Por Onysela Valdez
@misviajesmidestino
Donostia–San Sebastián, capital de Gipuzkoa, es una de las principales ciudades del País Vasco, y en 2016 fue Capital Europea de la Cultura. Donostia o Donosti, como también se le llama en euskera, es una urbe con encanto. Su ubicación geográfica la hace idónea para numerosos europeos del norte que buscan un mar de azul intenso donde bañarse y un clima acogedor, pese a las frecuentes lluvias.
Por décadas fue el spot de verano para la nobleza y el jet set europeo. Es también muy conocido por su festival anual de cine, su festival de jazz y el despliegue de ofertas culturales, cuya propuesta aumenta cada año en todas las estaciones.
Es un sueño para los que nos gustan las ciudades con puerto y aires de pueblo pesquero. Un enclave coqueto y acogedor, cuyo centro y lugares de interés se pueden recorrer a pie y, para los que no son amigos de caminar, hay un sistema de transporte público muy organizado y práctico.
El País Vasco es bien conocido por sus espectaculares paisajes, ciudades llenas de historia, coquetas marinas y, sobre todo, porque presume de contar con una de las gastronomías más exquisitas del mundo. Todos estos factores hacen que esta sea una apuesta segura para un viaje memorable.
En la Parte Vieja se encuentran dos de los templos religiosos más importantes de la ciudad: la Basílica de Santa María del Coro y la Iglesia San Vicente. También le recomiendo visitar el Museo San Telmo, situado en un antiguo convento, y la Plaza de la Constitución, en la que tienen lugar muchos de los acontecimientos festivos de Donosti, especialmente la izada de la bandera de la ciudad, que da inicio a su fiesta grande, cada 20 de enero, caracterizado por los desfiles de tamborrada durante 24 horas.
En San Sebastián y alrededores se encuentran varios de los mayores representantes de la alta cocina española, con sus restaurantes merecedores de las codiciadas estrellas Michelin: el Martín Berasategui, el Akelarre de Pedro Subijana, el de Juan Mari Arzak, y el Mugaritz del chef Andoni Aduriz, entre otros más de renombrada fama.
Y si de cocina casual hablamos, se paran las aguas. Aquí no se va de tapas, sino de «pintxos». Andando por sus calles se puede perder y entrar en cualquier barcito, donde sería muy extraño no tener una deliciosa experiencia gastronómica hasta con el más simple de los pintxos.
Muchos de sus bares o lugares de «tapeo», además de la barra para algo más informal, también poseen un área de restaurante con menú. Los hay tradicionales con aires coloniales, de comedores rústicos, mantelitos de cuadros o con muros de piedra y azulejos, y de manteles blancos. En auge están los más vanguardistas y minimalistas, con propuestas de fusión. Dondequiera podrá encontrar muestras exquisitas de alta cocina vasca en miniatura.
En un bar típico de pintxos le ofrecerán las raciones más ricas y vistosas, así como cazuelitas con delicias del mar o de la tierra, e ingeniosas creaciones con base de pescados o chuletón. Y claro, le recomiendo para todo esto probar, si no lo conoce, el txakoli, un vino blanco típico de la región y que solo se da en ella. Delicioso.
Ir de pintxos es toda una experiencia. Es una cultura donde confían en el respeto y la nobleza de sus comensales. En algunos bares toma usted mismo lo que quiera de la barra y el camarero confía en lo que le dice que consumió para luego cobrarle.
Cuando empieza la jornada, si tiene hambre, es normal que se le vayan los ojos y ¡quiera comerse toda la barra! Lo ideal es que se informe antes de los bares más recomendados, o los que se ajusten más a su gusto y presupuesto, así como los pintxos más emblemáticos de cada lugar para que pueda planear una buena ruta y conocer y degustar diversas opciones. Aquí mis sugerencias para disfrutar de los mejores pintxos de Donosti.
PARTE VIEJA
La Parte Vieja es el lugar más visitado de San Sebastián. Está ubicado al pie del monte Urgull (visita recomendada), encajado entre el puerto y la desembocadura del río Urumea. Sus calles, llenas de tiendas, restaurantes, cafés, bares de pintxos y sociedades gastronómicas, suelen estar animadas en cualquier época del año.
Estas son las calles de la Parte Vieja en las cuales encontrará los mejores bares de pintxos:
Fermín Calbetón: En esta calle se encuentra el Bodegón Alejandro, donde se crio Martín Berasategui y desarrolló su talento. También ofrecen otras opciones suculentas espacios como el Txalupa.
Otras calles donde puedes encontrar pintxos insuperables en la Parte Vieja son la 31 de Agosto y la Plaza de la Constitución,con diferentes opciones en cada soportal de sus cuatro lados.
Calle Mayor: con mucha movida, se encuentra en una etapa floreciente en cuanto a bares novedosos y propuestas gastronómicas.
Dos opciones para tomar algo son el Bar Bergara y la Bodega Donostiarra. Cerca de esta, en un espacio de dos manzanas a la redonda, tiene más opciones que merece la pena probar.
LUGARES IMPERDIBLES PARA «PICAR»
- Beti Jai: Es un «must», de los más visitados de la Parte Vieja.
- La Mejillonera: Para los amantes de los mejillones, este es el edén. También en la Parte Vieja, al lado del puerto, es un clásico de la ciudad. En este lugar se comen las mejores patatas bravas. Es un bar típico de tapeo. El éxito está en el alioli que utilizan, con un picante, una textura y un sabor balanceados y deliciosos.
- Bar Gandarias: De mis favoritos. Es una taberna tradicional de pintxos donde degustarlas especialidades vascas. Su barra tiene una gran variedad. Le recomiendo el pintxo de solomillo, la brocheta de chipirón, sus croquetas, las crepes de bacalao, o las gambas con tocineta.
- Bar Ganbara: Productos de calidad y una selección muy cuidada. Le sugiero que para maridar aproveche uno de los deliciosos vinos españoles que ofrecen de su propia bodega.
- A Fuego Negro: ¡Otro de mis favoritos! Raciones pequeñas, para comérselas todas de una sentada. Eso sí, mejor dejar este para un solo día, por eso de las calorías y la digestión. El ambiente, buenísimo.
On egin! (¡Buen provecho!).