¿Qué debe poseer un reloj para que se le considere de lujo? Para despejar esta interrogante que asalta a más de un lector, empecemos por decir que el lujo es un término muy relativo y subjetivo a la vez, ya que depende de la circunstancia de cada persona. Además de personalidad propia, son muchas las variables que hablan de los relojes que entran en esta categoría, por lo que me gustaría destacar las que en Nicols consideramos más importantes.
El tiempo que se tarda en su desarrollo, lo artesanal de su fabricación, la calidad de sus piezas, materiales y acabados, el mecanismo y sus complicaciones, las unidades que se fabrican y por supuesto el precio. Este último es un factor determinante y aunque depende del bolsillo de cada uno, es difícil poder considerar un reloj de menos de € 500 un reloj de lujo. Para Nicols el lujo es poder lucir una obra de arte que mide el tiempo, fruto de la combinación de las matemáticas, la ingeniería, la mecánica y la artesanía relojera. Un reloj de lujo es una joya mecánica nacida para perdurar en el tiempo y pasar de generación en generación.
El hombre de hoy quiere un reloj que vaya con su personalidad, sus gustos y su estilo de vida. El acero es el material más utilizado, seguido de su combinación con el oro de 18 quilates. Por otro lado, los materiales nobles como el oro blanco, rosa o amarillo y el platino son clásicos con los que es difícil equivocarse. Por último, me gustaría destacar la continua búsqueda de la industria de nuevos materiales menos pesados y resistentes. Sin ir más lejos, en el pasado Salón Internacional de la Alta Relojería de Suiza (SIHH) nos presentaron al menos tres nuevos materiales que quieren hacerse un hueco dentro de la industria de la alta relojería.
Los relojes son máquinas creadas por el hombre para que con sus diminutos engranajes mecánicos midan el tiempo. Las funciones más convencionales son horas y minutos, calendario, fase lunar, día y noche, cronógrafo, GMT, calendario perpetuo… Pero existen muchas maneras de medir el tiempo y todo aquello que podamos y queramos medir puede ser susceptible de formar parte de las decenas de complicaciones relojeras que existen.
Hoy en día el capitalismo ha creado un mundo en el que las cosas son de usar y tirar, lo cual está haciendo que llenemos nuestro planeta de desperdicios. Sin embargo, las joyas y los relojes son piezas de artesanía creadas para que perduren, por lo que nuestra industria es sostenible a priori. Pero esto no quiere decir que nos debemos dormir en los laureles, sino que tenemos que trabajar más aún para que cada una de las partes de nuestros relojes sea ecológica, desde las bolsas hasta los estuches pasando por los mecanismos y las correas. Nuestra responsabilidad no queda ahí, ya son muchas las marcas que destinan parte de sus presupuestos a financiar proyectos de educación, conservación o investigación, entre otros.