La Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (ASONAHORES) reiteró su petición para que el Proyecto de Ley que modifica la ley 158 de fomento al desarrollo turístico incluya a todo el territorio nacional, y afirma que los estímulos al turismo son un buen negocio para el país y el gobierno, que recibió US$20 por cada dólar desgravado a este sector productivo en los años 2008-2012.

La organización advirtió que las políticas de incentivo son herramientas obligadas para competir por atraer las inversiones porque los países que nos disputan los mercados tienen una agresiva actitud en este campo que República Dominicana no debe ignorar si quiere ser competitiva y atraer capital internacional.

Aseguró que una de las inversiones más productivas realizadas por el gobierno en el período 1972-2012 han sido los incentivos al desarrollo del turismo y puso como ejemplo que en los últimos ocho años los estímulos fiscales suman alrededor US$240 millones, pero en ese período los ingresos por turismo han alcanzado 21,325 millones de dólares, que representan más del 50% de las exportaciones de bienes y servicios durante el período 2008-2012.

ASONAHORES llama la atención al hecho de que los incentivos aprobados no habrían ingresado al Estado porque la mayor parte de estos proyectos de inversión no se habrían realizado si no existieran los estímulos fiscales que se han creado principalmente para corregir las distorsiones de la estructura fiscal, y asegurar un mínimo de rentabilidad y capacidad para competir internacionalmente.

Además, destaca, la última cifra oficial publicada correspondiente a 2011 indica que apenas el 1.2% de los incentivos fiscales que se otorgan fueron al turismo; pero más importante aún es señalar que a pesar de los estímulos, alrededor del 23% de la factura turística va al Estado, es decir que en el período 2008-2012 recibió US$4500 millones, que significan más de 20 dólares en ingresos por cada dólar de incentivos lo cual es un “excelente negocio para el país”; y preguntó si el Gobierno hubiera hecho algo mejor cobrando esos impuestos.

“Por la agresiva competencia entre los países por atraer flujos capitales, las políticas de incentivos y facilitación de las inversiones han dejado de ser una opción para convertirse en esquemas obligados. El Gobierno que quiera inversiones en turismo tiene que competir por ella y los incentivos son parte del juego”,  afirma ASONAHORES.

ASONAHORES advierte que no tiene sentido mantener una política de estímulos al turismo excluyente, porque este enfoque ha estado vigente en los últimos 12 años sin producir los resultados esperados, y pide que se explique cuál es el beneficio que obtendrá el país limitando la capacidad de expansión del turismo en determinadas regiones. “Ya esto se hizo con Puerto Plata y si estamos viendo los resultados negativos, no debemos insistir y repetir el error”.