No es posible visitar Barahona, en el suroeste dominicano, y no llegarse por Casa Bonita Tropical Lodge. Una vez allí habrá que obedecer los sentidos y dejarse atrapar por esa especie de mágica euforia que nos invade cuando pisamos la tierra de los sueños.

La experiencia de alojarse en este exquisito hotel boutique y ser parte de la naturaleza en un ambiente rústico y placentero perdurará por siempre en el archivo de los grandes recuerdos que cada ser humano atesora.

Aquí el visitante se lleva por premio impresionantes vistas del Mar Caribe y de la frondosa vegetación de la Sierra de Bahoruco. Los arroyos y riachuelos que serpentean por el paisaje pródigo parecen acabados de hacer y la brisa fresca de la playa invita a vivir la aventura a plenitud. Bienestar y salud son dos de las recompensas de la estadía en Casa Bonita, ubicada en lo alto de una colina y con 12 habitaciones que disponen de balcones individuales.

Casa Bonita representa el lugar de hospedaje y gastronomía de mayor reputación en toda la región sur, categoría que se eleva al formar parte del portafolio de Small Luxury Hotels of the World, la marca de hoteles de lujo de mayor prestigio en el mundo. El pequeño hotel fue merecedor del Fodor’s Choice, distinción que otorga la guía Fodors, utilizada por el mercado afluente norteamericano.

El uso de madera, piedra coralina, tablas de palma y techos de cana se mezclan con elementos modernos que delatan lujo y confort. La oferta gastronómica del restaurante emplea ingredientes de Pat’s Organic Garden, huerto orgánico de Casa Bonita donde se cosechan vegetales, hierbas aromáticas y frutas de temporada. El menú especializado incluye productos de la tierra y del mar, además del pan artesanal hecho en casa que los visitantes siempre agradecen. El bar, situado en frente de la piscina Infinity, ofrece además de las internacionales, bebidas exclusivas de la casa.

Para provocar bienestar y armonía existe Tanama Eco Spa, un centro que juega con los maravillosos elementos de la región para transportar al huésped a un trance de texturas y aromas, en un pabellón donde el silencio se rompe con el paso del río. Los tratamientos están basados en productos y esencias orgánicas, entre las que se destaca el café. El larimar, piedra que sólo se encuentra en Barahona, está presente en los rituales del Spa. Otro pabellón, escondido entre la rica foresta tropical, ha sido destinado para la práctica de yoga.