Adrian R. Morales
Editor de Contenido BOHÍO
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IG: @adrian_r_morales
El Caribe dominicano, con sus aguas turquesas y paisajes exuberantes, acoge destinos que elevan la experiencia del lujo a nuevas alturas. En este escenario se erige The St. Regis Cap Cana Resort, propiedad que promete un servicio impecable en un entorno de ensueño, y apuesta fuerte por una propuesta culinaria que busca deleitar los sentidos y contar historias con cada plato. Al frente de esta orquesta de sabores se encuentran el chef ejecutivo Icaro Rizzo y el sous-chef ejecutivo Osmán Molina Quintero, dos talentos que fusionan trayectoria y pasión para definir la identidad gastronómica del resort.
Filosofía culinaria de raíces profundas
Para el chef Icaro Rizzo, originario de Brasil, su paso por The St. Regis Cap Cana Resort se siente como una experiencia enriquecedora. Lo define como «un lugar único, rodeado de belleza natural y un ambiente exclusivo». Destaca la oportunidad de una gran inmersión cultural, un elemento que potencia su creatividad e inspira su cocina.
¿Qué distingue a este resort de otras propiedades de lujo? El chef Rizzo lo tiene claro: la ubicación. Estar en uno de los destinos más exclusivos de República Dominicana permite ofrecer una experiencia más personalizada. Subraya cómo aquí la oferta gastronómica dialoga con el paisaje tropical y aprovecha la riqueza de los ingredientes frescos, siempre con un enfoque en la calidad.
El chef Osmán Molina Quintero comparte esta visión. Su adaptación al rol ha significado un proceso de crecimiento profesional. Su trabajo previo en propiedades como el JW Marriott Santo Domingo no solo le aportó una visión clara de la excelencia operativa, sino que también le brindó un conocimiento a fondo del mercado dominicano, esencial para resaltar y posicionar el producto local en la propuesta central del resort. Para él este proyecto integra sus conocimientos, su pasión por la gastronomía y un liderazgo centrado en la calidad y el detalle que exige el segmento de lujo.
Ambos chefs coinciden en que liderar la oferta en Cap Cana representa un desafío estimulante. El reto, señala Rizzo, es garantizar que cada plato sea una exquisitez, un deleite total. Aseguran que en un entorno así es vital crear menús que utilicen productos locales, pero que estén a la altura de las expectativas de una clientela internacional.
La integración de los sabores e ingredientes locales domina la conversación. El chef Rizzo busca incorporar elementos autóctonos en casi todos los aspectos de los menús. Productos como el cacao, el café, el chocolate y diversas hierbas de la isla encuentran lugar en sus creaciones. Reimagina platos tradicionales dominicanos con un toque moderno sin que pierdan su esencia, una forma de ofrecer una experiencia culinaria auténtica pero innovadora.
El chef Molina complementa esta idea, al enfatizar el respeto profundo por el producto local. Acude a productores de la región para garantizar frescura, trazabilidad y autenticidad. Utiliza técnicas contemporáneas como fermentaciones, deshidrataciones y cocciones a baja temperatura, un camino para resaltar las propiedades naturales de cada ingrediente. Pero para él, la verdadera magia reside en el equipo, los «anfitriones» de la cocina. Ellos son quienes transforman la técnica en experiencias memorables. Su desarrollo profesional es una prioridad, pues su crecimiento asegura la excelencia continua.
Un universo de experiencias culinarias
The St. Regis Cap Cana Resort despliega un portafolio gastronómico diseñado para cautivar. El chef Molina detalla la diversidad de opciones disponibles. Nina, el restaurante insignia, es una colaboración con el reconocido chef Diego Muñoz. Representa el fine dining moderno con un enfoque en el arte del fuego. Grandes cortes de carne, preparados al grill con maestría, toman el protagonismo. La experiencia se vive frente a una vista impresionante del mar, en un espacio donde la arquitectura abierta y la gastronomía se funden de forma armoniosa.
Cassava celebra la cocina caribeña con alma dominicana. Desde panes artesanales en el desayuno hasta platos con ingredientes autóctonos, ofrece un viaje de sabor que conecta tradición y confort. Junto a él, El Huerto funciona como un espacio íntimo y versátil para pop-ups culinarios, catas privadas y experiencias personalizadas centradas en la sostenibilidad y la estacionalidad del producto.
El St. Regis Bar reinterpreta el concepto del raw bar con un toque asiático. Ofrece coctelería artesanal en un ambiente de lujo atemporal. Aquí los huéspedes disfrutan de demostraciones en vivo y maridajes con mariscos frescos y cocteles tropicales. El chef Rizzo propone una bebida que nadie debería perderse, su versión exclusiva del clásico Blood Mary: «En coctelería destaco el uso del ron en nuestro Blood Mary (Quisqueya Mary)». Además, sugiere probar el Lobster roll, que lleva katsuobushi y cebolla crujiente.
Otros espacios incluyen Amber Room, especializado en tapas latinas de alta gama, un lugar ideal para una auténtica degustación dominicana con puros y rones exclusivos, tal como recomienda el chef Rizzo. Cielo Mío, en la azotea, eleva la cocina del norte de México con un ambiente onírico y vistas espectaculares. Marola, un grill mediterráneo junto al mar, captura la esencia de la vida costera con sabores rústicos y el espíritu relajado del Mediterráneo.
Para experiencias más informales, Carey ofrece pescados frescos, mariscos y sándwiches en un entorno relajado con vistas a la piscina. Y Kawa, la chocolatería y cafetería, celebra el cacao y el café dominicano. El Chef Molina menciona un proyecto especial: «En Kawa estamos desarrollando una marca de café de especialidad exclusiva del resort, elaborada en colaboración con un productor local dominicano».
Elegir una sola experiencia entre tantas opciones es difícil para el chef Rizzo, pero subraya tres imperdibles: una cena en Nina por su concepto «Fuego, mar y tierra», probar el Quisqueya Mary en el St. Regis Bar y una degustación auténtica de ron y puros en Amber Room.



Detrás de escena: pasión y precisión
La trayectoria de ambos chefs moldea su enfoque actual. Tras 17 años en Marriott, el chef Rizzo trae consigo aprendizajes fundamentales. Enfatiza «la importancia de la excelencia en el servicio y la atención al detalle». Aprendió a valorar la consistencia y el trabajo en equipo. Entiende que liderar implica guiar con el ejemplo, ser fuente de inspiración y estar siempre atento a las necesidades de los huéspedes. Además, resalta la importancia de valorar al personal y, siempre que sea posible, reconocer a sus equipos.
La experiencia del chef Molina en Hilton Bogotá Corferias le enseñó a construir operaciones desde cero, estructurar equipos y flujos de trabajo eficientes, y trabajar bajo alta exigencia. Su tiempo en el JW Marriott Santo Domingo afianzó su conocimiento del mercado local, profundizó sus técnicas de vanguardia y le permitió crear propuestas que exaltan sabores autóctonos con ejecución sofisticada. Es esta combinación de estructura, exigencia y creatividad lo que trae a St. Regis Cap Cana Resort.
La colaboración entre los chefs Rizzo y Molina es un pilar fundamental. Mantienen una comunicación fluida y constante, esencial para garantizar la coherencia de su visión culinaria. Comparten criterios sobre creatividad, operación y servicio. Realizan sesiones de degustación y talleres para fomentar una cultura de mejora continua. El chef Molina reconoce el liderazgo inspirador del chef Rizzo y cómo trabajan juntos para posicionar la propuesta gastronómica como un referente regional.
Comprometido con la innovación constante, el chef Rizzo viaja y busca inspiración en diferentes culturas gastronómicas para traer ideas frescas. Realiza numerosas pruebas en la cocina, y explora combinaciones inéditas. Cree relevante sorprender a los comensales con algo nuevo, siempre respetando las tradiciones y sabores auténticos. A ello suma la investigación y el estudio diarios.
El balance entre la atención a los detalles técnicos en la cocina y la sensación general del huésped es clave. Según el chef Molina, esto se logra cuando cada detalle está alineado con una intención. Se enfocan en que cada plato sea técnicamente perfecto y, a la vez, cuente una historia y evoque emociones. Desde la temperatura del servicio hasta el emplatado y la interacción con el personal, buscan una experiencia multisensorial que supere expectativas.
Una mirada al futuro
El St. Regis Cap Cana Resort planea sorprender a sus huéspedes con proyectos gastronómicos futuros. El chef Molina menciona la planificación de eventos culinarios que celebren la cultura dominicana, promuevan talento local e internacional, pop-ups, cenas maridadas y experiencias interactivas con el comensal.
La motivación del chef Molina para especializarse en la gastronomía local nace de la convicción de que la identidad culinaria de un país se construye desde sus ingredientes. Un plato que, a su juicio, representa la esencia dominicana y su estilo es el que presentó en un evento en las oficinas centrales de Marriott: raviolis de chivo encendido en masa de plátano, con salsa de orégano fresco y cacao de Barahona, y crocante de plátano al caldero. Describe este plato como el alma de la cocina dominicana elevada con técnica, narrativa y respeto por el origen del producto.
El legado que el chef Rizzo espera dejar en The St. Regis Cap Cana Resort y en la hotelería de lujo es el de creatividad y autenticidad en la gastronomía de alta gama. Anhela que los huéspedes recuerden tanto la calidad de los platos como la vivencia que conecta con la cultura del destino. Aspira a aportar una visión fresca y responsable a la cocina de lujo, donde la sostenibilidad sea tan valorada como la excelencia.
En The St. Regis Cap Cana Resort la cocina es un viaje, una expresión de lujo que honra las raíces dominicanas mientras mira al horizonte de la gastronomía global. Es una invitación a explorar sabores, texturas e historias, orquestada por dos chefs cuya pasión y maestría prometen momentos culinarios inolvidables en el corazón del Caribe.