Concebido para tres de las aplicaciones más populares del momento: Facebook, Instagram y Twitter, el proyecto literario del joven escrito dominicano Miguel Piccini ‘Sonámbulos’ se presenta como un experimento y, sobre todo, un canto de amor a La Zona”, siendo esta la primera novela dominicana concebida para redes sociales.
De acuerdo al autor, ‘Sonámbulos’ es la crónica de un motín organizado por un grupo de ‘zoner@s’ que ocupa el palacio Consistorial para protestar contra los abusos policiales, religiosos y políticos. Las incidencias de esta revuelta son narradas por Kike, un joven atabalero que pasea turistas por la Zona Colonial. De allí el matiz que cobra con un sentido turístico
En el pasado, Piccini publicó algunos capítulos a manera de ‘blogonovela’ y bajo el título ‘No era necesario despertar,’ un verso del poema Estación en la tierra, de Aída Cartagena Portalatín. Sin embargo, entre aquella historia y ‘Sonámbulos’ existen muchas diferencias estructurales y de estilo.
“Yo creo en el lector activo”, explica Piccini. “Y por esta razón Sonámbulos se publica en Facebook, se ve en Instagram y se sigue en Twitter. Cada red se convierte en un medio expresivo, y en cada medio hay una línea argumental independiente, pero, al mismo tiempo, conectada con la trama central”.
Mientras en Twitter conocemos a los amotinados a través de microhistorias, en Instagram Kike nos lleva de paseo por La Zona, contando anécdotas curiosas de cada monumento o rincón de la Ciudad Primada de América.
“En todos los capítulos de la novela aparecen etiquetados diversos lugares de La Zona. Para conocer detalles interesantes sobre esos sitios, el lector solo tiene que buscarlos en nuestra cuenta de Instagram, que gracias a las explicaciones de Kike, funciona como una guía turística”, señala Piccini.
‘Sonámbulos’ narra dos momentos importantes en la vida de este joven ‘zonero’. En el primero, participamos de su despertar político mientras observa el motín del palacio Consistorial. En el segundo tiempo narrativo, leemos la carta que escribe a su amiga Malva y convierte inconscientemente en un canto de amor a La Zona.
Los capítulos de ‘Sonámbulos’ se publican lunes, miércoles y viernes en la página de Facebook ‘Novela Sonámbulos’. Las otras cuentas para seguir la novela son ‘@sonámbulosrd’ (Instagram) y ‘@sonámbulosrd’ (Twitter).
Tus fotos participan
Uno de los aspectos más interesantes de este proyecto literario es su interactividad. Los lectores/’followers’ pueden compartir los capítulos en sus respectivos muros, ‘tuitear’ las microhistorias de los amotinados, pero también participar en Instagram con sus fotografías de la Zona Colonial.
“‘Sonámbulos’ será publicada en formato digital con una fotografía de La Zona en cada capítulo. La idea es que estas imágenes sean de los propios lectores”, explica Piccini.
Los interesados en participar deben escoger entre los lugares que aparecen etiquetados en cada entrega y subir las fotografías a Instagram (con una frase del capítulo) usando el hashtag #sonámbulosrd.
Miguel Piccini es periodista, guionista y escritor. Estudió en las universidades Católica Santo Domingo e Interamericana. Tiene una especialidad en Guión Cinematográfico por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) del Instituto Mexicano de Cinematografía. Escribió para los periódicos Listín Diario y Hoy. Su cuento El silencio dice muerte ganó mención de honor en el concurso dedicado a Juan Bosch que organizó la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en el año 2000. Su obra de teatro ‘Puntada sin hilo’ formó parte del montaje Instantáneas, de la mexicana Aurora Cano.
Piccini es autor de varios guiones, entre ellos Para que no me olvides, cariño, Carita de café, Toma mi nombre y Adonde vuelan las palabras. Ha escrito programas infantiles y de viajes (Chiqui-Joven, Tómalo), comedia de situación en TV Azteca (Matrimonios, El vaquetón) y telenovela para MTV Latinoamérica (Niñas mal 2). En la actualidad, mientras desarrolla proyectos de cine, televisión y teatro, dirige Con ingenio, primera gestora de contenidos de ficción de República Dominicana.