Completar 42 kilómetros es una tarea ardua pero con el entrenamiento correcto es fácil de lograr. No se necesitan condiciones súper especiales sino la voluntad de levantarse todos los días a entrenar.
Para muchos, entre los que me incluyo, correr genera enorme satisfacción en términos personales. En los últimos años hemos visto cómo una gran cantidad de personas se han interesado por el maratón en el plano recreativo, no profesional, lo que hace que la pasión por correr sea vista como una actividad deportiva sana y no como una locura.
Todavía me sorprendo cuando hago corridas largas o fondos, y cuando supero mi propio tiempo. Eso me llena de orgullo y me hace seguir esforzándome más. Está científicamente comprobado que correr genera endorfinas que nos proveen una sensación de felicidad. Es una actividad física muy buena y no necesita de muchas cosas, salvo unos buenos tenis y la disposición.
Todos los comienzos son difíciles, solo hay que comenzar para darse cuenta de que entre sus muchos beneficios está el hacer amigos. Debemos enfocarnos en mejorar, y no solo en el tiempo que hacemos al llegar a la meta, sino en la satisfacción de haber logrado algo que para la inmensa mayoría es una estupidez, para otros una locura y para nosotros un estilo de vida.
Empecé a correr en 2006 por la razón que probablemente muchas personas lo hacen: perder peso. Comencé corriendo en una máquina. Luego fui aumentando el tiempo hasta que podía correr por media hora sin interrupción. Al final perdí 25 kilos, aproximadamente, y podía correr sin tener que pararme o caminar.
En ese mismo año fui a caminar al parque Mirador Sur con un amigo y como me consideraba un “corredor” decidí correr. En ese momento me di cuenta de que son dos cosas muy distintas correr en máquina y correr en la calle. Me vi desmoralizado, pues sentía mucho dolor y veía como todos me pasaban, pero decidí seguir corriendo en el parque y no en la máquina. Poco a poco fui aumentando la distancia, la cual medía en postes de luz. Luego me hice asiduo del parque. Así hice mis primeros 10 Km. en 2008.
El maratonista perfecto
Un maratón lo puede correr cualquier persona que sobreviva el entrenamiento, que en mi opinión es más difícil que la misma carrera, teniendo en cuenta que hay que sacrificarse algunas salidas y una que otra comida y bebida. Correr es un ejercicio aeróbico excelente que mantiene nuestro corazón muy saludable, ya que este órgano se entrena al igual que muchos de los músculos que utilizamos al correr.
El cuerpo cambia, las piernas se ponen fuertes y el corazón trabaja menos forzado, pero hay que combinarlo con otros ejercicios de manera que la quema de tantas calorías no afecte la masa muscular, sobre todo de los músculos que menos usamos al correr. Para tener mayor éxito podemos combinarlo con la bicicleta o la natación, que son de muy bajo impacto y dan excelente beneficios.
El riesgo al que están expuestos los corredores son las lesiones, que todos hemos experimentado en mayor o menor medida. Correr es un deporte de muy alto impacto y tiene un efecto en nuestras extremidades inferiores que si no se atiende a tiempo podría empeorar y hacer que nuestras próximas corridas sean más dolorosas y no se disfruten. El descanso es vital para el entrenamiento. Aunque nos parezca contraproducente, el descanso nos hace ser más fuertes y más rápidos, ya que es el tiempo en que nuestro cuerpo se recupera de esas micro fracturas que sufren los músculos.
El maratonista perfecto es quien logra el equilibrio entre lo físico y lo mental, aspecto esencial al momento de correr un maratón. Si nuestra mente no está tan fuerte como nuestro cuerpo, ella nos “pedirá” que nos paremos, que abandonemos la carrera, que no nos esforcemos tanto. De ahí que en las 16 o 20 semanas que normalmente duran los entrenamientos debemos aprender a manejar nuestra mente para que responda positivamente frente al cansancio y la fatiga.
La correcta nutrición
La alimentación del corredor debe ser equilibrada y debe incluir carbohidratos y proteínas en las cantidades adecuadas para que no aumentemos de peso, pero sí suficientes para que nos proporcionen toda la energía necesaria para entrenar. Por ejemplo, el día antes de un maratón se debe comer cada cuatro horas aproximadamente y hacer una cena baja en grasas, fibras y lácteos pero que incluya bastantes carbohidratos y algo de proteínas. La hidratación debe hacerse el día antes de la carrera para asegurar el correcto rendimiento y la funcionalidad de los músculos. Durante la carrera se debe ingerir líquidos con sodio para compensar el que perdemos a través de la sudoración.
Disfrute
Todos los maratones se disfrutan, para eso entrenamos y nos preparamos. Algunos los disfrutamos más, sobre todo cuando hacemos nuestros mejores tiempos o cuando sentimos que casi ni corrimos por lo “fácil” que nos resultó la carrera. Los maratones internacionales son los que más disfrutamos, ya que le ponemos un poco más de empeño al entrenamiento y el clima nos ayuda bastante. He tenido la oportunidad de hacer varias veces el medio maratón de Miami y el maratón completo, una carrera que se disfruta por la gran participación de corredores dominicanos. En el país contamos con muchos entusiastas con los que comparto cada año en medio maratones como el Löwenbräu y el de Punta Cana, al igual que en otras carreras de aventura.
Todos recordamos con mucha emoción la primera vez que completamos nuestro primer 10 Km., el primer medio maratón y en especial nuestro primer maratón. Los nervios te atacan, la mente juega un papel muy importante, te preguntas a cada momento si serás capaz de correrlo completo… comienzas a sentir los dolores del entrenamiento, te duelen músculos que ni sabías que existían y pasas la salida, te mezclas con otros corredores, llevas puesto un t-shirt con tu nombre y la bandera dominicana y una vez que empiezas a correr se van los dolores y la adrenalina te llena y sientes ese placer que se genera al correr. Ya no hay dolor, estás enfocado en tu objetivo de tiempo y cuando cruzas la meta sientes que, aunque no llegaste en primer lugar, eres el campeón y de inmediato te invade una satisfacción personal tremenda. Ya no hay dolor, solo la gran emoción de saber que ya eres un maratonista.
Por Jaime Licairac
Atleta
Corredor de Fondo
@JLicairac
jlicairac@gmail.com