Con motivo del inicio de los trabajos de construcción del hotel cinco estrellas, Real InterContinental Santo Domingo, Ricardo Poma visitó la capital dominicana para encabezar la ceremonia del primer picazo que contó con la presencia del Presidente de la República Danilo Medina. En un encuentro exclusivo con Bohío, el destacado empresario alabó la confianza que genera el gobierno dominicano en cuanto a promover la inversión extranjera. República Dominicana cuenta, además, con un sistema de incentivos fiscales que ayudan en gran medida a que los números del proyecto sean viables, refirió Poma.

poma02Para Ricardo Poma, CEO de Grupo Poma –empresa salvadoreña que ya está en su cuarta generación–, la clave del éxito radica en firmes valores familiares trasmitidos de padres a hijos y que llegan al equipo de trabajo para sumarse a la solidaridad, la integridad, el respeto mutuo, la búsqueda de la excelencia y la renovación continua.

¿Cómo describiría el devenir del Grupo Poma desde su fundación?

En 1918 mi abuelo empezó con el negocio de automóviles. En los años 30 mi padre siguió con ese negocio y después se diversificó hacia la banca, la parte industrial. Luego surgió la Financiera Roble, que se convirtió en una empresa de desarrollo inmobiliario, a través de la cual comenzamos nuestro primer gran proyecto de uso múltiple y al que llamamos Metrocentro, en San Salvador. Es un terreno enorme donde se hizo un centro comercial por etapas y ahí había un lote grande para un hotel.

Y es ahí donde el Grupo decide incursionar en la hotelería…

Exactamente. Así nace el hotel Camino Real. En ese momento no teníamos una división hotelera, ni sabíamos que tendríamos una cadena. Ese proyecto lo comenzó mi padre cuando era presidente del Grupo Roble, que es otra empresa nuestra, hace 42 años. En esa época el establecimiento lo manejaba la cadena Westin International Hotels y después se convirtió en Camino Real. Fue por el año 91 o 92 que empezamos a salir fuera de El Salvador a construir otros hoteles. El primero fue en Costa Rica, que ahora es el InterContinental, ubicado en Escazú, San José. Para el año 2000 ya teníamos 10 hoteles.

¿Qué otros destinos incluyó la expansión en la industria de la hospitalidad?

Unos años después de haber construido el hotel en Costa Rica quisimos tener nuestra propia empresa operadora, y es ahí donde se inicia la creación de Real Hotels & Resorts como una empresa dueña de hoteles y operadora. Desarrollamos las relaciones con InterContinental y hoy contamos con siete hoteles InterContinental en siete países, incluidos Estados Unidos, Honduras, Nicaragua, Guatemala y República Dominicana. En total tenemos más de 20 hoteles, que incluyen también las marcas Marriot, JW Marriot, Choice Hotels (del que forma parte el Quality Hotel Santo Domingo, próximo al Aeropuerto Internacional Las Américas).

poma03¿Qué les hizo apostar por el mercado dominicano?

República Dominicana está muy bien posicionada, es el principal destino turístico del Caribe. La gente es muy amigable, hospitalaria, alegre, servicial Es un país con estabilidad jurídica. Tiene condiciones para la inversión, y nosotros, obviamente, para hacer una inversión de esta naturaleza debemos tener confianza en el entorno al que estamos entrando. Creo que hemos identificado una ventana de oportunidad aquí en el polígono central de Santo Domingo.

A medida que aumenta el volumen de viajes de negocios, los viajeros de este segmento se vuelven más exigentes sobre lo que quieren. ¿Cómo hace frente Real Hotels & Resorts a este planteamiento?

Queremos posicionar al InterContinental Santo Domingo como un hotel innovador de un alto nivel de servicios y estándares. Queremos marcar la diferencia. Tenemos una estrategia muy clara y la vamos a implementar, la llamamos el mejor descanso, pues los huéspedes se sentirán sumamente cómodos en las noches. Queremos hacer énfasis en la estrategia que hemos denominado El lugar para estar (The place to be), o sea, el lugar donde uno viene a sentirse bien, en un ambiente trendy, alegre, agradable Hemos llegado a la conclusión de que los hoteles que la gente considera aburridos no son atractivos. Pretendemos que este sea un hotel donde el visitante tenga opciones gastronómicas, de tragos, que sea el lugar propicio para invitar a alguien o celebrar una reunión de negocios.

¿Cuál es su filosofía de trabajo?

Durante estos 15 o 20 años he desarrollado una filosofía personal a la que llamo visión- gente-pasión. Son los tres pilares que creo necesarios para ser exitosos. Visión, porque uno debe estar claro a dónde quiere llegar. De esa visión, que es a mediano y largo plazo, se desarrollan las estrategias. Y sin visión no puede haber gente. Lo único importante es la gente, porque son los que desarrollan las cosas, trabajan en equipos motivados, se identifican con la misión y con la empresa. Nuestro éxito empresarial radica en que contamos con personas totalmente motivadas, identificadas; algunos dicen que son más Poma que los Poma. Y el tercer elemento es la pasión. Si no hay un alto nivel de energía, gran entusiasmo por lo que uno hace, si no hay pasión, es difícil lograrlo. A eso le sumamos otros valores, como la renovación continua, que nosotros listamos como esenciales, sin los cuales es difícil alcanzar las metas y tener éxito.

¿Cómo hacen después de cuatro generaciones para estar tan unidos en el Grupo Poma?

Ya somos cuatro generaciones, mis hijos son la cuarta. Somos una familia muy unida y eso es un legado que viene también de los abuelos, de mi papá y yo también lo transmito, al igual que mis hermanos a sus hijos. Tenemos la suerte de tener varias divisiones que dirigen mis hijos y sobrinos. No se reportan entre sí, y eso ayuda a mantener a todos contentos. Además, ellos han tenido una educación de muy alto nivel, han cursado licenciaturas y maestrías, todos han tenido metas altas y las han cumplido. En nuestra empresa la gente crece por méritos, es una meritocracia. Nadie, ni siquiera los hijos, crecen por su apellido. Lo que han logrado se lo han ganado. Esto es importantísimo, porque si uno pone un hijo en un puesto que realmente no merece, uno queda mal y desmoraliza a la organización. Mis hijos se respetan entre sí, ayudan a mantener la armonía y la unión familiar que para mí es esencial.

¿Qué estrategias lleva a cabo el Grupo Poma para mantenerse actualizado y ser más competitivo? ¿Traen sus hijos las nuevas tecnologías a la empresa?

Ellos traen las nuevas tecnologías, las nuevas ideas y esos valores de renovación a los que me refería. Lo que nos diferencia de la competencia en hotelería, centro comercial, automóviles, etcétera, es tratar siempre de estar innovando, renovando y manteniéndonos adelante en lo posible. Nosotros tratamos de pensar que estamos globalizados, que podemos competir en el mundo global. Aunque venimos de un país pequeño pensamos en grande. Nuestra meta siempre es competir a escala global.

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¿Qué lo motivó a fundar la Escuela Superior de Economía y Negocios en San Salvador (ESEN)?

Hace 23 años que empecé a pensar en la necesidad de crear una universidad de excelencia al más alto nivel, una universidad pequeña pero que tuviera el nivel de las mejores de América Latina y Estados Unidos. Hablé con decanos y rectores de universidades chilenas, mexicanas y estadounidenses. Una opción era tratar de entrar en una existente pero decidí invitar a un grupo de cinco amigos (de las empresas más admiradas de mi país) a formar la Escuela Superior de Economía y Negocios. Todos me dijeron que sí. Les pedí una cantidad bastante grande de dinero, mucho más de lo que nunca se había pedido para semejante iniciativa social. Mi empresa puso la mitad del capital y ellos 10% cada uno.

¿Quiénes pueden ingresar a esa universidad?

Empezamos a traer profesores extranjeros, algunos chilenos, otros mexicanos. El reto más grande era formar ese cuerpo inicial de profesores que impartirían conocimientos para empezar a hacer algo de excelencia y destacado en cuanto a calidad. También queríamos ser selectivos, pequeños por diseño y que fuera una dedicación a tiempo completo. La misión era, y sigue siendo, formar a los futuros líderes de nuestro país y la región. Nos impusimos la tarea de hacerlo con dos objetivos fundamentales: uno, la tarea académica al más alto nivel, y dos, lo que llamamos oportunidad para todos, no dejar de admitir a una persona por razones económicas, lo cual también quiere decir aceptar primero y preguntar después. El 62% de nuestros alumnos tiene ayuda financiera, becas. Creo que hay muy pocas universidades en el mundo que pueden decir eso.

Este año vamos a aceptar a 220 alumnos de unos 900 postulantes. Queremos que tengan la más alta posibilidad de triunfar. Hasta ahora los resultados son fantásticos. Todos terminan y tienen su trabajo. Más del 40% de los alumnos luego quiere continuar estudios de posgrado y maestrías en otras universidades. Es increíble la calidad de los egresados. En 20 años académicos hemos graduado a 1.200 licenciados. Entre 30 y 40 se han incorporado a nuestra empresa y ocupan puestos gerenciales.

¿Cómo concibe el Grupo el tema de la responsabilidad social?

Soy presidente de varias fundaciones. La Fundación Poma está muy involucrada en los temas de educación, salud, cultura y medio ambiente. Tenemos un fondo de becas muy sólido, en este momento estamos otorgando más de 500 becas, no solo universitarias, sino vocacionales también. Creemos que a través de las becas les damos a los jóvenes oportunidades que de otra forma no las tendrían. Fundamos el Teatro Luis Poma en el área de cultura, hemos auspiciado certámenes de Ortografía y Matemáticas, o sea, todo está muy concentrado en el tema educación.

También nos hemos enfocado en algo que empezó mi padre hace casi 30 años: la Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL). Empezamos después del terremoto y durante la guerra en El Salvador trayendo medicinas y equipos médicos de Estados Unidos para distribuirlos responsablemente a hospitales, clínicas, y a instituciones que necesitaban de esa ayuda. En los últimos 10 años hemos traído y distribuido más de 500 millones de dólares que nos donan. Otros programas de FUSAL están enfocados en combatir la desnutrición infantil y erradicar el trabajo infantil.

¿Cómo recuerda su relación con su padre?

Tuve la gran bendición de tener una familia muy unida, unos padres maravillosos. Mi papá es alguien a quien yo siempre admiré mucho, trabajé muy de cerca con él. Parte de lo que aprendí y mi desarrollo se lo debo a él. Fue la persona que más influyó en mi vida en el plano personal. Mis hermanos y yo nos educamos en Estados Unidos. Ese ejemplo y esos valores que nos inculcó son los que hemos trasmitido a nuestros hijos y sobrinos.