Comienzo mi editorial con la ilusión de visitar ese “lugar de La Mancha” donde puedo admirar de nuevo los molinos del ingenioso hidalgo, esos que aún representan hechos monstruosos y tantas causas negativas que perviven y dejan de ser metáforas en tiempos como los que corren.


Y en medio del horror que ha supuesto la pandemia, se alza victoriosa la gran feria internacional del turismo Fitur 2021, cual quijote del siglo XXI, dispuesta a relanzar el turismo en el mundo y vencer cualquier obstáculo que se le interponga. Es una prueba de fuego para España, segundo destino del planeta en visitas de turistas, pero confiamos en el buen tino de sus organizadores, que en 40 ediciones han sabido navegar con éxito hasta posicionarse como un referente en el sector.


Son tantos los recuerdos gratos que atesoro de mis viajes a Fitur como representante de la prensa especializada, que podría armar un libro sobre el tema. Hace unos días me escribía mi buen amigo Claudio Meffert, quien durante 12 años fue el director de la feria, y rememoramos grandes momentos e hitos que contribuyeron a hacer del evento lo que es hoy, una de las mayores plataformas para dinamizar los negocios del sector.


Claudio, visiblemente emocionado por tantas anécdotas e historias vividas, hasta me envió una foto que se hizo en la pasada edición para celebrar el 40 aniversario de Fitur y en la que aparece junto a otras personalidades que tuvieron el privilegio de dirigirla: Ana Larrañaga, Rafael Calderón, Yolanda de Aguilar y María Valcarce, actual directora; solo faltó Alfonso Seoane, el primer director.

Recuerdo con enorme agrado la edición de 1984, tal vez la que marcó el verdadero despegue dominicano en Fitur. Encabezada por el secretario de Turismo, Rafael Suverbí Bonilla, nuestra delegación llevó lo mejor de su artesanía, un elemento que elogió el vicepresidente del gobierno español, Alfonso Guerra. Además, una colección de la revista Bohío Dominicano formó parte de la exposición de los premios al Cartel Internacional de Turismo y Bibliografía Turística; dicho sea de paso, nuestro país se alzó con uno de esos galardones.


Esos viajes a Madrid me brindaron la oportunidad de conocer, de boca de los propios empresarios turísticos con presencia en República Dominicana, los futuros proyectos de expansión en la geografía nacional y las ventajas de invertir en nuestro país. Poder documentar para Bohío cómo se promueve nuestro destino en el extranjero, en intensas y provechosas jornadas de trabajo, siempre me ha hecho sentir orgullo de nuestro sector, que trabaja en una misma dirección por un bien común y el mejor posicionamiento de nuestro destino.


Les deseo de corazón los mayores éxitos a los embajadores del turismo dominicano en Fitur 2021.


¡Abundantes bendiciones para todos!.