La industria textil y de la moda se ha planteado el desafío de desarrollar tejidos técnicos e inteligentes que constituyan y actúen como una segunda piel. A la vez, son soporte de los wearables –tecnología que se viste– que se conectan y dan información de las funciones y actividades diarias o deportivas del propio usuario. Estos tejidos totalmente disruptivos tienen propiedades excepcionales. Sus cualidades técnicas permiten que estas nuevas prendas se vean como una solución epidérmica inteligente, que en algunos casos superan las propias prestaciones de la piel humana.

Wearables

Si bien lo que en la actualidad denominamos “wearables” o “tecnología que se viste” es una prenda a la que se le ha añadido un aparato electrónico que permite la conexión con otros dispositivos, el objetivo final de la industria textil no es una prenda para agregar accesorios, sino que estas sean directamente electrónicas y al vestirnos nos conectemos.

El deportivo es el sector más innovador dentro de la industria de la indumentaria, respecto de estas nuevas tecnologías, generando los tejidos técnicos especializados para cada disciplina. A través de los mismos aparecieron las prendas deportivas cuantificadoras. Estas son capaces de registrar y cuantificar la información que genera el entrenamiento deportivo a través de sensores integrados en las mismas. Registran movimientos, pulsaciones, fatiga muscular y determinan si existe sobre o subentrenamiento. Esta información se almacena en el móvil inteligente del propio deportista o en la computadora del centro deportivo.

Moda inteligente

Los recientes avances reúnen a la moda, la tecnología y la industria textil para desarrollar nuevas cualidades en los tejidos con el potencial de cambiar la forma en que los consumidores interactúan con sus prendas y accesorios. Con tejidos inteligentes basados en sensores se confeccionan las prendas de la nueva generación que redefinen la forma en que el usuario se conecta y los procesos del acondicionamiento físico y de la salud. Tienen la capacidad, mediante el seguimiento y la comunicación de datos, de interactuar con quien las viste, con su entorno, con el medio ambiente y con otros dispositivos a través de sensores e hilos conductores.

Moda y tecnología trabajan alineadas para generar una única experiencia de comodidad, conectividad y estilo sin igual en el cliente digital. La elaboración de estos tejidos inteligentes con microsensores dentro de la propia materia prima permite que las prendas puedan por ejemplo captar y registrar el calor corporal y el movimiento del cuerpo. Por lo tanto, ya no es el  usuario el único que puede determinar qué prenda o accesorio es más adecuado para una actividad física y podrá cambiar su decisión incluso durante la actividad física porque va a recibir los datos en tiempo real.

Tejidos tecnológicos

Una de las cualidades más importante de los tejidos inteligentes es su durabilidad, así como el hecho de que los sensores integrados son tanto miniaturizados como lavables. El objetivo de la industria es miniaturizarlos hasta el punto en el que se puedan integrar directamente entre las fibras que constituyen el hilo. La diferencia actual es que los nuevos tejidos inteligentes han generado un nicho de mercado que no existía hasta hace muy poco. Con la creciente utilización de las plataformas digitales y el auge de las redes sociales, la fusión entre moda y tecnología se percibe por parte del sector como un movimiento justificado desde el punto de vista de la inversión.

I+D+i en la industria textil
y en el retail

Cada vez son más las marcas, organizaciones e investigadores que trabajan exhaustivamente en el desarrollo de textiles con una funcionalidad óptima: ropa interior que aplican cremas hidratantes, prendas que absorben los olores y regulan la transpiración, tejidos capaces de protegerse de las manchas y las altas o bajas temperaturas, el uso de la fibra óptica genera tejidos luminosos y brillantes que se pueden incorporar en las prendas del personal de seguridad o de emergencia.

En la actualidad se producen pantalones y chaquetas de denim con tejidos inteligentes que integran paneles táctiles y “botones de mando” de los dispositivos móviles. Este tejido es conductor y genera una superficie táctil en la prenda, lo que permite a los usuarios controlar sus móviles con solo deslizar la mano sobre él.

También existen camisetas deportivas con tecnología biométrica en tiempo real que incorporan dispositivos conectados a Internet que reciben y analizan información sobre el rendimiento y las variables durante el entrenamiento. Está en etapa experimental otro modelo, cuyo tejido tiene integrado una serie de chips microscópicos que al vestirlo comienza a registrar las constantes vitales, que pueden monitorearse a distancia por un equipo médico.

Su extensa red de microsensores en contacto con la epidermis del usuario monitorea la cantidad de calorías quemadas, el ritmo cardíaco, la intensidad y la energía del movimiento realizado, los niveles de estrés y registra la distancia recorrida. Estos datos biométricos registrados durante el ejercicio serán transferidos vía “bluetooth” al móvil inteligente del usuario en tiempo real.

Como lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo, nuestras prendas nos seguirán presentando en sociedad, expresando nuestra individualidad, nuestros gustos, nos seguirán dando el toque de glamur o excentricidad, mostrando nuestra bohemia o “ese toque de exclusividad buscado” cuando elegimos una prenda o un accesorio de moda, pero además nos protegerán mucho más y harán nuestra vida más fácil y confortable. En un futuro muy cercano, de nuestro armario estarán colgados parte de nuestros dispositivos electrónicos, digitales y de comunicación.

 

Gabriel Farías
Iribarren

Especialista en aprovisionamiento textil