Para Michael Vega, un restaurante debe ser acogedor, refinado y de calidad impecable. A pesar de su juventud, la experiencia ganada en el sector hotelero y gastronómico le ha permitido volcar talento, buen gusto y oportunidad de negocios en la inauguración de un restaurante de comida china que se sale de lo común.

“El concepto surge de la necesidad de crear un establecimiento en el que los clientes pudieran tener la mejor sobremesa posible y compartir un rato agradable luego de degustar nuestros platos”, confiesa su propietario a Bohío Internacional. Salirse del patrón tradicional del restaurante de comida china fue un reto que Vega supo afrontar con éxito. “No deja de ser un lugar casual, pero el servicio y los platos de Wok son de alta calidad. Queremos distinguirnos y marcar la diferencia en Santo Domingo”, señala.

El sitio también cuenta con música en vivo dos veces a la semana. “Hay un barcito que da a la terraza, para quienes deseen venir a tomarse un trago o un coctel y disfrutar de música norteamericana los miércoles, y de un cuarteto de jazz los jueves”, puntualiza Vega. Con capacidad para 34 comensales en el salón principal y 40 en la terraza, el restaurante conserva el ambiente íntimo y la atención personalizada que muchos buscan para una velada inolvidable. La emblemática sartén “La mayoría de nuestros platos se cocinan en un wok, una sartén emblemática de la cocina oriental. De ahí viene el nombre del local. Lo decidimos así porque era una palabra corta y fácil de memorizar”, dice Vega. Ubicado en la avenida Rómulo Betancourt 435, es una excelente opción para esa parte menos céntrica de la capital. De acuerdo con el propietario, quien alaba la aceptable relación calidad-precio en Wok, el gasto promedio por persona oscila entre los 700 y los 800 pesos.

“Quizás los precios son mayores que en otros establecimientos de comida china porque empleamos productos de mejor calidad y camareros de reconocida experiencia y preparación”. Vega está consciente de la predilección del dominicano por la comida china, por lo que no le ha sido difícil crear un menú que colme las expectativas de los exigentes paladares. “Nuestro menú no es muy amplio. Tratamos de incluir un plato nuevo cada dos meses. Los favoritos, como entrada, son los dumplins de camarones al vapor y la lechuga rellena de pollo, y entre los platos fuertes, el pollo ajonjolí. Los arroces también tienen mucha demanda, con vegetales, mariscos, o como el cliente los ordene. Nuestro arroz Wok es lo más parecido al Chow-fan, pero con nuestro toque característico”, explica. Aunque los planes de expansión están contemplados a largo plazo, Vega ha recibido ofertas para inaugurar locales en grandes plazas de República Dominicana y convertir a Wok en una cadena.

“Antes de pensar en expandirnos, el propósito actual es lograr una posición en el mercado y que el cliente se sienta cómodo, bien atendido, con el nivel de detalles que somos capaces de brindarle. De esa manera se logra lealtad y ser recomendados”. Cocina de autor La cocina de autor es un rasgo de distinción. “Tratamos de que los platos sean diferentes entre sí para que no haya coincidencia de sabores. Por ejemplo, si en una misma mesa se sirven seis o siete platos, cada comensal va apreciar la variedad de sabores y texturas”. El sui generis local, cuya decoración corrió a cargo de Paula Álvarez, esposa de Vega, oferta sake –un licor de arroz típico japonés– además de té y cerveza china, de gran demanda entre los habitantes del país asiático. Por lo pronto, Wok dispondrá de una sucursal en la avenida Winston Churchill, exclusivamente para entrega a domicilio. La formación del joven propietario comenzó con los estudios universitarios de Hotelería, con especialización en la rama de Alimentos y bebidas. En Casa de Campo laboró durante tres años y medio. “Allí comencé en El Pescador y terminé como subdirector de bebidas; tenía que supervisar 12 restaurantes y 17 bares y banquetes. Después tuve un restaurante en Juan Dolio, hasta que llegó el momento de fundar Wok, junto a mi socio”, confiesa con orgullo.