República Dominicana, es uno de los países más acogedores del mundo. Los turistas llegan atraídos por la belleza natural e interesados en conocer los secretos de su mágico encanto. Están a simple vista.
El marco natural de la nación, esto es, su espléndida naturaleza, playas, mares, campos, montañas, ríos, palmeras, flores, es su primer atractivo. Sin embargo, los visitantes quedan atrapados y enamorados por siempre cuando conocen su alma. Está en sus tradiciones, folklore, música, fiesta; en la alegría, hospitalidad y sonrisa de la gente; en su artesanía, comida típica; en la espontaneidad del dominicano, su calor humano. Su esencia hace sentir el visitante en familia.
Me surge esta reflexión tras visitar una de las tiendas “Cosas del país”. Este ingenioso negocio, que promueve lo criollo, es propiedad del mocano Carlos Estrella. Fue una magnifica idea, propia de alguien que ama lo típico. En ellas hay pinceladas de la esencia de nuestros pueblos y campos. Tiene dulces, bebidas, artesanías, artículos propios de determinadas comunidades, que proyectan la creatividad y sencillez de nuestra gente, al elaborarlos con técnicas rudimentarias, dejándole el sabor natural de la materia prima, producida en la comunidad.
“Cosas del país” es como un rinconcito de amor. Es un núcleo de afectos, de detallitos que hablan de nuestras tradiciones, de la laboriosidad del dominicano, su capacidad de emprender con materiales simples. Carlos es un típico dominicano, que ama nuestras costumbres y tradiciones. No quiere que desaparezcan. Se siente orgulloso de promoverlas. Busca incentivar la gente en los pueblos para que preparen dulces, postres, comidas y artículos que hablen de nuestra idiosincrasia. Le asegura el mercado para su distribución y venta.
“No importa que tan lejos este el producto, si la recomendación es que es bueno, allá vamos a buscarlo” “De cada pueblo, de cada sitio tenemos lo mejor” dice con vehemencia. Venden, entre otras cosas, mabi y dulces del Seibo; la galleta de manteca y con suspiritos de Moca; el choco –choco de Santiago; higos rellenos de Bani; roquetes de Santo Cerro, etc. Artesanías de todas partes: muñecas sin rostros, jarra, llaveritos, instrumentos de nuestra música típica como la guira , tambora, etc .La bandera y el escudo aparecen insertados por doquier…
“Lo mas emocionante es ver donde trabaja el fabricante. Si el producto es elaborado con higiene y calidad, no vacilamos en ofrecerlo. Lo buscamos donde sea, recorremos el país”, dice con orgullo.
“Cosas del país” debería ser incluida dentro de los lugares que visiten los turistas, para que saboreen lo criollo. En estas tiendas, los dominicanos podemos satisfacer antojos y saciar las añoranzas por algunas de esas cosas propias de la tierra que nos vio nacer. Por esas razones, deberíamos entender su filosofía, facilitar sus acciones y las de todas aquellas instituciones que por buena lid y con detalles, promueven el desarrollo, el turismo y las tradiciones de la nación.