Un destino turístico es un conjunto de componentes tangibles e intangibles que deben producir como resultado una experiencia de viajes inolvidables.
Los recursos naturales y culturales, las infraestructuras, el servicio de un personal capaz y productos alimenticios son parte de la oferta básica para hacer realidad el sueño que compra el visitante.
Hasta aquí, todo bien. Pero ¿qué sucede cuando el visitante es víctima de una enfermedad gastrointestinal o un mosquito le pica transmitiéndole una fiebre? Sencillamente, se inicia el final de unas felices vacaciones y comienza una pesadilla. Nadie viaja para enfermarse o para que lo asalten.
Estas eventualidades tienen un costo. La víctima será el portavoz de una opinión negativa para sus familiares y amigos, lo que trae como consecuencia una erosión de la imagen del destino. Para un destino el tema salud y turismo es clave. Imaginemos un destino cualquiera del país. Si pensamos en aumentar las visitas, la planificación del polo turístico requiere que pensemos en la infraestructura de salud. En los centros turísticos, la ubicación geográfica, el medio ambiente, las características de los asentamientos humanos, la dinámica social y los propios flujos constituyen factores determinantes a controlar en cuanto a la salud se refiere. No hacerla constituye uno de los principales riesgos económicos, no solo para el destino turístico en sí, sino para la industria turística toda.
Si los organismos del gobierno a cargo de la salud, no asumen el control de los vectores de enfermedades tales como la malaria y el dengue. O si, los hoteles y restaurantes no manejan adecuadamente los alimentos, en ambos casos, se pone en riesgo las inversiones millonarias que se realizan para promover el destino. Una estrategia sostenible en el área de salud y turismo supone acciones dirigidas a evitar la sobrecarga en los servicios de salud que producen los flujos turísticos en la alta estacionalidad. Se trata de prevenir proactivamente epidemias y nuevas enfermedades. Pero, además, de enfrentar la prostitución, las drogas, los accidentes y la delincuencia.
Dentro de esta estrategia, adquiere particular importancia el papel de los ayuntamientos en el manejo de desechos sólidos y la integración de las comunidades dentro del plan preventivo de salud. A lo que también se añade, el control sanitario de los aeropuertos a los fines de controlar el tránsito de visitantes en un mundo globalizado que también produce enfermedades “globalizadas” como el HN1, la gripe aviar y el norovirus. Sabemos que la salud y turismo esta íntimamente vinculado a la salud del Producto Interno Bruto (PIB). Crisis de salud en el sector turístico significa pérdidas cuantiosas en dólares y en euros. Hay lecciones aprendidas que nos han hecho levantar los pies.
Esta es la razón por la cual el presidente Leonel Fernández promulgó el Decreto 15-05 que crea la Comisión Nacional de Salud y Turismo (CONSATUR) la cual tiene por objeto promover e implementar el desarrollo del Plan Nacional de Salud y Turismo y realizar los programas que garanticen la salud integral de todas poblaciones y sectores involucrados en las actividades turísticas. Esta Comisión, primera en su género en toda América, está integrada por el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Medio Ambiente, el Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado, la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes y la Organización Panamericana de la Salud en condición de organismo asesor. En función de las nuevas necesidades surgidas al calor de una práctica de varios años, se han integrado la Policía Turística (Politur) (por el tema de la integridad física de los turistas), la Dirección de Migración, el Comité Nacional de Emergencias y la división de Salud Ambiental encargada de controlar la inspección sanitaria a hoteles, restaurantes, bares y discotecas localizados en polos turísticos. Las áreas de acción de la CONSATUR, se encuentran definidas en el Decreto 15-05.
La Organización Panamericana de la Salud, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y el Ministerio de Turismo coordinaron recientemente un taller donde formularon las principales estrategias preventivas a seguir del 2010-2013. Estas estrategias buscan la promoción y protección de la salud a través de un plan de información preventiva dirigida a turistas y comunidades locales. Además, intervenciones prioritarias en el manejo de desechos sólidos, agua potable y residuales. La Comisión supervisará el monitoreo y la evaluación para garantizar las normas sanitarias que se deben observar en los establecimientos turísticos y realizará una vigilancia de la salud ocupacional de los trabajadores relacionados directamente con el proceso de producción de los servicios turísticos. En la agenda de prioridades de CONSATUR también se encuentra la vigilancia epidemiológica y prevención de las enfermedades transmisibles, especialmente las trasmitidas por vectores y transmisión sexual.
Se ha realizado el reglamento que regula tanto la composición como el funcionamiento y la operación del organismo gubernamental. Con la asistencia del Centro de Operaciones de Emergencias se han planificado, además, cursos para la gestión de riesgos en los destinos turísticos. El manejo eficaz de una política sostenible en el área de la salud y el turismo supone un alto nivel de compromiso y conciencia turística de parte del gobierno y el sector privado.
La salud y el turismo no es un tema “coyuntural”. Diseñar una estrategia a largo plazo, que suplante las improvisaciones, “el corre corre” y “los parches”, es el camino a seguir. De cara a los nuevos desafíos que buscan garantizar que la República Dominicana sea un destino seguro y saludable, la CONSATUR fortalecerá en el 2010 su experiencia de coordinación interinstitucional, creará la instancia técnica formal para la implementación del Plan Nacional de Salud y Turismo, estrechará los lazos de cooperación con la Organización Panamericana de la Salud, coordinará el taller dirigido a los ministros de Turismo, Salud y Medio Ambiente para fortalecer el compromiso político de esos ministerios con el Plan y procurará la búsqueda de recursos por parte de los organismos de cooperación internacional. Esta estrategia, estamos seguros, es la vía para seguir garantizando la salud de nuestros visitantes y comunidades en los polos turísticos nacionales.