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SEGUNDA PARTE: EDUCACIÓN CÍVICA

Juramento Cívico

El siguiente es el juramento que deberán hacer diariamente todos los ciudadanos dominicanos.

 Con el brazo extendido y la mano abierta: «En el nombre de Dios, de los Padres de la Patria, y de los grandes hombres que con sus virtudes ciudadanas han honrado a nuestra República Dominicana, juro ser en lo adelante un ciudadano ejemplar, cumplir en todo momento la Constitución y las leyes de mi país y consagrarme al trabajo honrado y dignificador, para provecho y engrandecimiento de mi familia y de la Patria, a la cual deseo ver grande, próspera y feliz».

 Este juramento debe ser hecho en todas las escuelas del país, antes de iniciarse las labores del día, al enhestarse la bandera.

2.—Necesidad de la Educación Cívica

Todos los ciudadanos, para poder desempeñar la misión que les impone su condición de tales, deben tener una noción cabal de los deberes que están en la obligación de cumplir, y de los derechos que les corresponden y que están en la obligación de exigir cuando les son negados.

 Un pueblo cuyos ciudadanos no tengan educación cívica es presa fácil de las oportunistas que tratan de vivir del esfuerzo ajeno y utilizan en su propio provecho a los ciudadanos ignorantes, y a los que no siéndolo son como si lo fueran, por su indiferencia con respecto a las cuestiones de interés público.

 Un pueblo civilizado, cuyos ciudadanos tengan un concepto claro y definido sobre civismo, sobre sus deberes y sus derechos como miembros activos de la comunidad, está preparado para gobernarse a sí mismo y a ser tratado con todo el respeto que merece, sin ser utilizado como instrumento para servir los intereses egoístas de osados y explotadores.

 La ignorancia del pueblo sobre civismo; sobre derechos y deberes del ciudadano, la ambición de los políticos profesionales, y el mercurialismo de los intelectuales sin moral, conspiran contra la democracia y la libertad.