Imposible no contagiarse con la conciencia ecológica de Sheedo. Su propuesta, que lleva impregnado el espíritu verde y de sostenibilidad que tanta falta hace, nos demuestra que se puede luchar por un mundo mejor y reducir en gran medida el impacto medioambiental. El joven equipo de esta pequeña empresa cree que las revoluciones empiezan con algo simple, por eso han sustituido el papel de “usar y tirar” por el de “usar y plantar”.

Sheedo es un papel único elaborado en España con métodos artesanales a partir de fibras de algodón desechadas por la industria textil en vez de celulosa. De ahí que no se necesite talar árboles para su producción, ni usar químicos para su blanqueamiento. El resultado es un papel 100% sostenible. ¿Pero qué lo hace tan particular? Es biodegradable y posee semillas en su composición, lo que permite plantarlo tras su uso y cerrar así el ciclo del consumo.

Esta iniciativa que apuesta por la artesanía y el trabajo de calidad, mejora la localidad en la que se plante el papel usado. La idea es sencilla y viable: consumir y crear. El impacto medioambiental de la industria papelera es altísimo: deforestación, erosión, contaminación de los suelos y del agua, destrucción de hábitats naturales y extinción de especies.

Diseño y conciencia ecológica

Sheedo une diseño, artesanía e innovación en su afán por generar soluciones de marketing verde. Su principal recurso humano e intelectual es el molino papelero de La Farga (El Molí de La Farga), que se encuentra en Banyoles, Girona; su nombre significa sastres papeleros, ya que hacen papel a la medida. El fundador del molino ha dedicado cuatro décadas de su vida al arte papelero, por eso el proceso se realiza a la vieja usanza, con los mismos métodos de hace 500 años. De la venta y la distribución del producto final se encarga el propio equipo de Sheedo.

Realizar las personalizaciones requeridas por el cliente fue algo que dio bastante trabajo. Según Gonzalo Mestre, CEO y cofundador, las semillas son un ser vivo y muchos de los procesos de impresión convencionales son muy agresivos, “por lo que al imprimir nuestro papel las semillas morían. Tras meses de visitas, pruebas y quebraderos de cabeza conseguimos dar con una manera para imprimir el papel con buena calidad y garantizar su germinación”.

En la actualidad son expertos en la personalización: tarjetas de visita, volantes, invitaciones de boda… Todo se hace a gusto del cliente. “Pero siempre hay alguna restricción en cuanto a colores o densidad de tinta que intentamos evitar para tener un resultado perfecto”, señala Mestre y añade que lo más complejo que han elaborado son trabajos que además de impresión llevan manipulados. “Recuerdo unos calendarios o unas tarjetas que tenían forma de avispa”.

Por lo general, puntualiza el CEO de Sheedo, el tiempo que demora el producto final en llegar al cliente es una semana, desde que se hace el pedido. “Esto puede variar en dependencia del nivel de pedidos o de stocks. Pero siempre tratamos de conseguir el mayor plazo posible para garantizar calidad y que el producto final esté a la altura de las expectativas del cliente. Muchas veces demasiada prisa no es buena”.

¿Cómo plantarlo?

Existen dos métodos para plantar el papel. El primero supone ponerlo en un recipiente con agua y regarlo cada día; a la semana se verán los primeros brotes, es el momento de trasplantarlo para una maceta y mantener su cuidado. El otro consiste en poner en una maceta sustrato universal muy húmedo, cortar el papel en trocitos y cubrir con 0,5 cm de sustrato universal y no dejar que se seque. Es recomendable hacer ambos procesos en interior, pues la temperatura es más constante todo el día.

“Pronto estará lista nuestra web
www.usaryplantar.com, destinada a explicar en detalle cómo plantar sus tarjetas a quienes hayan recibido un Sheedo”, anuncia Mestre. De las semillas que usan actualmente, las que mejor funcionan son las de manzanilla, zanahoria y lechuga, por ser las más versátiles y fáciles de germinar, sobre todo para las personas que no tienen mucha experiencia en plantas.