Un motivo muy común de consulta al dermatólogo es la caída del cabello o alopecia. Es un tema que genera mucha ansiedad en nuestros pacientes y hace que busquen explicaciones que van desde cambios en la alimentación hasta el tan conocido estrés.
Lo primero que debemos saber es que el cabello pasa por ciclos a lo largo de toda nuestra vida, nace, crece, cae, vuelve a nacer, y por tanto es normal que cada día perdamos hasta 100 cabellos, sin que esto sea una señal de alerta. Sin embargo, factores como pérdida importante de cabello, evidencia de menor densidad, retraso en la tasa de crecimiento, caída durante un tiempo prolongado, adelgazamiento de la hebra o aparición de áreas totalmente alopécicas, requieren una evaluación detallada para establecer un manejo adecuado.
No existe una fórmula mágica para detener la caída del cabello y esto se debe principalmente a que son muchas las posibles causas, y solo identificándolas podremos elegir el mejor tratamiento. Los tipos de alopecia que con mayor frecuencia vemos en la consulta son tres: efluvio telógeno, alopecia androgenética y alopecia areata. Es muy importante diferenciarlos para obtener los mejores resultados.
Por efluvio telógeno nos referimos a una caída reaccional (en respuesta a algo) que suele durar unos tres meses. Las causas más comunes son carenciales (vitaminas, hierro, zinc entre otros), estrés, post parto, dietas restrictivas, factores hormonales, ingesta de medicamentos y procesos infecciosos. Una causa que vemos con mayor frecuencia cada día son los casos de alopecia luego de infección por coronavirus, la cual está siendo muy agresiva, con caída masiva unos 2 a 3 meses después de haber padecido la enfermedad.
La alopecia androgenetica, también conocida como calvicie común, es un tipo de caída donde inciden factores genéticos y hormonales. Aquí lo que sucede es que los andrógenos (hormonas masculinas) actúan sobre ciertas áreas del cuero cabelludo provocando que el folículo piloso disminuya de tamaño y por tanto el cabello se va adelgazando hasta desaparecer. Aunque es ampliamente conocida en hombres también existe un patrón femenino y debe hacerse el diagnóstico diferencial de un efluvio telógeno porque el tratamiento es totalmente diferente.
La alopecia areata es cuando una zona del cuero cabelludo (u otras áreas pilosas como cejas, barba o brazos) pierde totalmente el cabello. Normalmente suele suceder en placas pequeñas, bien delimitadas, pero en algunos casos puede ser generalizada o hasta universal. Es muy común que los pacientes lleguen a la consulta refiriendo que se lo descubrió su estilista o barbero y que le dijeron que era un “hongo” pero no es así. Este tipo de caída es multifactorial, destacándose factores como los genéticos, el estrés y enfermedades autoinmunes.
En general y como hemos descrito los tipos de alopecia y las causas que la desencadena son múltiples, y por esto es muy importante que a la hora de evidenciar caída importante del cabello se visite a su dermatólogo de confianza para hacer el diagnóstico e iniciar un tratamiento apropiado. En esa visita debe esperar una evaluación minuciosa de su cuero cabelludo y características de su cabello, una historia clínica detallada para identificar los posibles factores asociados y, si el caso lo amerita, la indicación de analíticas y pruebas específicas.
Además de apegarse al tratamiento indicado, otras cosas que puede hacer para mejorar la caída es evitar la automedicación (si existiese un gotero mágico no tendríamos que dar tantos pasos para elegir un medicamento), mantener una alimentación equilibrada y adecuada ingesta de agua, masajear su cuero cabelludo para estimular la circulación sanguínea, evitar el uso de métodos agresivos para estilizar el cabello y lavar el cabello de manera frecuente.