Uno de los mayores legados de Ángel Miolán Reynoso fue lograr que los dominicanos aceptaran que su patria es de belleza incomparable. Siempre supo que los turistas se interesarían en venir a conocerla y descubrirla y abogó porque al visitante se le tratara con calidez, como solo sabe hacerlo el habitante de esta media isla.
Su hija Carmen así lo atestigua en conversación con Bohío, a propósito del homenaje por el centenario del natalicio que nuestra revista dedica al pionero del turismo en República Dominicana. Luchador incansable por el desarrollo de “la industria sin chimeneas”, supo sobreponerse a las burlas de: ‘¿Y los turistas donde están? En la cabeza de Miolán’. “A él no le molestaban; al contrario, se reía de ellas y siguió adelante. Hoy está más que probado que el turismo es un renglón primordial de nuestra economía”, expresa Carmen.
Lamentablemente, Ángel Miolán no ha recibido el homenaje que merecía en el año de su centenario. Su hija está consciente de ello: “Ha sido un año convulso, electoral, de opiniones encontradas, y ha transcurrido como él era: sencillo, humilde, sin ambiciones personales, de entrega total a sus amores, que eran la democracia y el turismo en bien de su patria. No conocía el miedo ni el cansancio si de lograr sus metas se trataba”.
Entre los que no pasaron la fecha por alto se encuentran la Universidad UTESA , que en su semana aniversario designó su cátedra de turismo como “Cátedra magistral Prof. Ángel Miolán”. También se puso en circulación en la ciudad de Santiago la novela “Un generalísimo”, publicada póstumamente, que podrá adquirirse en formato digital en Amazon.
Nació el 28 de diciembre de 1912 y en Dajabón están sus raíces, sus antepasados. “En sus largos años de exilio siempre recordaba a su provincia. Nos narraba muchas anécdotas de sus vivencias allí”, nos cuenta su hija, y añade que la Fundación que lleva su nombre aún no ha podido cumplir con sus objetivos. “Quizás por ser una fundación sui generis, no ha recibido el respaldo necesario para lograrlos, pues nuestro propósito principal es que su legado histórico no desaparezca, que sus sueños puedan ser continuados por las presentes y futuras generaciones”.
Miolán abogaba por diversificar la oferta turística y otorgaba especial importancia, entre otras modalidades, al turismo de convenciones, según deja plasmado en su libro, de lectura obligatoria, “Turismo, nuestra industria sin chimeneas”. Al pasar los años vemos que esa modalidad no se ha desarrollado en el país como debería. Carmen Miolán nos expone su punto de vista: “Con el paso del tiempo las tendencias cambian. A veces se van quedando en el olvido las enseñanzas que otras generaciones nos dejaron. Pero en mi criterio, todas sus opiniones que quedaron plasmadas en sus libros aún están vigentes, aunque no hayan podido ser implementadas”.
Considerado un ícono de la democracia en el Caribe, Miolán se enroló desde muy joven en la lucha antitrujillista. En 1934 participó en una histórica conspiración contra el gobierno de Rafael LeonidasTrujillo, lo cual le valió el exilio, primero en Haití y luego en Cuba, donde se casó con la cubana Carmen Palacios, con la que fundó una de las familias más respetadas de República Dominicana. Para los cubanos, Miolán fue un cubano más, un gran antillano.
Los 27 años transcurridos allí fueron muy fructíferos en su vida. En 1939 participó en la fundación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), junto a Cotubanama Henríquez, Juan Bosch y Juan Isidro Jimenez Grullón. El 5 de julio de 1961 presidió la comisión de su partido, acompañado de Nicolás Silfa, desafiando los retos de la tiranía, pocos dias despúes del ajusticiamiento de Trujillo. La ardua labor realizada por Miolán fue crucial para que Bosch saliera victorioso.
En 1968 el entonces presidente Joaquín Balaguer lo nombra secretario de Estado sin cartera y director general de Turismo, cargo que ocupó por más de ocho años y en el que mostró su enorme valía. Durante su gestión se promulgó la Ley Orgánica de Turismo 541-69, la cual instituye la Dirección General de Turismo. En 1971 contribuye a que se promulgue la Ley 153 sobre Promoción e Incentivo al Desarrollo Turístico, y en 1972 se crea el Departamento de Infraestructura Turística (INFRATUR), a través del Banco Central, para el financiamiento de proyectos turísticos. Las iniciativas de Miolán fueron decisivas para establecer las líneas generales gubernamentales hacia el sector y sirvieron de base para el elocuente desarrollo del turismo en el país.
Sus libros, ensayos y artículos quedan como crónica de una época y hablan del porvenir que anhelaba para su pueblo. Supo trascender el concepto de político para llegar a convertirse en el padre de la industria turística dominicana, rubro que ha demostrado ser el motor de la economía nacional. Si nos preguntamos hoy ¿y los turistas dónde están?, solo tenemos que mirar las cifras que nos avalan como el destino número uno del Caribe.
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