En los últimos años el concepto de fotógrafo de familia ha adquirido mayor notoriedad. Cada vez son más quienes acuden a este profesional del lente para inmortalizar momentos con los seres queridos. Uno de los que se dedica a esta variante de la fotografía es el dominicano Raki Tejada.
Para Raki, cuya esencia como ser humano está en el apego a su familia, nada le satisface más que encontrar una foto de cuando era niño, con su abuela o con amigos, y rememorar viejos tiempos. “Soy un fotógrafo que no busca poses, prefiero que las personas que conforman el cuadro o retrato sean ellas mismas. Una fotografía de familia marca los recuerdos de una unión entre padres e hijos o entre hermanos… Sin temor a equivocarme, este tipo de fotografía a veces hace hasta recapacitar en situaciones difíciles”, nos confiesa. Y qué mejor testigo que un fotógrafo de familia para ver contrastes, sonrisas y actos espontáneos. “Me identifico mucho con eso porque soy muy sensible y muy unido a mis padres y hermanos”, señala.
El nacimiento de una pasión
De joven, cuando vivía en la casa paterna con sus padres y hermanos, era el que siempre tenía lista la cámara. Su romance con la fotografía se consolidó con el nacimiento de su primera sobrina, Ysabella, primera nieta de sus padres. Por el nacimiento de la bebé, Raki decidió comprar su primera cámara DSLR, que consideraba de buena calidad. “Todavía haciendo pininos en la fotografía profesional, me volcaba a tomarle un sinnúmero de fotos a mi primera sobrina. Mis amigos y familiares tuvieron que tenerme mucha paciencia porque no paraba de retratar a tan hermosa bebé”.
La familia fue creciendo –llegaron más nietos para sus padres–, y los amigos también empezaban a agrandar sus familias; ellos mismos le pedían que fotografiara a sus hijos de manera individual y como familia. “Eso me llevó a seguir educándome de manera profesional para mejorar mi técnica en las imágenes. De manera espontánea decidí que la fotografía fuera parte de mi vida como profesión, además de hobby”, nos cuenta.
A la hora de hacer retratos
Raki nos describe tres aspectos importantes a la hora de hacer retratos de familia: fecha, vestuario y locación. Según Raki, la fecha tiene que ser bien determinada, no debe haber otros compromisos que puedan estresar a los que participaran en la sesión. “Eso hace que hasta el semblante cambie en la foto y no quede natural o agradable. También influye la rutina de los niños; es bueno que estén descansados, que ya hayan comido y estén de buen humor. Una fotografía es una obra de arte al instante, es incluso más difícil, pues un pintor puede hacer el semblante que quiera en sus pinturas, un fotógrafo no. Es un trabajo en equipo”.
Según Raki, el vestuario depende del tipo de fotografía que el cliente quiera. Los contrastes de colores con la locación son muy importantes. “Si predomina el verde, este se puede combinar con colores vivos o tenues pero que vayan en armonía con la locación y permitan descansar la mirada de quien admire las fotos. Mi esposa Karis ayuda mucho con las sugerencias en vestuario y colores de temporada, ya que es un tema que influye significativamente en el resultado final”.
La locación, agrega el experto, también tiene que hacer contraste. “Una sesión fotográfica sencilla, en espacios abiertos, te da más oportunidad para jugar con las luces y el color del vestuario para ambientar la foto lo más natural posible. Es fundamental combinar el estado del tiempo, la hora y el entorno”, puntualiza.
Cuando se trata de elegir el entorno, a Raki le gusta escuchar lo que sus clientes desean. “De todas maneras, como su fotógrafo les sugiero lugares diferentes de acuerdo con el sentimiento que quieran guardar de la fotografía. Puede ser un lugar que guarde recuerdos bonitos como una casa en la playa, el jardín de algún familiar, la ciudad donde se conocieron los abuelos; es decir, un sitio cuyo valor sentimental traspase generaciones por el sentido que le da a su árbol genealógico”. Para Raki las fotografías son recuerdos de amor, de nostalgia que se preservan a través de los años.
Capturando emociones
Al preguntarle cómo hace para lograr la interacción de todos los miembros y capturar momentos espontáneos, nos revela su secreto. “Un fotógrafo debe “desvanecer” su lente y cámara frente a la familia a fotografiar, compartir primero con ellos, que se sientan en confianza y quitar cualquier tensión de por medio. Soy bueno con los chistes y muy conversador, especialmente con las abuelas y los niños”. Cada sesión que hace es un logro mayor para él. “Es una fortuna para cualquier ser humano en estos tiempos trabajar o hacer lo que le apasiona. Para mí es un privilegio que lo que fue un hobby o pasatiempo en una etapa de mi vida, hoy es mi profesión.