La Dra. Marcela del Carmen, presidenta de la organización de médicos más grande afiliada a la Facultad de Medicina de Harvard, basa su filosofía de liderazgo en la excelencia inquebrantable y el paciente. Al referirse a su estrategia para gestionar
el talento de élite y mantener la excelencia clínica en el Massachusetts General Hospital (MGH), que también preside, destaca que la excelencia se sostiene atrayendo y reclutando las mentes más brillantes en medicina. Su sistema se fundamenta en ofrecer atención clínica desde un abordaje multidisciplinario y trabajo coordinado.
En entrevista con Bohío, la Dra. del Carmen explora los desafíos transformadores del sistema de salud global, su compromiso personal con la reducción de las disparidades de salud y el rol de la innovación. Aborda la necesidad urgente de mitigar el agotamiento clínico en los médicos y los retos financieros del sector. Además, expone los indicadores de calidad esenciales que priorizan al colaborar con centros internacionales, como el compromiso con la seguridad del paciente y el apoyo institucional al equipo clínico.
La oncóloga, de origen nicaragüense, comparte que su visión de servicio se complementa con su filosofía de vida, en la que la medicina es un llamado sagrado. Su participación en el Congreso Internacional de Turismo de Salud y Bienestar en República Dominicana se explica por un profundo valor personal: el de regresar a su idioma y su cultura para compartir conocimiento y seguir trabajando para que todo paciente tenga acceso a servicios clínicos de primer nivel.
Dada su trayectoria como mujer y profesional nicaragüense en Estados Unidos, ¿cómo influye su perspectiva en la misión de MGH para abordar las disparidades de salud y garantizar el acceso a la atención médica de alta calidad, tanto en Boston como a escala global?
Este es un compromiso personal y profesional como latina y como médico. Nuestro hospital se basa en el lema
«En tiempos de angustia, cada persona se convierte en nuestro vecino». El MGH y el Mass General Brigham (MGB) están comprometidos con servir a nuestras comunidades, locales y globales, con la única misión de traer a cada uno de nuestros pacientes una atención médica de la más alta calidad. De hecho, es la base principal de nuestra misión.
Si tuviera que identificar el mayor desafío transformador para los sistemas de salud del primer mundo en la próxima década, ¿cuál sería y qué estrategias están diseñando en MGH para enfrentarlo?
Tenemos varios retos. Como prioridad, darles a nuestros médicos y clínicos el apoyo que necesitan para seguir desempeñando su trabajo, pues muchos están agotados y arriesgan perder el sentido de misión. El impacto financiero, sobre todo con el alza en costos e ingresos estancados en EE. UU., es otro desafío. Debemos ser innovadores y creativos en cómo utilizar la tecnología de manera más hábil y en cómo diseñar procesos clínicos más eficientes. MGB está comprometido, a través de su transformación a un sistema de salud integrado, en enfrentar estos retos para ser más fuertes que la suma de todas sus entidades.
MGH es líder en investigación. ¿Cómo se está integrando la Inteligencia Artificial (IA) y la medicina digital en la práctica clínica diaria sin que se pierda la conexión humana y empática esencial en la relación médico-paciente?
La inteligencia artificial es, sin duda, una herramienta útil e importante pero no un sustituto del médico. Al centro de
la vocación que es la medicina está la relación y la conexión humana con el paciente y del paciente con el médico.
La inteligencia artificial ya nos está ayudando a aumentar esta conexión, como se puede ver en el uso de tecnología artificial, que puede ayudar con la documentación clínica en el expediente del paciente, lo que libera tiempo del horario de los médicos y nos da más tiempo para dedicarles a nuestros pacientes.

Para que una institución del prestigio de MGH evalúe la referencia o colaboración con centros en el Caribe, ¿cuáles son los indicadores de calidad o de gobernanza clínica que considera esenciales y que los hospitales dominicanos deben priorizar?
Para nosotros son esenciales el compromiso inquebrantable a la calidad y seguridad de cada una de nuestras actividades clínicas, el apoyo institucional a cada miembro del equipo clínico y cada empleado de cada centro médico, y la disciplina de continuar nuestro aprendizaje todo el tiempo, de manera que el personal esté siempre actualizado en su campo o área.
¿Qué programas de gestión de la calidad, seguridad del paciente o de formación profesional desarrollados en MGPO podrían ser más relevantes y replicables en República Dominicana para elevar los estándares de atención?
Creo que el más importante es organización de alta confiabilidad (HRO, High Reliability Organization, en inglés), que nos ayuda a crear una cultura en la que la calidad y la seguridad del paciente son responsabilidad de todos. Esto mejora en gran medida la seguridad del paciente y los resultados clínicos mediante un cambio cultural y diseño del sistema. Implementarlo no requiere de una gran inversión de capital.
Al ser usted oncóloga, ¿cómo se inserta el tratamiento de enfermedades complejas como el cáncer en el panorama del turismo de salud y bienestar? ¿Qué riesgos y oportunidades ve para países de América Latina en esta especialidad?
Hemos hablado del compromiso con la calidad, seguridad y de mantenernos a la vanguardia en conocimientos, y esto es muy relevante en oncología. Los pacientes con cáncer merecen acceso a nuevos tratamientos y a equipos clínicos que puedan abordar la complejidad de la enfermedad, los efectos secundarios y temas específicos como la fertilidad.
No todos los pacientes necesitan esta gama de servicios, pero MGB, con acceso a la mejor medicina e investigación mundial, puede trabajar con países de América Latina. La oportunidad está en establecer centros de excelencia donde no los hay y facilitar acceso de pacientes con cánceres más complejos a una atención más especializada en MGB.
¿Qué expectativas tiene sobre el séptimo Congreso Internacional de Turismo de Salud y Bienestar en República Dominicana? ¿Qué mensaje desea transmitir a los líderes de la región sobre cómo asegurar el crecimiento de este sector sin comprometer la salud pública local?
Tengo mucho interés y mucha ilusión de ser parte de lo que estoy segura va a ser una transferencia de conocimientos, y de renovar alianzas y conexiones que facilitará el congreso. La salud ya no es un problema
local; es, fundamentalmente, un problema global. MGB está comprometido con nuestra comunidad global, y este congreso nos ayuda a llevar a cabo esta parte de nuestra misión.
En varias ocasiones ha mencionado que, para usted, «la medicina es un estilo de vida». ¿Cómo traduce esta visión a su rol administrativo y de liderazgo, y cómo anima a las nuevas generaciones de médicos en Latinoamérica a mantener ese compromiso integral?
La medicina es un llamado sagrado, un estilo de vida y un compromiso de responsabilidad y servicio. Yo sigo ejerciendo como ginecóloga-oncóloga, sigo operando y atendiendo a pacientes en consulta externa. Mi práctica médica me permite vivir de manera personal los retos que enfrentamos y me ayuda a aprender de mis colegas. Esta experiencia no tiene precio porque me ayuda a entender mejor los desafíos y a buscar soluciones. La medicina sigue siendo lo que me da más satisfacción y sentido a mi vida. Mi función administrativa y ejecutiva me da la oportunidad y el privilegio de tener impacto a una escala mayor, de ayudar y servir en un ámbito más extenso y a más personas.
Su participación en el congreso tiene una resonancia especial. Más allá del ámbito profesional, ¿qué valor personal o qué compromiso con la región la motiva a compartir su experiencia y conocimiento en un evento como este en el Caribe?
Es un regalo de la vida y un verdadero honor poder regresar a América Latina cada vez que puedo. Vivo en Boston, donde tengo el gusto de ser parte de una gran comunidad de dominicanos, lo cual hace que venir a República Dominicana sea algo muy especial. Poder regresar a esta cultura que es tan mía —mi idioma, mis sabores, mis paisajes— y, además, compartir y aprender con colegas sobre temas profesionales importantes, es una experiencia indescriptible. Solo puedo agradecerlo con el compromiso de seguir trabajando para que todo paciente, en EE. UU. o en el Caribe, tenga acceso a los mejores servicios clínicos.