El sector turístico y el COVID-19
El sector turístico y el COVID-19

Desde que en diciembre de 2019 se detectaron los primeros casos del virus SARS-CoV-2, mejor conocido como el Covid-19 los cimientos del sistema turístico tambalearon.

La enfermedad que en la actualidad es tratada como pandemia mundial, en apenas tres meses ha tocado casi la totalidad de países que componen La Tierra.  Un virus que no mira clases sociales, raza, sexo; pero que sí tiene una población con alto nivel de vulnerabilidad, nuestros envejecientes, así como aquellas personas con condiciones especiales de salud, tales como la diabetes, la hipertensión y  la obesidad.

El sector turístico, se ha paralizado casi en su totalidad a manera de un “coma inducido” en los principales mercados emisores y países receptores, a fin de evitar la propagación a mayor escala de este gran mal.

La percepción de seguridad ha caído de picada en China, Italia, España y Francia, sumándose por mucho los Estados Unidos, país que se mostraba un tanto escéptico al impacto de la pandemia y que concluye esta semana con más de 80,000 casos detectados, mientras que a nivel mundial ya se habla de más de medio millón de afectados.

Desde la cancelación, por primera vez en su historia de la celebración de la feria ITB Berlin, hasta el cierre de la totalidad de los hoteles de la zona norte de la República Dominicana, país líder de turismo en la región del Caribe, todo apunta a la mayor escena dantesca que ha podido experimentar en este importante sistema de negocios.

Ciudades como Vancouver, en Canadá,  han impuesto multas que van desde los 700  hasta los 34,750 dólares canadienses para las personas y empresas que infrinjan en las normas de distanciamiento social recomendadas por ellos. En España, alejarse de su perímetro de seguridad  y resistirse a la autoridad puede costar desde 600 hasta 30,000 euros de multa. Mientras que en Singapur por su parte el desacato puede costar hasta 13,000 dólares americanos de multa.

La Organización Mundial del Turismo ha recomendado a sus países miembros el dialogo, la colaboración, tal y como han hecho ellos con la Organización Mundial de la Salud, a fin de juntos velar por contrarrestar los efectos de este gran mal en el sector turístico.

Esta organización ha hecho un llamado a emprendedores de todo el mundo para crear propuestas para la pronta recuperación del turismo a través de modelos efectivos que de manera comprobada garanticen la pronta recuperación de los mercados.

En el caso de la República Dominicana, el turismo interno se presenta como una de las vías más seguras para su renacer turístico, una vez se erradique el mal, tal y como lo plantea el técnico español, Javier Mateos de Porras, quien afirma que en el proceso en el que terminen de recuperase los mercados emisores de mayor importancia para Dominicana, el mercado local y el turismo rural siendo bien gestionados podrían jugar un papel estelar en la recuperación de este importante sector económico.

Por su parte el experto español en Congresos y Eventos, Carlos Mena, asegura que el sector turístico debe aprovechar esta oportunidad para modernizar sus sistemas, así como identificar nuevas formas de negocios, orientadas a un público que saldrá exhausto del encierro y con ganas de vivir experiencias inolvidables en lugares libres del COVID-19.

Milka Hernández / Experta en Marketing Turístico