Paradisus by Meliá propone una mirada distinta al todo incluido: una oferta de lujo que busca integrar el alma del destino en cada gesto, plato y espacio del resort. Esa idea, bautizada por la cadena como Destination Inclusive®, parte de la convicción de que los viajeros actuales buscan transformaciones, no acumulación
de servicios.
La directora de Marketing & Brand Development Americas, Sara Ranghi, explica que la apuesta va más allá del confort: «Destination Inclusive® es más que una propuesta de valor; es una invitación a sentir el destino», y señala que la experiencia se articula a partir de la autenticidad cultural y la participación directa de la comunidad local.

El concepto, según Ranghi, traduce el destino en elementos concretos. La oferta gastronómica integra productos y recetas locales curadas por chefs con proyección internacional; la programación de actividades incluye talleres con artesanos; la ambientación recurre a materiales y referentes estéticos propios del lugar. La suma de esos elementos produce lo que la ejecutiva describe como «lujo emocional»: un valor intangible que supera la mera excelencia material. «Lo más inesperado es descubrir cómo el lujo emocional supera cualquier expectativa material. El viajero moderno busca experiencias que transformen, no solo que entretengan», añade.

Lujo emocional y personalización
Esa orientación define también la oferta de servicios premium de la marca. The Reserve y Family Concierge sostienen la promesa de personalización que reclama la clientela de alto nivel. Ranghi revela que estas modalidades concentran entre el 30 % y el 35 % de ciertas reservas en mercados seleccionados, un indicador de que la demanda por privacidad y atención a medida se ha institucionalizado. Asimismo, el Destination Concierge, en destinos como República Dominicana, actúa como un puente entre el huésped y el destino: «No se limita a recomendar tours; se dedica a crear momentos únicos», explica la directora, y enumera ejemplos que van desde cenas privadas hasta la coordinación exhaustiva de actividades dentro y fuera del resort.
La dimensión ambiental figura entre los ejes ineludibles de la marca. Bajo el lema «Embrace Your Nature», Paradisus articula un lujo consciente que reclama coherencia operativa. Ranghi apunta que esa filosofía se traduce en políticas prácticas: reducción de plásticos de un solo uso, compras a productores locales y programas de inclusión laboral que integran a personas con discapacidades. En República Dominicana, el hotel Paradisus Palma Real concretó recientemente una iniciativa energética relevante: la instalación de un parque solar compuesto por 901 módulos y potencia de 500 kWp. Ranghi subraya que esa infraestructura compensará el consumo energético de los salones de convenciones y contribuirá a la descarbonización de la actividad hotelera en el destino.
La gastronomía, pilar de la experiencia Destination Inclusive®, toma forma a través de proyectos firmados por chefs locales. En Paradisus Palma Real se presenta Flora, y en Paradisus Grand Cana figura Mangú, ambos dirigidos por el chef Leandro Díaz. Ranghi recalca la intención de situar la cocina como mediadora cultural: los menús combinan productos autóctonos y técnicas contemporáneas, y se emplean como plataforma para visibilizar productores y saberes locales. Al mismo tiempo, la cadena desarrolla un calendario anual de eventos que completa la oferta experiencial: The Epicure by Paradisus, SUDA Experience y actos vinculados a moda y gastronomía buscan atraer a audiencias que valoran la curaduría y la originalidad.


En el diseño de producto la marca apuesta por una lectura segmentada del lujo. The Reserve se concibe como un refugio para adultos, con privacidad y servicios a la carta; Family Concierge atiende a familias con soluciones que abarcan desde servicios de cuidado infantil hasta espacios multigeneracionales. Ranghi explica que la personalización dejó de ser una opción: «Cuando se trata de lujo, la personalización ya no es opcional: es el estándar», afirma, y detalla que el Destination Concierge incluye, además de reservas y logística, gestos que garantizan la inmersión del huésped en la cultura local.
Paradisus busca también traducir su discurso en acciones que beneficien a la comunidad y que aseguren continuidad operativa. La directora menciona iniciativas de contratación local, programas de suministro a pequeños productores y alianzas con actores públicos que permiten integrar el resort al tejido económico del entorno. Esa estrategia responde a una exigencia creciente del mercado: el huésped de hoy exige coherencia entre discurso y práctica, y castiga la disonancia con decisiones de gasto. Por ello, la marca combina la narrativa de alto valor con instrumentos concretos que pueden verificarse en la operación diaria.
Bienestar y futuro
El futuro inmediato de Paradisus en la región guarda dos líneas de trabajo: profundizar la oferta gastronómica y ampliar la experiencia de bienestar. Ranghi anticipa que los próximos proyectos incorporarán colaboraciones con chefs extranjeros y locales, y un mayor foco en programas de spa que combinan técnicas tradicionales con protocolos nutricionales y de biohacking. Los eventos culinarios, afirma la directora, constituyen un puente eficaz entre el público foráneo y el residente, y facilitan la inserción del resort en circuitos culturales más amplios.


La propuesta Destination Inclusive® plantea una pregunta práctica para el sector: ¿qué significa hoy ofrecer «todo incluido» sin sacrificar autenticidad? En Paradisus la respuesta exige trabajo sobre tres frentes: experiencia individual, relación con el destino y sostenibilidad operativa. Ranghi resume ese enfoque con una expresión sencilla: el huésped no visita solo un hotel; entra en un territorio que el resort se ha comprometido a respetar y a amplificar. El desafío para la marca consiste en sostener esa promesa en cada reserva y en cada servicio. Para lograrlo, la cadena invierte en alianzas locales, en diseño de productos y en herramientas que permitan medir el impacto real de
la experiencia.

Si esa lógica prospera, el resultado será un modelo replicable: un resort que ofrezca comodidad sin homogeneizar el lugar, que ofrezca lujo sin desvincularse del territorio, y que vincule retorno económico con responsabilidad social y ambiental. Como expresa Ranghi: «El viajero moderno busca experiencias que transformen». Y Paradisus propone justamente eso: transformar la estadía en una forma de conocimiento del destino.
Paradisus tiene presencia en excepcionales destinos de playas inspiradoras, como Punta Cana en República Dominicana; Playa del Carmen, Cancún y Los Cabos, en México; y las Islas Canarias, en España, y próximamente en Bali, Indonesia. • Más información: Paradisus.com
Sadam Morales González
Redactor
sammoralesg@gmail.com