El planeta en que vivimos nos proporciona los recursos necesarios para la supervivencia: agua, oxígeno, alimentos, madera…, pero estos son finitos, lo cual nos pone en una especie de cuerda floja. Es necesario reducir el consumo y preocuparnos por el reciclaje, como una manera de conservar lo que queda de nuestro planeta. Debemos evitar la contaminación producida por la fabricación de productos nuevos a partir de materias vírgenes; de este modo se minimizan las emisiones de gases que producen tales procesos y conllevan al efecto invernadero, uno de los responsables del cambio climático.

Cabe preguntarnos, ¿qué se necesita para que el dominicano se sume de lleno a la iniciativa del reciclaje? Debemos evaluar cómo estamos en este momento y las consecuencias que nos podría acarrear, en caso de no tomar acciones de inmediato. Somos una isla, y por tanto, nuestros recursos son un poco más limitados, y las consecuencias (climáticas, ecológicas, económicas, de salud) pueden ser irreversibles. Es necesario iniciar una fuerte campaña educativa y de concienciación, que vaya de la mano con una logística en una misma dirección y que todos podamos ver que se cierra el círculo.

Familia y educación

El sistema educativo y la familia son protagonistas en la formación de seres humanos más comprometidos con el medio ambiente. Primero la familia porque enseña hábitos de vida, seguida por el sistema educativo que refuerza lo que se aprende en casa. Incluir educación ambiental en las escuelas y universidades desde los niveles iniciales es fundamental, así como crear leyes que fomenten el proceso de clasificación en la fuente.

Aunque en República Dominicana existen empresas con muchos años que usan como materia prima materiales reciclados, desde hace pocos años el asunto está tomando valor, y hasta hace poco se comenzó a tocar el tema del reciclaje como compromiso con el medio ambiente. En la actualidad el reciclaje de desechos mueve millones de pesos, pero eso es solo una pequeña porción de lo que podría ser. El país genera muchas más toneladas de desechos de las que se están recuperando. Desafortunadamente esto también hace que muchos lo usen como una cubierta para venderse mejor. Aun así, se está logrando que las autoridades responsables de la gestión se involucren más a fondo en el tema y se tracen los lineamientos necesarios. 

¿Cuánto hemos avanzado? 

Se ha notado un avance, se ha logrado integrar a los sectores público y privado, y se encamina a un proceso en el que se pretende involucrar a la población de manera masiva. En la Ley 64-00 se toca el tema del reciclaje; sin embargo, hacían falta más detalles. Recientemente el Ministerio de Medio Ambiente emitió la resolución 1-2015, que establece procedimientos para la recuperación de materiales con valor comercial.

Para que el reciclaje sea visto desde el punto de vista económico, se podría iniciar con la creación de centros de acopio a los que todos tengan acceso, y la recolección diferenciada sería el primer paso. Luego regular y delimitar las funciones de todos los actores de la cadena (recolector informal, centros de acopio, compañías recolectoras, recicladores), de manera que se establezca una competencia que permita el desarrollo general del reciclaje.

Reciclaje y turismo

El turismo, una de las principales industrias del país, es responsable de un acelerado ritmo de consumo de recursos y generación de desechos. La actividad turística utiliza recursos naturales e impacta sobre ellos. Por tanto, es casi una obligación que se preocupe por el impacto que produce al medio ambiente y se incline por un desarrollo sostenible. El reciclaje, con sus programas educativos, clasificación en origen, recolección diferenciada, recuperación de desechos y valorización de los mismos, se convierte en un excelente aliado de esta industria, sobre todo cuando el turista exige que en el destino se practique la protección ambiental. La industria turística tiene la fuerte necesidad y responsabilidad de garantizar estándares de calidad en relación con el medio ambiente en los destinos turísticos.

La iniciativa Green Love

Green Love es una iniciativa de gestión de desechos. Funciona como intermediaria y se ocupa de recolectar materiales clasificados para su correcta disposición final a través del reciclaje. Una vez segregados y consolidados, los mismos son entregados a diferentes plantas de reciclaje, donde se utilizan como materia prima para elaborar nuevos productos. Ofrece una práctica solución a la problemática de la disposición de desechos y a la vez contribuye a disminuir los impactos ambientales que los desperdicios causan en nuestro entorno. Al reciclar evita que una gran cantidad de residuos se quemen en incineradoras, lleguen a las masas de agua, o se depositen en vertederos, por lo que aumenta la vida útil. 

Trabaja mediante planes con clientes interesados en sus servicios, para darles correcta disposición final a sus desechos. Green Love se compromete a retirar los desechos de sus instalaciones, transportarlos de manera segura y confiable, pesarlos y entregarlos a las plantas recuperadoras. Se deben reunir los materiales tomando en cuenta los requisitos, la separación y las consideraciones necesarias para cada tipo de desecho. Establece una frecuencia de recolección, según la ruta y las cantidades. Tiene más de 20 centros de acopio distribuidos en la ciudad, que permiten la participación de los interesados en colaborar. 

Cuatro años después de haber iniciado con “solo cartón”, tiene una gran variedad, lo que los diferencia del resto: cartón (cartón corrugado, cartoncillo, cajas, conos), papel (papel de oficina, periódico, revistas, guías telefónicas, papel triturado, libros, cuadernos, volantes), plástico (PET, HDPE, botellitas, galones, botellones de agua, tapitas, fundas), chatarra, electrónica, baterías de vehículos e inversores, foam, envases tetra, latas de aluminio
y conservas. ν