La logística inversa o de retorno opera en las actividades que implican el regreso de productos desde el cliente hasta el proveedor. Es un sentido contrario a la logística tradicional que trata las actividades que acercan el producto desde su origen hasta su punto de consumo. Esta dinámica social es tan antigua como la práctica del rehúso de recursos (reciclado), que data de la Edad de Piedra cuando nuestros antepasados aprovechaban los residuos de la fabricación de herramientas, como astillas afiladas que convertían en puntas para flechas y lanzas.
En la actualidad la logística de retorno abarca un espectro profesional y de negocios muy rentable e interesante. Aparte del reciclaje, incluye actividades claves como reemplazo de materiales y manejo de residuos, todo esto enfocado en el mejoramiento medioambiental. Es ahí donde hace sinergia con los procesos empresariales de responsabilidad social.
Nuestro país ya se subió al tren verde y convirtió la logística de retorno en un lucrativo negocio que en 2015 aportó 98 millones de dólares a nuestra cartera de exportaciones, con un total de 50 empresas exportadoras registradas, según informaciones del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD).
Para 2016 las cifras mantienen un ritmo similar. Si bien se reportan irregularidades respecto al origen y la comercialización de estos materiales, nuestro país ya cuenta con un marco legal al respecto, la Ley 110-13 del 6 de agosto de 2013, que tiene por objeto regular el comercio y la exportación de desperdicios y desechos de materiales ferrosos y no ferrosos con el fin de evitar el robo y comercio ilegal de cables eléctricos, tapas de alcantarillados y otras estructuras metálicas importantes para la población dominicana.
Otras entidades como la Dirección General de Medio Ambiente y el Ayuntamiento del Distrito Nacional también han apoyado estos procesos mediante la emisión de programas, resoluciones y reglamentaciones que aseguren el correcto manejo de las operaciones de reciclaje.
En el sector privado ya son muchas las empresas que han iniciado programas formales de responsabilidad social, conscientes del impacto medioambiental. Las empresas socialmente responsables tienen un mejor desempeño financiero, costos operativos reducidos por la lealtad de su personal, mejores habilidades para atraer y retener buenos empleados y mayor admiración de la sociedad. Esto se traduce en una imagen corporativa excelente, mayores ventas por su reputación frente al consumidor y una reducción de la supervisión regulatoria del país donde opera.
Más allá de la esfera de responsabilidad, la logística inversa también ayuda a las empresas en términos de hacer más eficiente el manejo de sus devoluciones, incluidas las actividades de reproceso, refabricación y disposición de material de desecho. La gestión de retorno de mercancía, que obedece a múltiples factores como exceso de inventario, vencimiento, estacionalidad, fallas y desperfectos, puede afectar la rentabilidad si no es correctamente ejecutada en términos de recepción, clasificación, contabilización y posible reutilización, en los casos en los que aplique.
Por su impacto en los costos, se ha prestado especial atención a la logística inversa, que se ha convertido en un área especializada. Empresas de logística tradicional como UPS y DHL han ampliado su portafolio incluyendo servicios de administración de retornos bajo la premisa de crear una ventaja competitiva a través de un rendimiento confiable y una respuesta expedita que se traduzca en la satisfacción y lealtad del cliente.
En resumen, la logística inversa es una actividad muy antigua de reciente desarrollo. Comprende aspectos claves de gestión empresarial que se convierten en oportunidades costo-eficientes tanto dentro como fuera de las organizaciones. Responsabilidad Social Corporativa, la pujante industria del reciclaje y la posibilidad de administrar y aprovechar las devoluciones de los clientes transformándolas en una ventaja competitiva de satisfacción y fidelización, son la propuesta de esta prometedora disciplina de negocios. Alinearse a esta modalidad debe ser un compromiso de las empresas que más que retorno mínimo buscan eficiencia en su red logística.