Durante los últimos años el renglón de los cruceros se ha convertido en un elemento que promete mucho al sector y a la economía dominicana. Debido a su auge el Ministerio de Turismo ha investigado a fondo las posibilidades de éxito que permitan al país posicionarse con solidez en la industria de cruceros y poder competir con otros destinos del Caribe, como Puerto Rico, Saint Marteen, Aruba, Curazao, Santa Lucía, Gran Caimán, Jamaica, Isla Margarita y el Caribe mexicano. El marco del lanzamiento de la Marca Ciudad es un buen momento para dirigir las miradas hacia Santo Domingo, cuyas terminales Sans Soucí y Don Diego son las que más visitantes reciben en la capital.

El Puerto de Santo Domingo continúa afianzándose como la obra más moderna y eficaz de su género en toda la región. El éxito de la temporada de cruceros 2010-2011 así lo atestigua, con cientos de miles de cruceristas que visitaron la Primada de América. La llegada del Grand Princess marcó un hito. La nave de 290 metros de largo y 17 pisos trajo alrededor de 2.800 pasajeros, de los cuales unos 2.100 visitaron diferentes lugares de la ciudad.

Las últimas tres temporadas de cruceros han mostrado un crecimiento constante en el flujo de visitantes que utilizan el Puerto de Santo Domingo como puerta de entrada a República Dominicana, motivados por la oferta cultural que ofrece la capital. No es de extrañar entonces que Grand Princess, Aida Luna, Braemar, Princess Danae, Saga Pearl II, Club Med II, Sea Cloud II, Maasdam y Discovery confíen en los méritos acumulados por Sans Souci Ports (SSP) para designar al Puerto de Santo Domingo como parte de sus itinerarios.

De acuerdo con Lisandro Macarrulla, presidente de Sansouci Holdings, el Puerto de Santo Domingo es considerado como uno de los más eficientes, seguros y modernos de América Latina. También se refirió a que los principales objetivos de la empresa son la seguridad de los buques y la de los cruceristas que llegan para conocer y disfrutar de las riquezas culturales de la Zona Colonial. Según Sharon Mei, directora comercial de SSP, las terminales del puerto han sido utilizadas como de tránsito y como puerto madre, lo cual genera una vasta confianza entre las líneas de cruceros. El Puerto de Santo Domingo está destinado a marcar un antes y un después en la historia de la Ciudad Primada, ya que más allá de los beneficios turísticos que República Dominicana obtenga se generarán durante su etapa de ejecución un promedio anual de 20.400 plazas de trabajo.

Cifras de The Florida-Caribbean Cruise Association (FCCA) dan cuenta de que el promedio de gasto por pasajero al llegar a puerto en el Caribe es de unos US$80. En algunos destinos esa cifra es mayor, como en el caso de St. Thomas, que puede llegar a US$150. La llegada de cruceros de lujo es otro de los segmentos que va en aumento. El Puerto de Santo Domingo ha recibido a los buques Seacloud, Club Med, Compagnie du Levan y al Princess –este último no es de lujo pero está considerado como Premium–. Los pasajeros de este tipo de cruceros son de alto poder adquisitivo, les interesan los aspectos culturales y están deseosos de ver cosas diferentes. Al ser más exigentes, demandan mayor calidad y excelencia en el nivel de servicio.

La Zona Colonial en el punto de mira

Actualmente existen retos importantes a vencer para lograr que los turistas que llegan en crucero a Santo Domingo visiten la Zona Colonial. A las autoridades les preocupan temas tan sensibles como la limpieza, la iluminación, la seguridad, el tráfico vehicular, el mantenimiento de las edificaciones y el acoso de los vendedores ambulantes o mendigos, además de la diversificación y diferenciación de la propuesta de atracciones para el turista en esta zona y en la capital en general. Macarrulla sugiere que se “apliquen las leyes existentes de turismo y se hagan respectar en relación con los taxis, los guías turísticos, la certificación de los productos que se venden en la Zona Colonial, y se mejoren los niveles de servicios al turista”.

Es necesario, afirma, crear e implementar una campaña de educación, entender las necesidades del crucerista y sus expectativas, ya que es el único turismo con efecto multiplicador para la ciudad. “Se debe trabajar sobre el posicionamiento, la promoción de Santo Domingo y su diferenciación, ya que todavía se desconoce lo que puede ofrecer la capital dominicana. Por tradición lo que más se ha promocionado del país en el extranjero es la modalidad de sol y playa”.

El tema de la participación de República Dominicana en convenciones y ferias de cruceros es de igual manera preocupante. Tenemos presencia, dice Macarrulla, pero no en grandes ferias de Europa como Seatrade Hamburg o Seatrade Med. “Podríamos participar más en las ferias de agencias de viajes de crucero y promocionar lo que ofrecen los destinos dominicanos, pues todavía las agencias de viajes son elementos importantes en la decisión de compra de viajes.

Pero ante todo, lo que realmente hace falta es un plan nacional para el turismo de crucero, que cree los mecanismos para que Santo Domingo y los otros destinos de crucero de República Dominicana puedan competir frente a los demás del Caribe, América Central y del Sur. Sería interesante analizar el caso de Puerto Rico, que tiene políticas de incentivo para este tipo de turismo”.