Cuando todas las terapias o tratamientos fallan, incluso con el más sofisticado arsenal médico, se recurre a una técnica específica en reproducción humana con características más complejas. Nos referimos a la “fecundación in vitro”, una técnica de reproducción asistida.

La esterilidad es la incapacidad de una pareja para concebir. Se diferencia de infertilidad, ya que esta es la incapacidad de una pareja para llevar a buen término el resultado de una concepción. Para los autores sajones, ambos términos son sinónimos y están comprendidos dentro de infertility. La esterilidad no es una enfermedad, sino una manifestación de un padecimiento ginecológico o genital masculino.

En realidad no existe esterilidad femenina o masculina de manera aislada, ya que hay situaciones en las cuales un hombre o una mujer pueden concebir separadamente con otros cónyuges y, sin embargo, no lo pueden hacer entre sí, por lo que es necesario hablar siempre de esterilidad conyugal o de pareja.

Esterilidad

Si la fecundación es una función fisiológica en todos los seres vivientes, ¿por qué no se efectúa adecuadamente en todos los casos? Porque se trata de una de las funciones más finas del organismo humano y para que se efectúe es necesario que se lleven a cabo los requisitos siguientes: que los testículos produzcan espermatozoides sanos, con adecuado tránsito hasta la entrada de la vagina, con buena secreción prostato-vesicular, que sean recibidos por la cérvix, que el útero permita su libre paso hasta las trompas de Falopio, permeables tanto al paso del óvulo como al ascenso del espermatozoide.

Otros requisitos son que las trompas capten el óvulo desde el ovario y lo transporten hasta la cavidad uterina, que los ovarios produzcan óvulos normales capaces de ser fecundados, que el endometrio sea capaz de anidar, contener y nutrir al huevo, que no existan problemas inmunológicos entre los cónyuges, y por último, que la pareja presente buen estado de salud, con adecuado funcionamiento endocrino extragenital y un siquismo normal.

Infertilidad

Para la infertilidad hay causas de índole genética (constituye un gran porcentaje de abortos y ronda entre 70%-90% en ocasiones); uterinas (entre estas, la mala posición uterina, alteraciones del cuello y de su interior, del endometrio, etc.); causas generales endocrinas (prediabetes, diabetes e hipotiroidismo, esta última causa de abortos); infestaciones como la toxoplasmosis; malformaciones congénitas uterinas (útero doble, bicorne con septo y miomatosis), e hipertensión arterial (toxemia del embarazo, pre-eclampsia y eclampsia).

Es necesario comprender estas causas, que pueden de una manera u otra inducir a la pareja a ser estéril o infértil, y que en algunas ocasiones suelen ser transitorias o permanentes. Cuando se presentan, la obligación profesional es buscar el mecanismo de cura, y dentro de lo posible utilizar técnicas no invasivas, como la estimulación de ovarios, o de la espermatogénesis (aumenta la cantidad y calidad de los espermatozoides), pero solo esclarecer la causa permite adecuar la terapéutica para cada caso. La inseminación directa, en algunas ocasiones, ha tenido éxito.

Fecundación in vitro

Para llegar a la técnica de reproducción asistida se deben crear las condiciones generales de una fecundación fuera del cuerpo de la mujer, en la que se utilizan óvulos fecundados por espermatozoides y estos a su vez son transportados al útero, por la vía vaginal. Desde un inicio se utilizaron tubos de cristal, de ahí el término “in vitro”, que significa “en cristal”.

Hoy se hace la preparación en placas de petri. El proceso tiene una duración aproximada de entre dos y cuatro semanas, si no existe complicación. El primer procedimiento “in vitro” registrado fue en 1973, y publicado en la revista The Lancet; duró poco tiempo, por lo que se le llamó “embarazo bioquímico”. Más tarde se publicaron datos de un embarazo ectópico (fecundación fuera del útero). En 1978 nació Louise Brown, en Manchester (Reino Unido), con desarrollo normal, e incluso tuvo parto natural.

Se reportan más de un millón de niños nacidos mediante esta técnica. Solo en Estados Unidos la tasa de nacidos vivos ronda el 27% por ciclo (corresponde a un intento o período). Esto depende de muchos factores, como la edad materna, cuyo límite, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es de 35 años para calificar el alto riesgo a partir de la misma. Por debajo de esa edad, la tasa de embarazo es de 43% por ciclo (36%-37% aproximadamente) de nacidos vivos. Robert G. Edwards recibió el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2010 por su trabajo relacionado con el desarrollo de esta técnica.

En República Dominicana

Se practica en nuestro país desde hace aproximadamente 15 años. Lo relacionado con esta técnica está contenido en diferentes resoluciones y reglamentos dictados por el Ministerio de Salud. Desde 2005, todos los casos de este tipo de reproducción asistida tienen que ser dilucidados por el Consejo Nacional de Bioética. La Iglesia, por supuesto, no acepta estas técnicas, precisamente por la implicación del manejo de células humanas y su manipulación para crear seres humanos, amén de considerar al embrión como un ser humano completo, con derechos de vida, desde la concepción hasta la muerte.

Pasos de la fecundación in vitro

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• Estimulación de los ovarios y conseguir óvulos de mejor calidad y cantidad.

• Observación, registro y monitoreo de la ovulación, con el objetivo de extraer los óvulos adecuados, por vía vaginal o laparoscopía abdominal.

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• Recolección de los espermatozoides de buena calidad, y eliminación de los considerados como anormales o lentos.

• La fecundación ocurre por lo general transcurridas 24 horas de haber extraído los óvulos, y se colocan uno o varios con aproximadamente 10.000-15.000

• Espermatozoides en cada placa de petri. Entre el 60% y 70% de los óvulos son fecundados.

• Monitorear los embriones fecundados en el laboratorio para tales fines, por espacio de dos a 10 días, para posteriormente transferirlos al vientre de la mujer.

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• Siete días después de haber obtenido la fecundación, los embriones se depositan en el interior del útero, por vía vaginal. Si se implantan adecuadamente, la mujer comienza a tener síntomas de embarazo.

• De confirmarse el embarazo, se da seguimiento con el protocolo de control prenatal conocido y recomendado por organismos internacionales.

FelipeGuerraPor Dr. Felipe Guerra M.
Ginecólogo-Obstetra
Clínica Corazones Unidos
felguerra@hotmail.com