Es posible que los columpios sean casi tan antiguos como el hombre. Nuestros antepasados deben haber reído a carcajadas cuando descubrieron que podían balancearse hacia delante y hacia atrás en ese artefacto que no requiere mucha ciencia. No hace falta ser niño para que nos siga  gustando ese tipo de diversión; sin embargo, algunos de los columpios que hoy te proponemos no son aptos para menores. Echa un vistazo a estas escapadas y ponlas en agenda para cuando estés en el área.

Cascadas de Tatasirire
Guatemala.

Guatemala posee columpios gigantes en varias de sus atracciones ecoturísticas, como el que se encuentra en el Parque Ecológico Cascadas de Tatasirire, localizado dentro de la Reserva Natural Privada Cascadas de Tatasirire, en el departamento de Jalapa, a dos horas de la capital. Aquí los visitantes gozan del contacto con la naturaleza y tienen a su disposición emocionantes actividades como rápel, canopy, bicicleta de montaña y paseos en bote y a caballo.

Giant Canyon Swing
Estados Unidos.

Se ubica en el borde de un cañón a 400 metros sobre el río Colorado, en el Glenwood Caverns Adventure Park, cerca de la ciudad de Glenwood Springs. Está compuesto por un brazo metálico en la cima de una colina que soporta hasta cuatro pasajeros en un ángulo de 112° y a una velocidad máxima de casi 80 km/h.
Da tanto miedo que su creador, Steve Beckley, lo probó una sola vez, antes de su inauguración en 2011.

La casa del árbol
Ecuador.

Los aventureros pueden visitar “La casa del árbol”, en la localidad ecuatoriana de Baños de Agua Santa, en la provincia de Tungurahua. Aquí se encuentra la hamaca “Fin del mundo”, que invita a balancearse sobre un abismo sin medidas de seguridad extra. La ciudad turística está ubicada en un valle con cascadas y aguas termales, en las proximidades del volcán Tungurahua, llamado también “el gigante negro” y uno de los más fáciles de escalar del país.

Harbin
China.

Si eres más de atracciones urbanas, seguramente te encantará el columpio que se encuentra en la cima de una torre de televisión de casi 230 metros, en Harbin, provincia china de Heilongjiang. Se trata sin dudas de un juego para valientes que no temen a las alturas ni a estar suspendidos  fuera de la plataforma durante la mitad del balanceo. Eso sí, quienes abren los ojos tienen ante sí una imponente vista de la ciudad.

Montaña redonda
República Dominicana.

Llegar a la cima de la “Montaña redonda”, en Miches, a unos 100 km de Punta Cana, implica un premio irresistible: subirse a su famoso columpio. Desde aquí las vistas a la bahía de Samaná y las lagunas Redonda y Limón son espectaculares. La experiencia en tan mágico lugar se vuelve idílica si decides acampar; ver la puesta de sol desde este ángulo es corroborar que República Dominicana tiene encantos naturales difíciles de igualar. 