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República Dominicana es como un imán que atrapa al extranjero y a los artistas. Y si ese ser venido de otras tierras es fotógrafo, comienza el juego de quién atrapa a quién. Es como el eterno ciclo de la fascinación mutua. 

Razones sobran para enamorarse de esta media isla, desde su sorprendente naturaleza hasta la calidez de su gente, que salpica al visitante de sonrisas y amabilidad.  Encerrar todo eso en una imagen puede parecer tarea sencilla, pero no se trata de enfocar y oprimir el obturador. Hay que conmoverse, ver más allá de las miradas, sentir en piel propia los dolores y las alegrías de una nación… Fotógrafos pueden haber muchos, pero artistas del lente no. 

Cinco apasionados de la fotografía, algunos de ellos foráneos, nos abren sus puertas y nos permiten adentrarnos en su mundo, en sus claves de cómo plasmar su visión peculiar de las cosas.

fotog-angelacavaÁngela Caba
Arte fotográfico con Psicología

B: ¿Cómo conjugas la Psicología con la fotografía?
AC: La Psicología es un trabajo que me encanta y disfruto. Es una actividad que además me divierte. Me cuesta mucho elegir una de las dos, intento combinarlas, alternarlas. Freud decía que todo buen psicólogo debía cultivar al menos una de las artes, porque esto fortalece sus capacidades. Así que «obedezco» a papá Freud y procuro ejercer la Psicología con arte y el arte fotográfico con psicología.

B: ¿Por qué no se le da más espacio a esta expresión en las galerías de nuestro país?
AC: Particularmente, pienso que las galerías y mercaderes de arte han ido aceptando la fotografía en sus espacios y catálogos. Si bien es cierto que las exposiciones a veces duran muy poco tiempo en las galerías y museos, esto tiene que ver con la respuesta del público. Todavía luchamos para que el gran público se movilice a las salas de exposiciones a apreciar las muestras artísticas, y esto ha motivado la salida de las obras de arte a las calles. Me pareció excelente que la verja del Parque Independencia se convirtiera en una galería al aire libre, donde la gente pudiera cruzar a cualquier hora del día y disfrutar de las imágenes.

B: Un tema recurrente en tu obra es el espacio urbano. ¿Qué te atrae más de ese concepto? ¿Qué pretendes trasmitir?
AC: El paisaje urbano me fascina porque permite conocer la organización de la ciudad, los espacios públicos donde la gente se mueve, lo que la gente hace, cómo comparte, cómo convive en esos espacios comunes. Me gusta la gente, me interesa saber qué hace y por qué sus distintos comportamientos. Por eso procuro captar los espacios urbanos con el elemento humano, es decir, donde coinciden los distintos grupos etáreos y las actividades que les unen en el contexto social.

B: ¿De qué depende el precio de una fotografía? ¿Qué cantidad de copias se puede vender de una sola imagen? Háblanos de ese proceso de comercialización.
AC: El precio de una fotografía depende de cómo se conjugan varios factores. Calidad y originalidad de la imagen, el destino o uso que se le vaya a dar. ¿Va a ser publicada en un medio de comunicación (prensa, afiche, libro, anuncio publicitario, etc.); va a la web o va a ser colgada en una pared para su admiración pública o privada, una vivienda, un edificio de oficinas, un museo, o sencillamente se venderá la imagen electrónica? Cada formato tiene su precio y depende mucho del autor, si es un principiante o un artista reconocido. La imagen fotográfica puede ser copiada infinidad de veces, entonces se venderá una sola copia, o se ofrecerá una serie. Si se venderá varias veces, el artista responsable debe decidir cuántas copias ofertará, y las numera.

B: ¿Qué debe hacer alguien que a sus 30 o 40 años se quiere dedicar a la fotografía profesional?
AC: Lo mismo que cualquier persona más joven, o mayor, conocer su equipo y saber para qué le alcanza; educar su ojo, para que al momento de fragmentar la realidad o encuadrar la captura pueda aprovechar la conjunción de luces y sombras de manera que fortalezcan la expresión de la imagen. Ver muchas fotografías, en diarios, revistas, galerías, en la web… y curiosear en aquellas imágenes que más llamen su atención. Conocer a los maestros, clásicos y contemporáneos y, sobre todo, ir definiendo su propio discurso, a partir de las influencias artísticas del medio, pero sin dejarse aplastar por ese medio, defendiendo sus propias ideas. Un buen curador es un facilitador de la consecución de ese estilo, porque llevará el desafío a niveles que mejoran la producción artística del fotógrafo y éste logrará lo que todos deseamos, tener un estilo propio tan característico, que sea reconocido con solo observar la imagen, sin necesidad de su firma.

fotog-pedrogenaroPedro Genaro
La fotografía con propósito

B: Los artistas del lente tienen una forma muy peculiar de ver la realidad. ¿Cómo es esa óptica, ese ojo especial?
PG: Cada persona lleva consigo un bagaje, una especie de equipaje de conocimientos y experiencias que influyen en su manera de expresarse, y esto es particularmente cierto en los artistas, sobre todo en los fotógrafos. Ante una misma realidad, al momento de abordarla cada quien lo hace de acuerdo con elementos de valoración muy personales y los traduce de forma distinta, a través de la composición o el uso y aprovechamiento de la luz. Es lo que uno llama la mirada fotográfica, que puede ser tan personal como una huella digital.

B: ¿Fue difícil el tránsito hacia lo digital? ¿Qué hiciste con tus cámaras análogas?
PG: En realidad para mí fue muy fácil, pues me robaron a mediados de los 80 mi cámara Minolta con la que recorría el país desde adolescente, creyéndome el rey del mundo. Comenzando el siglo XXI retomo la fotografía con mi cámara Canon análoga, que regalé cuando llegué al mundo digital. Comencé en el 2002 con una Point and Shoot de 3.2 megapixeles y poco después comencé con las reflex digitales de Canon, probando distintos modelos y disfrutando cada vez más el avance de la tecnología digital. No me quedaban modelos analógicos, hasta que recientemente me han obsequiado algunos, con los que quiero experimentar.

B: ¿Qué vino primero, la fotografía o la ornitología? La mayoría de las aves son diurnas, pero son animales tímidos. Con precaución y paciencia se puede pasar horas de observación. Háblanos de ese fascinante proceso.
PG: La ornitología vino primero. Mi placer por estudiar aves, que eventualmente se convirtió en un amor por la naturaleza, me llevó a la fotografía. Los viajes por el país que describían Donald y Annabelle Dod en un suplemento sabatino de un periódico nacional, me producían una gran fascinación junto a los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente. Pero cuando ocurrió el episodio del robo de mi cámara mi pasión cayó en un limbo hasta que surgió la obra fotográfica de Eladio Fernández a finales de los 90. Él es mi mentor en lo concerniente a fotografía de naturaleza igual que Domingo Batista es mi mentor de fotografía artística.
Para fotografiar aves, primero hay que estudiarlas, entender su comportamiento (alimentación, territorialidad, reproducción) y estudiar las diferentes temporadas (migración, apareamiento, anidamiento, etcétera). Solo después de ser buen observador se puede aspirar a lograr buenas fotos. La paciencia ayuda mucho y también tratar de pasar desapercibido. Cualquier movimiento brusco es una foto perdida.

B: Has dicho en más de una ocasión, y lo hemos constatado, que tratas de hacer fotografía con propósito. ¿Qué se siente al ser seleccionado entre miles de participantes en un concurso internacional y recibir un premio?
PG: La fotografía es expresión, y como tal, es un reflejo de lo que somos y pensamos. Pasar por la vida y no dejar una impronta para lograr un mundo mejor, no tiene sentido para mí. Por eso he apoyado causas puntuales que tienen que ver con lo que creo: promover el conocimiento y la defensa de nuestras riquezas naturales, luchar contra las enfermedades catastróficas como el cáncer, ayudar a instituciones que apoyen a niños con condiciones especiales y luchar en favor de eliminar la violencia en contra de la mujer.

B: ¿Qué características debe tener una foto que se use en una campaña turística para promover un destino, en latitudes tan lejanas como Asia y Oceanía?
PG: Me parece que debe destacar algo singular y propio de ese destino. En el caso de nuestro país, enfatizaría la gran diversidad de ambientes, que contienen los puntos más bajos y altos en el Caribe, y una pluralidad de paisajes: dunas, bosque seco, ribereño, latifoliados, lluvioso, pinares, llanuras y valles intramontanos, entre otros.

fotog-miriamcalzadaMiriam Calzada
Para llevar la fotografía más allá

B: ¿Por qué la fotografía?
MC: Siento que yo no escogí la fotografía, sino que ella me escogió a mí. La fotografía llegó por curiosidad. Siendo niña encontré una cámara de mis padres y me di cuenta que conservaba el rollo en su interior, pedí que me llevaran a un laboratorio y presencié cómo sacaron el rollo en la oscuridad, para después revelarlo e imprimir las imágenes. Eran de mi hermana cuando pequeñita. Como comprenderán, este proceso me cautivó, me enamoró y me poseyó por completo. Después de eso comencé a ir al laboratorio con frecuencia a hacer preguntas y más preguntas. El resto es historia.
Con ayuda de la tecnología has impreso fotos en materiales poco ortodoxos, como la tela, el cristal y el plexiglás. ¿Cómo es ese proceso de traspasar las barreras de lo tradicional?
Es mi forma de ser, siempre inventar con diferentes maneras de ver expresado mi arte y llevar la fotografía más allá. Es parte del enfoque de mi negocio.

B: Tu libro de fotografías «Pacto con la Tierra» recibió excelentes críticas. ¿Cómo se dio ese proyecto?
MC: «Pacto con la Tierra» es una recopilación de seis años de trabajo. Primero fue el nombre de una gran exposición en el segundo piso de nuestro Museo de Arte Moderno, con 100 obras, curadas por Lilian Llanes. Ya se pueden imaginar la magnitud del evento. El Banco Popular Dominicano me contactó y me pidió que la exposición fuese un libro para ellos publicar, de ahí nació el libro «Pacto con la Tierra».

B: ¿Qué se requiere para que una fotografía se considere obra de arte?
MC:  Desde mi punto de vista, la fotografía puede considerarse una obra de arte en el momento que tiene un discurso, y no por los aspectos técnicos que la hacen.

B: ¿Cuáles de los lugares de República Dominicana que has plasmado en tu obra te han dejado mayor satisfacción?
MC:  Documentar las aguas de mi país.

fotog-thiagoThiago Da Cunha
«República Dominicana es mi estudio fotográfico»

B: Ser fotógrafo no significa necesariamente vivir de la fotografía. Vemos cómo los artistas del lente emprenden otros proyectos, como es el caso tuyo, que fundaste con Evelyn Espaillat el programa «Imágenes en la radio». Háblanos de ese mundo de posibilidades que ofrece el mundo fotográfico.
TD: Cuando se me ocurrió llevar la fotografía a la radio, muchos, sino todos, incluidos los fotógrafos, pensaban que estaba loco. La fotografía ya puede estar en todos lados, incluso en la radio. Esto se debe a que la fotografía ahora es digital. Se me ocurrió cuando retocaba tarde en la noche. Empecé a escuchar podcasts internacionales de fotografía. Luego me di cuenta que aquí no existía ningún programa educativo dedicado únicamente a la fotografía. Fusioné pues la fotografía, la radio e internet en un programa en vivo que se podía escuchar localmente por la radio y mundialmente por internet a través de la página de la emisora. Dominicanos en Japón, Alaska, Nueva York, Miami, California, al igual que españoles, argentinos y de otras nacionalidades se comunicaban tanto por el chat de la página como por vía telefónica.

El proyecto sigue y, ahora estoy haciéndolo sólo, con la ayuda de Uepa Radio Show, por La nota diferente en 95.7 FM. Gracias a Aura Rosa (la productora y conductora del programa), puedo seguir llevando la fotografía a la radio. Al ser una idea muy novedosa, tardará un poco en tener su apoyo comercial. Cada vez más nos estamos dando cuenta aquí en República Dominicana que los medios tradicionales de llegar a la gente se están ampliando.

B: El tránsito hacia lo digital ha hecho que la fotografía sea más masiva, más democrática. A ello también han contribuido los celulares inteligentes. Hay quienes se hacen la idea de que fotógrafo puede ser cualquiera ahora. ¿Pero qué se necesita para considerarse un fotógrafo con todas las de la ley?
TD: Las cámaras, todas, sean de celulares o profesionales, necesitan de la persona para hacer la foto. El hacer una foto en «automático» te va a resolver problemas generales; no complejos como la fotografía arquitectónica o de espacios, una botella, comida o una boda. Para esto se necesita conocimiento de la luz. Luz continua, luz artificial, la temperatura de la luz, medir la luz, y un largo etcétera.

B: Mucha controversia ha generado la fotografía como expresión artística. ¿La consideras un arte mayor o menor?
TD: Ciertamente no toda fotografía es arte. Pero son los ojos del observador quienes lo deciden. Porque el título de un fotógrafo diga «Fine Art Photography» no necesariamente es eso para todos. Para mí es mucho más que arte. La fotografía te toca, te deprime, te alegra, te hace recordar y te puede envolver en complejas ideas y sentimientos. He ahí el arte de la fotografía.

B: ¿Cómo enamora República Dominicana a un fotógrafo extranjero?
TD: Yo no vine a República Dominicana como turista. No he tenido otra opción. Siempre digo que mi pasaporte es más portugués que yo. He crecido aquí; por tal motivo, no me han tenido que enamorar. República Dominicana me queda como un traje a la medida. Aquí hay frío y calor. Verdes forestas y sublimes playas. Este es mi estudio fotográfico.

¿Hasta qué punto se puede confiar en los concursos fotográficos?
TD: Hasta el punto y coma.

fotog-tizianoTiziano De Stéfano
Entre la responsabilidad y el arte conceptual

B: ¿Cómo llegó a convertirse la fotografía en una pasión para ti?
TD: Como todas las verdaderas pasiones, no hay mucho de racional en esto. Buscando una lógica posible, diría que en la observación de todo lo que es forma, volumen, colores y luces, a través del lente fotográfico, estas cosas u objetos cobran vida. Gracias a la belleza de la fotografía, puedo acercarme o influir en el interior de las personas a través de mis imágenes, y lograr expresar de forma artística la esencia de las cosas.

B: ¿Cómo descubriste República Dominicana y qué te ha atrapado para seguir haciendo carrera aquí, luego de trabajar para importantes revistas y compañías en el mundo?
TD: Llegué a República Dominicana por casualidad, como parte de una sesión que debía realizar en el Caribe. Durante ese tiempo descubrí la belleza natural de la isla, la candidez de la luz y su gente. Eso hizo que me enamorara de esta tierra y me quedara aquí a trabajar desde hace más de 20 años, y aún no logro zafarme de su encanto.

B: ¿Qué te llevó a colaborar con la Fundación St. Jude, que ofrece asistencia a niños con diferentes tipos de cáncer?
TD: La principal motivación que me llevó a colaborar con la Fundación es precisamente por el valioso trabajo que realizan. Ellos ayudan a niños que padecen leucemia, por ser el tipo más común de esta enfermedad en la población infantil dominicana. En la actualidad hay pocas instituciones en el país que proporcionen ayuda, un poquito de esperanza a familias de escasos recursos con hijos afectados por este mal.

B: ¿Qué te llama la atención de la fotografía en blanco y negro?
TD: La magia de la fotografía en blanco y negro radica en que esa es la esencia de la fotografía, su forma más natural, simple y hermosa. Es más personal y de cierta manera melancólica.
Algunos creen que la fotografía publicitaria se limita a retratar las cosas buenas y hasta superficiales de la vida. Sin embargo, sabemos que parte de su objetivo es plasmar ideas de un modo provocativo y que llamen la atención.

B: ¿Qué papel juega el arte conceptual para lograr este propósito?
TD: La publicidad no tiene nada de superficial, más bien es la forma de arte más contemporánea que tenemos, expresa la cotidianidad en ideas conceptuales, a veces de una forma divertida, como resultado de la creatividad de algunas personas.