El turismo es vulnerable a los efectos de las emergencias de salud pública y ya está viéndose afectado por el brote de coronavirus en China; sin embargo, aún es pronto para estimar los impactos que tendrá. Así lo hizo saber la Organización Mundial del Turismo (OMT) en una reciente declaración.
La OMT sigue de cerca la evolución del brote del nuevo coronavirus (2019-nCoV) tanto en China como en el resto del mundo y coopera estrechamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS), iniciativa que será vital para detener la propagación del brote y limitar su incidencia en las personas y las comunidades.
También los turistas tienen la responsabilidad de informarse antes de viajar para limitar el riesgo de trasmisión, y deberían seguir las recomendaciones de la OMS y de las autoridades sanitarias de sus respectivos países, afirma la entidad que dirige Zurab Pololikashvili.
Desde el instante en que estalló la emergencia, las autoridades de China han actuado con rapidez y decisión. La OMT expresó su solidaridad con la población del país asiático, su Gobierno y su sector turístico en estos momentos difíciles.
En años recientes, China se ha convertido en un verdadero líder turístico mundial, tanto como mercado emisor y como destino, al ofrecer un medio de vida a millones de personas en todo el país. Y el turismo ofrece un valioso salvavidas para que China se recupere y se rehaga tras este golpe, puesto que es un sector que ha demostrado ya numerosas veces su resiliencia.
En momentos de crisis, el turismo ha sabido asumir su responsabilidad como parte integral de la sociedad y es consciente de que las personas y su bienestar han de ser su máxima prioridad. La OMT, como organismo especializado de las Naciones Unidas encargado del ámbito del turismo, seguirá dando su apoyo a la OMS, el principal organismo de las Naciones Unidas para la gestión de este brote, brindándole asesoramiento y orientaciones específicas en lo que al turismo se refiere.
Según un reporte de Moody’s Analytics, el brote de coronavirus podría tener un impacto más grande que la crisis financiera y la recesión de 2008-2009. Los expertos señalan que a diferencia de la crisis hipotecaria de hace una década, nadie pudo vaticinar que a inicios de 2020 se desataría una potencial y devastadora epidemia.
Para los analistas de Moodyʼs el coronavirus está dejando secuelas en algunos indicadores clave que sirven de barómetro para la economía global. El impacto negativo ha sido notable en el índice de precios de los metales industriales, que va muy de la mano con el crecimiento económico mundial.
En ese tenor, la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, afirmó en declaraciones a la prensa que además de su evidente incidencia negativa en la economía china, el brote de coronavirus supone un riesgo para el crecimiento económico mundial, por lo menos a corto plazo.
La epidemia apareció en diciembre de 2019 en un mercado de pescados y mariscos –también ofrecía carnes exóticas– ubicado en la capital provincial de Hubei, Wuhan. Hasta principios de febrero habían fallecido en esa localidad 425 personas. Hasta esa fecha más de 20 países habían registrado casos de contagio. Sus síntomas son similares a los de un resfriado, pero pueden ir acompañados de fiebre y fatiga, tos seca y disnea.