Rico en contrastes, Chile es el destino perfecto para vacacionar. La agenda se nos queda corta a la hora de programar nuestra ruta por este alucinante destino de América del Sur. Cultura, naturaleza, enología, historia y pasión por el deporte esperan por usted.
Las actividades que se pueden realizar en Chile, ya sean al aire libre o no, son incontables, y no bastarían unas vacaciones para conocer a fondo la esencia del país que dio al mundo la sensibilidad de un poeta como Pablo Neruda, los vinos que ganan premios por todo el planeta y paisajes espectaculares que van desde el desierto de Atacama hasta los glaciares de la Patagonia chilena.
Chile insular
No solo el Chile continental atrae el interés del viajero, las islas que pertenecen a su geografía se han ganado un lugar en la preferencia del visitante. No deje de recorrer el Archipiélago Juan Fernández, localizado en el Pacífico sur, a más de 670 km del puerto de Valparaíso. Lo conforman las islas Robinson Crusoe, Alejandro Selkirk, Santa Clara y otros islotes, que se crearon al producirse una expulsión de magma líquido desde el fondo marino.
La isla de Rapa Nui o isla de Pascua, exótico y místico lugar, es una visita obligada. Por ella anduvieron, siglos atrás, los Mochica, que crearon colosales estatuas de piedra llamadas moái (escultura, en rapanui, lengua nativa). Según algunas teorías, su significado era rendir homenaje a los ancestros. Hace poco se descubrió que las cabezas de estos seres antropomorfos también presentan cuerpo y brazos que por una razón desconocida quedaron enterrados.
Cerca del polo sur
Para los amantes de las temperaturas gélidas, el país dispone de varios escenarios naturales difíciles de igualar. Villa Las Estrellas, en la zona antártica de Chile, es una pequeña ciudad de apenas 120 habitantes, ubicada a 1.580 km de Punta Arenas. Es una de las dos poblaciones civiles que existen en la Antártida y está a corta distancia de la Base Bellinghausen, el mayor enclave que allí tiene la Federación Rusa.
A los glaciares, que podrás visitar en el Chile austral, se suman las pistas de esquí del interior del país, a lo largo de la Cordillera de los Andes. A 40 km al este del centro de Santiago se encuentran conocidos centros de montaña, como Farallones, El Colorado, La Parva y Valle Nevado. Todos cuentan con instalaciones hoteleras, restaurantes, servicios de alquiler de equipos y pistas para todos los niveles. A 164 km al noreste de la capital se encuentra Portillo, el centro de esquí con mayor tradición del Cono Sur.
Un desierto florido
Muchos viajeros europeos buscan el calor de los desiertos, como el de Atacama, también llamado “Desierto florido”, donde durante los meses de octubre a diciembre florecen más de 200 especies de flores autóctonas, que ofrecen un singular espectáculo de color. Se localiza en la región de Antofagasta en el norte grande de Chile, una zona a la que se conoce como Altiplano.
Su belleza indescriptible incluye una diversidad geológica única que atrae a viajeros y científicos durante todo el año por igual. Es además, una zona perfecta para la observación e investigación astronómica. En la ruta de Toconao, en San Pedro de Atacama, se encuentra un observatorio al aire libre que cuenta con el parque de telescopios más grande de América del Sur. Inaugurado en 2003, está abierto al público tres semanas por mes y organiza tours de hasta 25 personas.
Con sus casas de adobe pintadas en color rosa y anaranjado, la villa de San Pedro de Atacama posee dos grandes atracciones: el Museo Arqueológico Padre Le Paige, que exhibe la evolución de la cultura atacameña; y la Iglesia de San Pedro, levantada en el siglo XVII, declarada Monumento Nacional en 1951. Tiene la peculiaridad de que sus techos fueron construidos con cactus, paja y barro, y se usó tiras de cuero en lugar de clavos.
El encanto de Santiago
Santiago de Chile, con sus más de cinco millones de habitantes, ofrece al viajero un abanico de opciones. Todas las capitales exhiben gran cantidad de contrastes, pero la chilena es especial. Cada rincón de esta apasionante urbe tiene características que lo distinguen. Admirar las construcciones coloniales, recorrer los amplios parques y áreas verdes, pasear por las montañas o por las orillas del río son algunas de esas rutas que no querrás perderte.
La Plaza de Armas es el centro de reunión de la sociedad chilena tanto en el ámbito social como político. Hoy también es un espacio para el arte callejero. A 15 minutos caminando se encuentra el Palacio de la Moneda, conocido por ser el centro de operaciones políticas donde reside el Presidente de la República y por ser el lugar donde ocurrió el golpe de estado de 1973.
Inaugurado para el centenario de Santiago, en 1910, el Palacio de Bellas Artes alberga dos de los museos más importantes de la ciudad, el Museo Nacional de Bellas Artes –con una amplia colección de arte chileno–, y el Museo de Arte Contemporáneo, con exposiciones temporales sobre escultura, fotografía, diseño y arquitectura chilena.
Entre los sitios más pintorescos de la capital está el Mercado Central, edificio inaugurado en 1872, donde se concentran la mayor cantidad de establecimientos gastronómicos que comercializan platos típicos como cazuela, caldillo de congrio, asado, chairo, sango, charqui, picante de guata, calapurka, empanadas de pino y pastel de choclo. Desde el cerro Santa Lucía se divisan hermosas vistas de la ciudad. Este lugar es ideal para ir en familia, por los grandes parques que posee. En la cima se encuentra el Castillo Hidalgo, que funciona como centro de eventos.
Sin duda, uno de los lugares más bohemios es el Barrio Lastarria, cuyas calles evocan a las de Europa. Sus restaurantes y cafés nos invitan a probar la vida nocturna santiaguina. Además, es la sede de tres de los museos más importantes de la ciudad. Otro de los espacios que conjugan gastronomía, artesanía y cultura –con más de 90 locales– es el Patio Bellavista.
La casa La Chascona, en las faldas del Cerro San Cristóbal, fue construida por Pablo Neruda para su amante secreta, Matilde Urrutia. Hoy es un museo que exhibe una muestra de artículos. Si concurre a ese lugar, no deje de recorrer el Parque Metropolitano, que además de las vistas de Santiago, ofrece la oportunidad de realizar actividades al aire libre.
Para conocer la artesanía originaria de Chile llegamos a Pueblito Los Dominicos, un centro artesanal con más de 160 locales en los que hallaremos gran cantidad de piezas de cuero, madera, mimbre y lana, y joyas de plata y piedras semipreciosas como el lapislázuli. Otro recorrido interesante es por el Barrio Concha y Toro, que se destaca por la belleza de sus calles de piedra con rieles y sus mansiones de estilo ecléctico y art deco.
El vino, ese embajador chileno
A la hora de hablar de Chile es imprescindible referirse a su legado vinícola. Es uno de los principales productores de vino con una historia que se remonta a la conquista española, cuando los colonizadores sembraron los primeros esquejes o gajos de vides para poder elaborar el vino de misa.
El país es una de las pocas regiones del mundo que posee vides no injertadas anteriores a la filoxera –insecto, parásito de la vid, originario de Estados Unidos–, ya que barreras naturales y condiciones climáticas han impedido el desarrollo de esta plaga. Los diferentes climas del país hacen posible la producción de diferentes tipos de vinos.
Le recomendamos realizar algún tour enológico por las bodegas más importantes, entre ellas Santa Rita, Concha y Toro, Viña Maipo y Almaviva. Los productos de estas prestigiosas bodegas chilenas forman parte del amplio catálogo de El Catador, empresa dominicana que desde su fundación en 1976 se dedica a impulsar el consumo del buen vino en nuestro país.