Por Sadam Morales González
sammoralesg@gmail.com

Hay momentos en que una distinción deja de ser un simple trofeo para convertirse en diagnóstico: la de ONU Turismo al ministro David Collado se siente así. No solo reconoce resultados medibles; certifica un relato donde la política pública dialoga con la inversión privada y donde los proyectos concretos llenan de contenido una visión estratégica. En un país que aprendió, con esfuerzo y alianzas, a levantarse tras la pandemia, este reconocimiento llega como un impulso —y una exigencia—: el turismo debe seguir siendo una herramienta que multiplica bienestar, reparte oportunidades y respeta el territorio.

El galardón, entregado en Santo Domingo durante el Conversatorio Internacional sobre Cooperación Turística, distingue a Collado como «el ministro de las Américas» por un liderazgo que ONU Turismo valora como visionario y transformador. Natalia Bayona, secretaria ejecutiva del organismo internacional, define al titular dominicano como
«un líder incansable y ejemplo de liderazgo regional». De fondo, la placa resume una gestión que ha priorizado la recuperación, la diversificación y las alianzas: pilares que, según los actores reunidos en la cita, colocan a República Dominicana en un lugar de referencia continental.

Una apuesta por la sostenibilidad y las alianzas

La distinción llega como consecuencia de un trabajo articulado entre Estado y sector privado, que ha hecho del turismo un eje de desarrollo nacional. Collado asume la presidencia de la Comisión Regional de las Américas de ONU Turismo y, en ese rol, organiza el conversatorio donde expertos, ministros y representantes del sector discuten la política y la estrategia de sostenibilidad turística. Allí se firma, además, una carta de intención con la Secretaría Nacional de Turismo de Paraguay que formaliza la participación dominicana como país socio invitado de honor en la Feria Internacional de Turismo de Paraguay (FITPAR) 2026: un gesto diplomático que amplía la proyección comercial y cultural del país en Sudamérica.

Gustavo Santos, director regional de ONU Turismo para las Américas, subraya el carácter ejemplar de la gestión. «Estamos ante un joven que, junto con los sectores público y privado dominicano, marcó un camino; una huella que empezamos a seguir», señala, a la par que destaca la capacidad de Collado para generar consensos en un escenario regional a menudo fragmentado. Para Santos, el reconocimiento premia no solo logros cuantificables —llegadas, conectividad, proyectos—, sino una apuesta por las nuevas generaciones de liderazgo que dejan legado.

Ese plan maestro combina inversión en infraestructura, incentivos a la conectividad aérea, impulso a destinos emergentes y fortalecimiento de marcos de gobernanza público-privada. La firma del memorando con Paraguay ejemplifica el énfasis en la cooperación bilateral como herramienta de promoción y diversificación, y su implicación en foros internacionales confirma una estrategia que trasciende fronteras y busca posicionar al país como interlocutor regional.

Un sector que responde y respalda

Los aplausos no son genéricos: responden con nombres y voces que pesan en el sector y que, con sus palabras, convierten el reconocimiento en un aval público para la gestión de Collado. Gabriel Escarrer, presidente y CEO de Meliá Hotels International, resalta el efecto concreto de esa gestión sobre la actividad turística y el desarrollo nacional: «Tu incansable trabajo por lo que haces, tu entrega a esta magnífica industria capaz de impulsar como nunca
el desarrollo del pueblo dominicano», le dice directamente al ministro, en un gesto que mezcla reconocimiento personal y agradecimiento empresarial.

Sabina Fluxá, vicepresidenta de Iberostar, interpreta el premio como «una visión estratégica clara, una gestión muy eficiente, un liderazgo comprometido con el desarrollo sostenible, la innovación y la excelencia del turismo de República Dominicana», y destaca la promoción internacional y la diversificación de la oferta como los ejes que han permitido consolidar la reputación del país en mercados clave.

Desde el grupo Piñero, su CEO global, Encarna Piñero, enfatiza el alcance histórico del salto competitivo: su testimonio señala que República Dominicana se ha posicionado «como nunca antes había sido» en el mapa vacacional de las Américas, y atribuye a las alianzas público-privadas la capacidad de convertir oportunidades en proyectos sostenibles y
de escala.

Las felicitaciones también traen datos y memoria colectiva. Fernando Hazoury, presidente del consejo de administración de Cap Cana, recuerda la recuperación del sector con cifras y contexto: «Desde la recuperación del sector pasando de cero en medio de una pandemia, a más de 11 millones de personas visitándonos en el pasado 2024, número que en este 2025 superaremos; David Collado, todo su equipo ministerial, el Gabinete Turístico presidido por el presidente Abinader y el apoyo unificado de grandes empresarios turísticos nacionales e internacionales han sido el motor para lograr mantener la estabilidad y el crecimiento».

En la misma línea, Alejandro Reynal, presidente y CEO mundial de Four Seasons Hotels & Resorts, y Daniel Scioli, ministro de Turismo, Ambiente y Deportes de Argentina, refuerzan la lectura: Reynal valora la inversión extranjera y la obra de infraestructura impulsada en la gestión, mientras que Scioli define a Collado como «una fuente de inspiración y motivación por la excelencia de su gestión». José Miguel González Cuadra, de Centro Cuesta Nacional, añade que este galardón «no solo enaltece la gestión del ministro Collado, sino también al presidente Luis Abinader y a la República Dominicana», y hace énfasis en el impacto económico y social del crecimiento turístico.

Sarah Hernández, presidenta de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur), destacó el empeño de Collado en mejorar las infraestructuras turísticas y diversificar la oferta. «Collado ha sabido conectar la gestión pública con el sector privado, y eso ha sido clave para los resultados», afirmó. En tanto, el Banco Popular, a través de su presidente ejecutivo Christopher Paniagua, felicitó al funcionario, al resaltar que su gestión «se ha caracterizado por claridad de metas, ejecución y resultados».

Juntas, estas voces empresariales y oficiales funcionan como un espaldarazo que trasciende el elogio formal: son señales de confianza para inversores y operadores, y representan también una exigencia pública, la de mantener resultados y garantizar que ese crecimiento se traduzca en oportunidades reales para las comunidades.

Los saludos no solo celebran cifras; reconocen procesos: promoción internacional, mayor conectividad aérea, diversificación de productos y alianzas público-privadas. Al mismo tiempo, quienes aplauden recuerdan el desafío persistente: fomentar el crecimiento con criterios de sostenibilidad, equidad y gestión responsable del territorio.

Lo que el premio implica para la política turística

Más allá del aplauso, el reconocimiento de ONU Turismo funciona como una palanca. Otorga visibilidad internacional y legitima políticas que, hasta hace poco, se debatían a escala local: estrategias de sostenibilidad, turismo inclusivo y proyectos de infraestructura con impacto social. Las autoridades y analistas consultados interpretan el galardón como una oportunidad para consolidar marcos regulatorios, atraer inversiones de calidad y profundizar prácticas de gobernanza que vinculen la actividad turística con el desarrollo territorial. La distinción no solo celebra hechos pasados; abre ventanas para proyectos de mediano y largo plazo que requieren coherencia política y continuidad institucional.

En una región donde los destinos se disputan turistas, inversiones y visibilidad, el premio de ONU Turismo a David Collado funciona como un signo de reconocimiento y, sobre todo, como una invitación: la política turística puede ser una herramienta de Estado orientada al desarrollo; pero para ello necesita continuidad, diálogo con el sector privado y compromiso público con la sostenibilidad. El desafío, ahora, es traducir la distinción en proyectos concretos que garanticen la llegada de visitantes y la calidad de vida de las comunidades que conviven con el turismo.