El turismo de lujo, segmento que en los últimos años cobra auge en el mundo y en República Dominicana, refleja su actual proliferación en proyectos orientados al huésped del “high end”.
“En nuestras zonas turísticas tenemos tanto hoteles boutique y de lujo, como complejos turísticos inmobiliarios, con tendencia a seguir creciendo y atrayendo a ese viajero exigente amante de los detalles”, señala Fernando Peña León. Según el presidente de Luxury Hotels & Residence, primera y única empresa especializada en la representación de ventas de hoteles boutique y de lujo en el país para el mercado de Estados Unidos y América Latina, la gran diferencia entre este segmento y el de resorts convencionales es la oferta de un hospedaje más íntimo y exclusivo, con un servicio de gran calidad y personalizado.
Su nicho de mercado, comenta Peña a Bohío Internacional, no es el gran público, sino el de alto poder adquisitivo, como el viajero corporativo o de negocios que demanda gran nivel de privacidad, confort, atenciones y tranquilidad. “Contar con este tipo de productos en todas las zonas hoteleras de nuestro país es una muestra del crecimiento indetenible de este sector. El desarrollo que pueda llegar a tener va a depender en gran medida de la proyección que tengamos internacionalmente como marca país, y esto será debido al trato y la atención brindada a ese turista del ‘high end’, por lo que resulta fundamental el entrenamiento y la capacitación del personal que está en contacto directo con el huésped”.
Una buena primera impresión Sólo hay una oportunidad para dar una buena primera impresión, y ese es el lema de Luxury Hotels & Residence, que también imparte adiestramientos en servicio al huésped, motivación al personal, ventas, rotación versus lealtad, dinámicas interdepartamentales, terapias grupales de interrelación, manejo de conflictos y liderazgo, entre otros. “Es preciso reconocer la gran labor que viene desarrollando el Ministerio de Turismo al apoyar al sector de lujo, ya sean hoteles boutique o proyectos turísticos inmobiliarios”, resalta Peña.
En términos de opciones de estadía, el turismo de lujo en República Dominicana ha experimentado un avance significativo. “Pero a mi entender el impacto más importante lo ha tenido en la conceptualización y materialización de los proyectos. Hemos buscado otros nichos para mercadear, promover y vender estos productos. Pienso que migrar de un turismo de masas a uno mucho más exclusivo conlleva una transición y toma tiempo”. Para el presidente de Luxury Hotels & Residence, lo más valioso que aporta el país al viajero que busca privacidad y discreción son sus recursos naturales. “Eso lo comprobamos con la frecuente llegada de figuras internacionales del deporte, la música, el entretenimiento. Somos un destino paradisíaco, tenemos todo lo que cualquier turista pudiera desear: las mejores playas del mundo, montañas y ríos dignos de aparecer en postales, y no menos importante, ese ‘charm’ natural y cultural de los dominicanos, que nos convierte en excelentes anfitriones”. Lujo a la dominicana A pesar de que en los últimos años se habla de crisis, el turismo inmobiliario de lujo sigue creciendo. De acuerdo con Peña, este incremento se debe a esos atributos que caracterizan al país, “y a que las personas saben que pueden realizar inversiones confiables e inteligentes.
Si comparamos los precios de propiedades en nuestro país con los de otras partes del mundo, la relación calidadprecio es mucho mejor por el valor agregado que ofrecemos. República Dominicana es una joya, todo el mundo quiere venir de vacaciones, ya sea para conocerla o invertir. Cuando estoy en ferias en el extranjero y menciono nuestro destino, la atención del público es inmediata y nunca falta un comentario positivo o un elogio”. Algunos de los beneficios que Luxury Hotels & Residence brinda a los hoteles boutique y al turismo inmobiliario tienen que ver con incrementar su ocupación con viajeros ejecutivos de gran prestigio, ampliar la presencia de grupos y el negocio de incentivos en el país, estrechar la relación con las cuentas más productivas del sector de hoteles de lujo, y entrenar al personal de estos establecimientos para que sean capaces de ofrecer un servicio de primera, que halague al visitante mientras dure su estadía en el hotel.
“Cuando salimos por el mundo, preparamos nuestra cartera de ofertas en base a las necesidades y expectativas de la audiencia que vamos a abordar, realizamos perfiles del comprador y en torno a ellos elaboramos presentaciones puntuales”, expresa Peña, quien heredó de su padre la pasión por la industria de la hospitalidad. “Ver su labor diaria, las muestras de agradecimiento, afecto y satisfacción de las personas con quienes trató –muchas de las cuales hoy son grandes amistades–, despertaron mi interés por tan reconfortante trabajo. Nunca hay un día igual al anterior y en cada jornada hay tantos retos como huéspedes. Para la industria hotelera hay que nacer hotelero y con una vocación de servicio que viene en la sangre”, concluye el joven directivo.