Más allá de una tendencia de fitness, hacer ejercicios en el agua ofrece múltiples beneficios, ya que obtenemos el máximo rendimiento con un aparente mínimo esfuerzo. Entre esas disciplinas se encuentra el aquaspinning o aquacycling, que consiste, como su nombre lo indica, en trasladar una clase de spinning (pedalear en una bicicleta estática al ritmo de la música) al agua de la piscina. Esta modalidad incorpora también elementos de aquagym, para un trabajo completo de todo el cuerpo, no solo de las piernas.

Su inventor, un fisioterapeuta italiano, lo ideó a principios de los 90 con el propósito inicial de usarlo para la rehabilitación de la rodilla, pero rápidamente se convirtió en una actividad colectiva de fitnessacuático que cobró auge en Italia y Francia, y poco a poco está ganando adeptos en numerosos países.

Debido a las propiedades del agua, es una disciplina que todo el mundo puede practicar, desde deportistas confirmados hasta personas menos entrenadas y de cualquier edad, ya que cuanta más velocidad, más resistencia del agua y más esfuerzo. El practicante puede dosificar la intensidad de la sesión en dependencia de sus capacidades.

El aquaspinning es perfecto para personas con exceso de peso. Debido al principio de Arquímedes, el cuerpo pesa menos en el agua, lo que permite a estas personas moverse más fácilmente. El agua tiene también un efecto masaje/drenante que favorece la pérdida de volumen y mejora el tono de la piel. Quienes han sufrido lesiones, también se benefician, pues se trata de una actividad sin impactos.

El tiempo ideal para una sesión de aquaspinning es de unos 45 minutos, divididos en tres fases: calentamiento, ejercicio y vuelta a la calma/estiramientos. La frecuencia recomendable es dos o tres veces por semana para notar efectos, pero no hay límite, se puede practicar todos los días. La bicicleta estática que se emplea es algo más ligera que la tradicional, debido a que así es más fácil sacarla de la piscina si es necesario. Lo más importante es que sea de acero inoxidable AISI 316L, de calidad marina con tratamiento anticorrosión y con mecanismo de resistencia adaptado al medio acuático.

Beneficios para la salud física y mental

Hablamos de una actividad fitness perfecta para trabajar cardio, quemar calorías y tonificar abdominales, dorsales, pectorales y brazos, además de –y sobre todo– piernas y glúteos. Al tiempo que se muscula, se desarrollan capacidades como la fuerza, la coordinación y el control postural. Es considerado por muchos el mejor ejercicio para combatir la celulitis, al aumentar la oxigenación y estimular la circulación. Otra de sus grandes ventajas es que el aquabike es dinámico y divertido.

Lesiones de rodilla

Curiosamente, el fisioterapeuta que lo inventó buscaba tratar lesiones de rodilla. Está comprobado que esta actividad es ideal para las lesiones de ligamento, que necesitan de la movilización de la articulación de la rodilla. Fortalece la musculatura sin riesgos, ya que la tensión sobre la articulación es mucho menor en el agua que en el medio terrestre al no tener que soportar el peso del cuerpo.

En general, el aquaspinning permite practicar un trabajo de fuerza sin impacto, que beneficia a aquellas personas que no pueden cargar mucho peso en sus articulaciones por riesgo de lesiones, personas con una obesidad severa o con problemas articulares, personas con artritis y osteoporosis con riesgo de caídas/fracturas.

Gracias a las propiedades del medio acuático (hipogravidez –flotación acuática–, presión hidrostática y resistencia al movimiento), el riesgo de lesión  se reduce, porque al mermar el impacto, también disminuye en las tensiones sobre las articulaciones, aumenta la capacidad ventilatoria y mejora del retorno venoso. Además, el riesgo de caída es casi nulo en este medio. Es importante recordar la necesidad de estar bien hidratado. El agua nos proporciona una sensación de bienestar y frescor para afrontar mejor la actividad física, pero no nos olvidemos de beberla con regularidad.

 

Delphine Giraud

development manager Waterform