Científicos y especialistas dominicanos intervienen en el Corredor biológico del Caribe para apoyar el estudio de los valores naturales y su manejo sostenido en la región, además de impulsar acciones sociales, medioambientales, económicas y culturales en los tres países que conforman el proyecto: Cuba, Haití y República Dominicana. La biodiversidad en los mares que rodean a las naciones implicadas y la demanda excesiva de los recursos, obligan a las instituciones científicas a buscar soluciones que generen beneficios sostenibles sin dañar el medio ambiente. El corredor biológico es un espacio geográfico lineal que conecta ecosistemas, hábitat y cultura del archipiélago cubano y de la isla de La Española, y cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Jaime David Fernández Mirabal, presentó el proyecto ante los técnicos y sus homólogos reunidos en Copenhague, Dinamarca, durante la celebración de la Decimoquinta conferencia sobre cambio climático, en diciembre pasado. “Este es el único proyecto multinacional de responsabilidad compartida entre tres naciones de frente al cambio climático”, señaló el ministro. Con miras a ampliar la cobertura del corredor, el año pasado fueron invitadas por primera vez las autoridades de Jamaica. El encuentro precedió las celebraciones del “Día mundial forestal”, el 21 de marzo, y del “Día mundial del agua”, el 22 de marzo, que en esa ocasión estuvo dedicado a las aguas transfronterizas, como la cuenca del río Artibonito, que incluye, entre otros, a los ríos Masacre y Limón. En esas fechas también se celebró la “Primera muestra artesanal transfronteriza” en el multicentro La Sirena-Churchill, donde quince artistas dominicanos y haitianos presentaron sus obras. Conservación y desarrollo El “Corredor biológico del Caribe” confiere una categoría especial a 61 áreas protegidas, que facilita las inversiones enfocadas en el desarrollo humano en las comunidades incluidas en la ruta. Con unos 1.600 kilómetros lineales, el proyecto incluye, en República Dominicana, la Reserva de biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo y la Cordillera Central, fundamentalmente el macizo central hasta la frontera. En Haití incluye el Masif de la Selle, el lago Azuei, Fore et Pins, La Visite y el Macizo Norte Central. Cuba ha propuesto una vasta área del grupo orográfico que comprende el macizo Nipe-Sagua-Baracoa y la Sierra Maestra, donde se encuentra la mayor elevación de la isla, el Pico Turquino, de 1.974 metros de altura. Los especialistas de las tres naciones coordinan y desarrollan un programa de acciones concretas y participativas, que incluirá el diseño y ejecución de un esquema conjunto de investigaciones de la biodiversidad caribeña. De igual modo, se pondrán en marcha acciones estratégicas para el desarrollo de las potencialidades de las áreas protegidas, sobre todo ligadas al turismo sostenible. El acuerdo supone la identificación y ejecución de acciones con países de otras zonas del continente y otras áreas del planeta que formen parte de las rutas migratorias de las especies compartidas, a fin de garantizar la protección de su hábitat. Otro punto clave tiene que ver con un plan de reforestación como infraestructura verde para la adaptación y reducción de vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático.