Los gráficos generados por computadora están presentes en todos los medios, desde películas, programas de televisión, comerciales, series televisivas y videojuegos, hasta en carteles. La apuesta del cine por la tecnología 3D es hoy un negocio rentable que habla del gran desarrollo de los efectos visuales.
A la hora de evaluar una película deben analizarse como un todo los distintos elementos de su producción: guion, actuaciones, efectos, banda sonora, mezcla de sonido, edición, etc. No debemos dejarnos llevar por el criterio que a veces impera, de que un filme es bueno si tiene grandes efectos especiales, pues estaríamos siendo injustos con clásicos como “Tiburón”. Si la juzgamos por los efectos, aun para la época, el animatronic no funcionó como Spielberg tenía en mente, pero con el presupuesto y los recursos a mano, el director manejó la obra magistralmente y terminó recurriendo más al terror y al pánico psicológico.
En la historia del cine, 43 de las 50 películas más taquilleras presentan una considerable cantidad de elementos de animación y efectos visuales. Se calcula que la industria de la animación solo para videojuegos creció unos 50.000 millones de dólares en 2011 y para finales de 2012 se estima que la industria de multimedia y entretenimiento generará unos 2,2 trillones de dólares.
Los gráficos generados por computadora son utilizados cada vez más para crear efectos visuales, ya que la calidad suele ser mayor y los resultados son más fáciles de controlar que otros procesos físicos, como las miniaturas para planos con efecto o los extras para escenas de muchedumbres. También es posible la creación de imágenes que no serían viables mediante el uso de otra tecnología. Hoy un artista de esta industria puede producir contenidos sin el uso de actores o caras piezas de escenario.
En 1993, “Jurassic Park” cambió de manera radical la percepción de la industria cinematográfica. Los dinosaurios de la película parecían tan reales y se integraron tan impecablemente a la película, que las imágenes generadas por computadora parecían secuencias reales. Este filme, que revolucionó la industria para siempre, marca la transición de Hollywood de la animación de movimientos de fotograma a fotograma (Stop-Motion) y efectos ópticos convencionales a las técnicas digitales.
En 1995 se estrena “Toy Story” (de Pixar), primera película generada en su totalidad por computadora. Inmediatamente surgen otros estudios de animación digital como Blue Sky Studios (de la Twenty Century Fox) y Pacific Data Images (de Dreamworks SKG), que se lanzaron a la producción de largometrajes animados. Otras compañías como Walt Disney iniciaron una transición de la animación tradicional a la animación digital.
3D a lo criollo
República Dominicana no se queda atrás y desde mediados de los años ´80 los efectos visuales y la animación digital han ido cobrando auge en los comerciales de televisión. En 2011 esta industria llegó a su máxima expresión con el estreno de “3 al rescate”, primer largometraje animado por computadora y en 3D estereoscópico. El filme, producido por Raycast, estudio de animación digital, fue candidato este año en dos categorías en los premios Casandra, como Mejor Película y Mejor Director. En el extranjero ha recibido varios premios internacionales como el “2nd Place Audience Award Winner” en el New York KidCinemaFest, y el premio “Espectadores del futuro” en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara como mejor producción animada. Como pioneros en el área de animación digital y efectos visuales, Raycast crea diseño y animación de personajes digitales, y efectos visuales para el cine, la televisión, cinemáticos para presentaciones, comerciales, videos musicales y medios integrados.
Luego del éxito de “3 al rescate”, cabe preguntarse cuál es el futuro del cine de animación en 3D hecho en el país. A corto plazo surgirán múltiples proyectos a realizarse en este formato de animación, por lo novedoso que resulta. Aunque el cine de animación es una industria madura en buena parte del mundo, en nuestro país apenas está arrancando y no muchos inversionistas, productores o directores están familiarizados con él y sus procesos. Producir dibujos animados es un arte laborioso y costoso. Pero a rasgos más generales, podemos decir que como país no contamos con una base cultural histórica en cuanto a la animación, y a esto se suma el hecho de que no se promueve el desarrollo de la misma, ya sea por falta de visión o de conocimiento.
Nuestro mercado es limitado, y solo se puede producir animados si se cuenta con un tema que atraiga a las masas –a unas 400.000 personas para que sea rentable–, o que sea una producción para exportación. Lamentablemente no contamos con un festival de cortos animados en República Dominicana, pues cuesta mucho organizarlo, sobre todo conseguir el apoyo de patrocinadores, además de hacer que la propuesta atraiga a la gente, que sea un evento popular.
Sabemos que hay muchos realizadores jóvenes con grandes ganas de hacer animados. Lo principal es que adquieran la mejor formación que puedan, ya sea por tutorías vía internet o en el exterior, y que practiquen hasta desarrollar las habilidades necesarias y formar un portafolio de calidad internacional. ν