos dominicanos nos convirtamos en orgullosos embajadores de nuestro país.

Entonces que creen ustedes: ¿debemos vivir preocupados por la incidencia de esta apertura al turismo dominicano? o ¿debemos trabajar para mejorar nuestro país en todas las áreas haciéndolo cada vez más atractivo como destino turístico?

Dejamos la respuesta en el tintero!!