Fue el almirante Cristóbal Colón quien en 1495 ordenó construir la ciudad de La Vega, pues según Fray Bartolomé de Las Casas, el gran descubridor quedó subyugado por la belleza del lugar; de ahí que la bautizara con el nombre “La Vega Real”, que poco después devino Concepción de La Vega, cuando se construyó la fortaleza La Concepción.
Su ubicación en el mapa es muy fácil: en la región norcentral del Cibao, casi en el centro de República Dominicana. Múltiples encantos distinguen esta provincia: los floridos framboyanes ofrecen un espectáculo único, su carnaval lleno de vistosos trajes y coloridas máscaras es capaz de movilizar al país, y por ser tierra de deportistas se le llama a su capital “ciudad olímpica”.
La huella europea puede verse aún hoy en la parte más antigua de la ciudad, que data de principios del siglo XVI, en las ruinas que quedaron después del aterrador terremoto del 2 de diciembre de 1562. Entre las construcciones que se perdieron se encontraban la catedral primada, la fortaleza y algunas casas de los hidalgos caballeros que contribuyeron a su auge.
La ciudad había adquirido gran notoriedad antes de la devastadora catástrofe. Según los historiadores, llegó a ser el principal asentamiento de la isla. En 1506 se creaba para ella una de las dos alcaldías mayores destinadas al territorio insular. En 1512 era sede de obispado, dependiente directamente del arzobispado de Sevilla. La nueva ciudad se levantó en las riberas del río Camú, pero fue incendiada en 1805 por las tropas de Dessalines. En 1810 fue restablecida por orden del brigadier Sánchez Ramírez, para ser destruida nuevamente, casi en su totalidad, con el terremoto de 1842.
Un dato histórico por el que sobresale La Vega es haber sido el lugar donde se produjo el primer reparto de indios, a cargo de Rodrigo de Alburquerque, y donde se estableció el convento de la Orden de las Mercedes, el cual se asoció legendariamente con la cruz plantada por Colón en el Santo Cerro, y que dio lugar al nacimiento del culto de esa advocación mariana en nuestro país.
Y por si fuera poco, La Vega resonó en el mundo en 1994 cuando el cantante Michael Jackson la escogió para casarse con Lisa Marie Presley. Los admiradores del “Rey del Pop” pueden ver en Hard Rock Café Santo Domingo una copia del acta de la boda.
El carnaval vegano
La atracción cultural más popular de La Vega es sin dudas su famoso carnaval, al que acuden dominicanos de todas partes del país y extranjeros ansiosos de conocer esta gran fiesta de pueblo. Durante febrero la ciudad se convierte en el centro de la cultura dominicana, con sus imponentes desfiles y diablos cojuelos con máscaras que representan animales o demonios. La actividad transcurre en la calle Padre Adolfo –y también abarca el Parque de las Flores–, donde los diablos azotan a los transeúntes con sus vejigas de vaca. Un desfile de más de 80 grupos de comparsas cierra el carnaval.
Ilustres veganos
Además de ser cuna de deportistas, La Vega ha dado al país tres presidentes, todos constitucionales: el profesor Juan Bosch, el licenciado Manuel R. Ruiz Tejada y el hacendado Silvestre Antonio Guzmán.
Jarabacoa y Constanza
Estos dos municipios, a pesar de pertenecer a la provincia, merecen una mención aparte. Ambos son escenarios para el disfrute por sus balnearios, ríos, saltos de agua y pequeños valles. Jarabacoa, la región de la “eterna primavera”, es uno de los pilares de turismo de montaña del país, un segmento todavía en crecimiento y con mucho potencial. Sus idílicos paisajes, como el salto de Jimenoa, enamoran a artistas, empresarios e instituciones que construyen aquí sus casas de veraneo y proyectos inmobiliarios en armonía con la naturaleza. Su clima fresco es ideal para la práctica de deportes extremos de montaña como canyonig, trekking, rafting y mountain bike.
El Valle de Constanza, a 1.200 metros sobre el nivel del mar, es el más elevado del país. Sus temperaturas oscilan entre los 5 y los 20 grados centígrados todo el año, que lo convierten en la escapada perfecta para huir del calor citadino y pasar un rato agradable en familia, rodeados del verde más puro y de hermosos sembradíos, entre los que se destacan las flores y las fresas. Entre sus atracciones turísticas figuran las impresionantes cascadas de Aguas Blancas, el salto más alto del Caribe; la pirámide ciclópea, que marca el centro geográfico de República Dominicana y se encuentra en la zona conocida como “La nevera”, en Valle Nuevo; las piedras letreadas, antiguo santuario taíno repleto de petroglifos; y la Reserva Científica Ébano Verde, representativa del ecosistema que conforma la zona.