En su reunión de política monetaria del mes de septiembre de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener la tasa de interés de política monetaria en 3.00 % anual. Asimismo, la tasa de interés de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 3.50 % anual y la tasa de interés de depósitos remunerados (Overnight) en 2.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto de la pandemia del COVID-19 sobre la actividad económica y la evolución futura de la inflación. En particular, la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor en agosto fue de 0.78 %, mientras que la inflación acumulada durante los primeros ocho meses del año fue 3.12 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir, de agosto de 2019 a agosto de 2020, alcanzó 4.80 %, situándose dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, al tiempo que la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta básica, alcanzó 4.24 %.
En ese sentido, el sistema de pronósticos del BCRD y las expectativas de los agentes económicos señalan que las presiones inflacionarias recientes son de carácter transitorio, asociadas a la evolución de los precios de algunos alimentos y a la recuperación en el precio internacional del petróleo, por lo que se prevé que la inflación se mantendría dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % en el horizonte de política monetaria.
En el entorno internacional prevalece la incertidumbre asociada al ritmo de recuperación económica global y al hecho de que el número de contagios a nivel mundial aún permanece elevado. En ese sentido, Consensus Forecasts (CFC) proyecta en el mes de septiembre una contracción de la economía mundial de -4.6 % para el año 2020, mientras que se espera una proyección menos negativa del FMI en su informe de Perspectivas Económicas Mundiales del FMI que será publicado en las próximas semanas.
En respuesta al debilitamiento de la actividad global, los bancos centrales alrededor del mundo continúan reduciendo sus tasas de interés de política monetaria y ampliando las medidas de flexibilización monetaria, con el objetivo de apoyar la demanda interna de sus países.
Para Estados Unidos de América (EUA), nuestro principal socio comercial, se comienzan a observar señales positivas que apuntan a una recuperación más rápida de lo previsto.
En efecto, Consensus estima en el mes de septiembre una contracción de -4.4 % para el año 2020, menor a la esperada en el mes de agosto de -5.2 %. La Reserva Federal se mantiene aplicando un grupo de medidas monetarias expansivas, previéndose que su tasa de política monetaria (tasa de fondos federales) se mantendría en el rango de 0 % y 0.25 % hasta el año 2022, al tiempo que implementa programas de flexibilización cuantitativa basados en la provisión de liquidez a través de Repos, compras de títulos públicos y privados en el mercado secundario y programas de canalización de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas, principalmente de los sectores salud y educación.
En cuanto a la Zona Euro, se proyecta que la pandemia provocará un deterioro mayor en este bloque de países, que registraría una disminución de -7.7 % para 2020, de acuerdo a Consensus.
Como respuesta a este difícil panorama, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight) en -0.50 % anual, mientras implementa un amplio programa de provisión de liquidez a través de la compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario. Asimismo, flexibilizó las condiciones del programa de canalización de crédito privado por medio de las entidades financieras y disminuyó la tasa de interés para los créditos a Mipymes y hogares canalizados a través de estas facilidades.
En América Latina, las perspectivas económicas han sido afectadas significativamente por la pandemia, estimándose una reducción de -8.0 % en el crecimiento regional para 2020, según Consensus.
En este contexto de una marcada ralentización económica, los bancos centrales latinoamericanos han continuado disminuyendo de forma importante sus tasas de política monetaria, destacándose las reducciones acumuladas durante este año de México (disminución de 300 puntos básicos), Brasil (250 puntos básicos), Colombia (250 puntos básicos), Perú (200 puntos básicos), Costa Rica (200 puntos básicos), Honduras (175 puntos básicos), Chile (125 puntos básicos), entre otros. Adicionalmente, los bancos centrales de la región se mantienen implementando de forma generalizada paquetes de estímulo monetario, a través de programas de provisión de liquidez y de canalización de crédito al sector privado.
En relación con las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se ha estabilizado en torno a los US$40 dólares por barril, proyectándose un precio promedio para 2020 en torno a los US$ 39 dólares el barril, por debajo del valor de unos US$ 60 por barril inicialmente previsto en el Presupuesto Nacional.
Por otro lado, el precio del oro se ha moderado durante el último mes, ubicándose en torno a los US$ 1,900 dólares por onza troy, aunque se mantiene muy por encima de lo contemplado inicialmente para este año, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre. En ese sentido, el comportamiento en los precios de los bienes primarios deberá beneficiar los términos de intercambio de la República Dominicana y contribuir a la balanza de pagos, a través de una menor factura petrolera y del incremento en el valor de las exportaciones de oro.
En el entorno doméstico, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), señala que, luego de tocar fondo en abril con una caída de -29.8%, la economía se encuentra en un proceso de recuperación parcial, alcanzando una variación de -7.2 % interanual en el mes de agosto, un resultado más favorable que el -8.8 % de julio y menos negativo que el acumulado de -8.5 % de enero-julio, reflejando una normalización paulatina de las actividades productivas. De esta forma, el crecimiento acumulado durante el período enero-agosto se ubicó en -8.4 %. Hacia adelante, los modelos de pronósticos prevén que la economía continuaría recuperándose gradualmente durante el resto del año y se acercaría a su crecimiento potencial en 2021, una vez superadas las crisis sanitaria y económica derivadas del COVID-19.
En este contexto, el Banco Central continúa implementando un conjunto de medidas monetarias orientadas a mitigar los efectos del coronavirus a través de un incremento en el financiamiento para los sectores productivos y los hogares.
En particular, del total de RD$ 190 mil millones puestos a disposición de las entidades de intermediación, RD$130 mil millones corresponden a préstamos para los agentes económicos con el propósito de apoyar la canalización de recursos hacia sectores productivos claves y de proveer un alivio financiero a los hogares y las Mipymes.
Cabe destacar el buen ritmo de canalización de préstamos nuevos y refinanciamientos a través de la Facilidad de Liquidez Rápida, ascendente a unos RD$37 mil millones durante el mes de septiembre, quedando pendiente por desembolsar unos RD$23 mil millones a través de este instrumento.
Como resultado de las medidas monetarias, las condiciones financieras se han mantenido favorables, registrándose una reducción significativa en las tasas de interés de los préstamos otorgados por la banca múltiple, mientras que el crédito privado en moneda nacional se ha mantenido creciendo a una tasa interanual superior al 10 % durante los últimos meses.
En ese sentido, la reducción acumulada de la tasa de política monetaria de 150 puntos básicos desde inicios de la pandemia, así como la implementación del amplio paquete de provisión de liquidez continuará sirviendo de apoyo para la recuperación gradual de los sectores económicos, facilitar la preservación y generación de empleos y permitir la convergencia del crecimiento hacia su potencial en el horizonte de política.
Por otro lado, la pandemia ha afectado significativamente a las finanzas públicas, debido a una caída de los ingresos fiscales por la ralentización económica y al incremento del gasto público asociado a programas sociales orientados a preservar el empleo y a la implementación de medidas sanitarias.
Es importante destacar que la ejecución del Presupuesto Complementario aprobado recientemente y el acceso a financiamiento externo a través de la colocación exitosa de bonos en los mercados internacionales por unos US$3,800 millones, junto al plan de estímulo monetario adoptado por el Banco Central, contribuirán a combatir los enormes retos derivados de la crisis sanitaria y a facilitar la reactivación gradual de la economía dominicana.
En el sector externo, se debe destacar que en los meses recientes se observa una recuperación progresiva del flujo de divisas, asociada principalmente al alto dinamismo que mantienen las remesas familiares, al expandirse de forma interanual en 22.5 % en agosto, y a la recuperación en las exportaciones, compensando parcialmente el impacto negativo que ha tenido la pandemia sobre el turismo.
Asimismo, los altos niveles de Reservas Internacionales del Banco Central, que se ubican en torno los US$10.3 mil millones (equivalentes a aproximadamente 13.3 % del PIB), y los fuertes fundamentos macroeconómicos permitirán que la institución pueda seguir contribuyendo a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, preservando bajos niveles de inflación y manteniendo la estabilidad relativa del tipo de cambio. En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19 sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.