Por Antonio Puesán
Revista Bohio

En el ámbito del béisbol, tanto dentro como fuera del terreno, he acumulado experiencias que han sido verdaderos testigos de la evolución del juego a lo largo de las décadas. En especial, he presenciado el impacto que los peloteros dominicanos en las Grandes Ligas desde aquel momento trascendental en 1956 cuando «El Orégano» Osvaldo Virgil pisó un terreno de béisbol con los Tigres de Detroit. Es fascinante observar cómo nuestra pequeña isla se ha convertido en una potencia exportadora de talento, con más de 900 jugadores dominicanos que han dejado  huella en las Mayores.

Es innegable que República Dominicana ha emergido como un destino turístico de primer nivel, pero, ¿qué tal si aprovechamos esta posición privilegiada para fusionar el turismo con el deporte? El concepto de turismo deportivo ha estado ganando terreno como una oportunidad prometedora para diversificar nuestras fuentes de ingresos y promover nuestra identidad nacional.

AL ser el principal exportador de peloteros de élite, ¿por qué no capitalizar aún más este activo? En lugar de solo ser el «exportador de talento», ¿por qué no convertirnos en la marca detrás de esos talentos? 

Figuras como Julio Rodríguez de los Marineros de Seattle, Fernando Tatis Jr. de los Padres de San Diego, Juan Soto de los Yankees de Nueva York, Willy Adames de los Cerveceros de Milwaukee, Jeremy Peña de los Astros de Houston, entre otros, no solo son estrellas en el terreno, también pueden ser embajadores de nuestra marca país.

Imaginemos un programa donde estos jóvenes talentos sean moldeados y encaminados para convertirse en verdaderos Peloteros Marca País. ¿Qué implica esto? Significa más que solo destacar en el juego; significa representar los valores, la cultura y la hospitalidad dominicanos en todo momento. Estos peloteros no solo serían estrellas en el campo, sino que también serían rostros reconocidos que promocionarían activamente nuestro país en el ámbito internacional.

ESTRATEGIAS PARA LOGRAR PELOTEROS MARCA PAÍS

  • Formación integral: Más allá del entrenamiento deportivo, estos peloteros deberían recibir formación en comunicación, etiqueta empresarial y conocimiento cultural para ser embajadores efectivos.
  • Alianzas estratégicas: Colaboraciones con marcas locales e internacionales pueden ayudar a promover la imagen de los peloteros y, por ende, la de nuestro país.
  • Campañas de marketing: Desarrollar campañas de marketing creativas y atractivas que destaquen la conexión entre el talento deportivo y la experiencia dominicana.
  • Eventos especiales: Organizar eventos deportivos internacionales en República Dominicana para atraer a fanáticos y turistas, con la participación activa de nuestros Peloteros Marca País.
  • Apoyo institucional: El respaldo del gobierno y de entidades deportivas sería fundamental para impulsar esta iniciativa y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

En resumen, convertir a nuestros talentosos peloteros en Peloteros Marca País es una oportunidad emocionante para promover la identidad dominicana en el escenario mundial. Con la combinación adecuada de estrategia, formación y apoyo podemos posicionar a República Dominicana como un destino turístico deportivo de clase mundial, impulsado por la pasión y el talento de nuestros atletas. Es hora de jugar en grande, dentro y fuera del campo.

República Dominicana ha emergido como un destino turístico de primer nivel, pero, ¿qué tal si aprovechamos esta posición privilegiada para fusionar el turismo con el deporte? El concepto de turismo deportivo ha estado ganando terreno como una oportunidad prometedora para diversificar nuestras fuentes de ingresos y promover nuestra identidad nacional.