Colón entró por La Isabela con sus tres carabelas y Sir Francis Drake en su Golden Hind inglés, llegó por La Tortuga. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Más de cinco siglos.
Desde entonces hasta nuestros días los países europeos y otras potencias del norte y allende los mares se disputan la hegemonía de esta isla enclavada en el corazón del Caribe. Por aquí pasaron los más famosos exploradores y explotadores del mundo conocido y no hace falta hacer el recuento histórico de sus “proezas” y de toda la sangre derramada por ese afán desmedido de conquista, con el que han logrado diezmar las poblaciones indígenas y apoderarse de las riquezas de esta tierra pródiga bendecida por Dios.
Esas inconductas que generan razonamientos comprimidos en la memoria histórica de nuestros pueblos, también han logrado crear conciencia y forjar el temple de los dominicanos que no transigen en volver un paso atrás porque entienden que ya pasó la época de cambiar oro por espejitos, y nada ni nadie puede lograr en estos tiempos modernos que una nación independiente ceda sus derechos ciudadanos éticos y económicos a la codicia de los rapaces irresponsables que deambulan para pescar en mar revuelto.
Hasta ahora todos los intentos anteriores realizados para regularizar lo concerniente a la migración de los extranjeros que llegan al país, y deciden quedarse a vivir aquí de manera irregular, han fracasado. No han valido convenios ni modus operandi.
Hoy el gobierno de República Dominicana auxiliado por las facilidades que ofrece la tecnología le ha dado un giro copernicano al asunto, al crear una plataforma técnicamente viable para llevar a cabo un plan “maestro” de normalización de extranjeros.
Ese Plan Nacional de Regularización de Extranjeros que anunció el gobierno hace dos años, procedió el 15 de julio de 2015 a entregar en todo el territorio nacional los carnés a los extranjeros que completaron a tiempo el proceso acatando el llamado de las autoridades. Del registro de 300 mil haitianos, más de 200 mil lograron acogerse al plan que sin dudas les ofrece paz mental y resguarda los derechos de esas personas que de ahora en lo adelante pueden residir legalmente en nuestro país.
Consciente de que se está haciendo lo correcto, lo que nunca se ha hecho, me permito con todo respeto compartir mi sueño con el presidente Danilo Medina, para que logre coronar su obra:
1.- Señor presidente, aproveche la promoción que nos mantiene en la palestra pública global y licite, también a escala mundial la construcción de la Autovía Internacional, iluminada desde Montecristi hasta Pedernales, 391 km, un puente sobre el Río Artibonito y otro sobre el Masacre, para que nunca más “se pase a pie”.
2.- Tan pronto inicie la construcción, que sería administrada por fideicomiso, solicite al señor Ban Ki-moon la intervención de sus buenos oficios para lograr la donación a Haití de dos hospitales materno-infantiles colocados a 100 km, distantes uno de otro en la ladera oeste de la vía. Uno donado y administrado por el Reino Unido, que honraría la memoria de Sir Francis Drake, y el otro donado y administrado por Francia para reconocer a Toussaint L’Ouverture, el libertador de sus esclavos. Por supuesto, en esa ladera oeste debe seguir la Misión de la OTAN en Haití (MINUSTAH) para que vigile y preserve la zona.
3.- En la ladera este, que debe vigilar y preservar con celo el ejército dominicano que habla creole y una Comisión de Frontera presidida por usted, compuesta por los ministros de la presidencia, las fuerzas armadas, aduanas, migración, turismo, relaciones exteriores, interior y policía, para que a una sola voz se enmiende la plana en cada situación.
El gobierno otorga facilidades a través del CEI-RD y las PYMES para invertir en instalaciones de la categoría del Caribbean Industrial Park del Grupo M.S.A, y minis Merca-Santo Domingo, ubicados en Montecristi, Dajabón, Restauración, Elías Piña, La Descubierta, Jimaní y Pedernales, “pa’ que se acabe la vaina” de denostar la calidad de los productos dominicanos a través del Lobbying Disclosure mendaz que emprenden las élites haitianas siempre que desean llamar la atención para lesionar a República Dominicana.
Se acabó la oscuridad…, el monte y culebra… y el cruce de maco con cacata y yo desperté del sueño hondo y profundo en que dormía.