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SEGUNDA PARTE: EDUCACIÓN CÍVICA

6.—Deberes del ciudadano 

Son deberes ineludibles del ciudadano:

  • Dedicarse a un trabajo honrado para atender a sus necesidades y a las de aquellos que de él dependan.
  • Acatar y cumplir los preceptos de la Constitución y las Leyes del país donde viva.
  • Contribuir con su voto, de una manera consciente, a la elección de los mandatarios y autoridades para dirigir y administrar el gobierno de su país, eligiendo los mejores y más honrados, sin llevarse de pasiones políticas, ni personales; sin aceptar imposiciones, ni ofrecimiento, ni dádivas.
  • Contribuir con su aporte pecuniario al sostenimiento de las funciones públicas, para bien y provecho de todos.
  • Defender a su país cuando es agredido por otro, con miras de venganza o adquisición indebida de territorio.
  • Protestar contra todo hecho o acción que sea contrario a la justicia y a los derechos de los ciudadanos.

Cuando la autoridad atropella a un ciudadano, faltan a su deber todos los que no protestan contra el atropello. Decir: «Eso no es conmigo», es una forma de incapacidad moral para la vida; es la manera de revelar el sello de inutilidad que un hombre imprime a sus actos; es la actitud ridícula y cobarde del que acepta en el ultraje de otro su propio ultraje. Con el absurdo «Eso no es conmigo» en los labios para cada caso de injusticia de que se hace víctima a un ciudadano, se autoriza con nuestra indiferencia el engreimiento de los que se imponen a base de osadía.

Falta a su deber el ciudadano, cuando se asocia a otras personas para fomentar el desorden y realizar actos vandálicos, con el pretexto de hacerse justicia por sí mismos. En una sociedad organizada y civilizada, debemos tratar de crear un Cuerpo Judicial digno y honorable, que atienda las quejas de todos los ciudadanos y haga justicia, rápida y eficaz, en todos los casos, para que los ciudadanos puedan recurrir a ella con absoluta confianza de que serán atendidos.