Runners Adventures renovó su certificación de la Asociación Challenge Course Technology (ACCT), para sus centros de atracciones en la República Dominicana, que adquiere ese sello de seguridad de reconocimiento mundial, con una validez de un año.

Runners Adventures recibió la certificación para su circuito de Zip Lines para sus tres parques de atracciones ubicados en Punta Cana, La Romana y Samaná, que tiene varios años operando en la República Dominicana, en el cual miles de turistas, dominicanos y extranjeros, han vivido de manera segura, Emocionantes

momentos de diversión.

Con la certificación de la ACCT se garantiza la gestión de riesgos y avala que el sistema está bien construido y mantenido, cumpliendo con los estándares mínimos establecidos para un circuito de cableado además de contar con materiales certificados y de la mejor calidad.

La ACCT ha fijado altos estándares de seguridad desde 1993, y está acreditada por la American National Standar Institute (ANSI), como desarrollador de normas, sobre la base de extensas conversaciones con representantes de todos los segmentos de los 

negocios y la industria.

ACCT ha establecido el calendario para la renovación cada año, a fin de que los establecimientos certificados se mantengan al día los estándares de la industria avalados por la ACCT y demás instituciones aliadas.

Carlos Medrano, presidente de Runners Adventures, resaltó el esfuerzo y dedicación del equipo de profesionales de la empresa para lograr esta certificación de prestigio global y exhortó a los Turoperadores a solicitar este aval a todos los Zip Lines y parques de Aventura para garantizar la seguridad de sus clientes.

Runners Adventures es una empresa pionera de excursiones turísticas del país desde 1996, presente en Punta Cana, Puerto Plata, La Romana y Samaná, incluyendo en sus recorridos componentes culturales de las zonas en las que desarrolla sus

actividades.  

Reciente ingresaron a su oferta de diversión el Zip Lines at Night, nueva experiencia única en el Caribe, que consiste en deslizarse por ocho cables dobles de hasta 800 metros de largo sobre un paisaje dominado por una exuberante vegetación y un río de aguas cristalinas y prístinas, teniendo como testigo la luz de la luna, en Anamuya, el área de montañas extensa y próxima a la zona turística de Punta Cana.