La formación a pasos acelerados de una cultura de ocio que implica viajar a distintos lugares no habituales, ya sea por motivos vacacionales o de negocios, trae consigo la imperiosa necesidad de contar con una política de visados mucho más flexible que se ajuste a la nueva tendencia de integración que demanda el mundo moderno.
Muy consciente de esta realidad, Taleb Rifai, secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), expresó en el marco de la pasada versión de la feria turística ITB Berlín, que una de las medidas necesarias para asegurar la sostenibilidad de la industria turística es precisamente la “simplificación de visados”.
La necesidad de mejorar la facilitación de los viajes se hace más latente cuando se comprueba que alrededor de dos tercios de la población mundial debe obtener aún un visado antes de partir a un destino, de acuerdo con la OMT. De todo esto se desprende que la restricción sigue siendo un tema de preocupación cuando se piensa en aumentar el flujo de visitantes, y con ello el mejoramiento económico de los países que tienen en el turismo uno de sus principales renglones productivos.
En lo que compete a Latinoamérica, cabe destacar que se está produciendo un despertar interesante que apunta a una mayor integración, sobre todo en el ámbito del turismo. Muestra de ello es lo que está sucediendo en Colombia, Chile, México y Perú, países que conforman la Alianza del Pacífico, plataforma de integración económica y comercial, que tiene como punto clave la eliminación del visado entre los ciudadanos de estos cuatro países.
La actual secretaria de Turismo de México, Claudia Ruiz Massieu, es una abanderada de que se flexibilicen los visados para incrementar los flujos turísticos. Su participación en importantes ferias de turismo se ha caracterizado precisamente por su llamado a la reflexión sobre este tema, que sin duda permanece como una de las principales trabas de la industria.
Dentro de la Alianza del Pacífico hay un país que está a la espera de un gran logro en materia de inmigración, nos refierimos a Colombia. Tras la propuesta que lideró desde el año pasado el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, la dirigencia política de la Unión Europea acordó eliminar la llamada visa Schengen para los colombianos que viajen al Viejo Continente. Sin embargo, aún faltan varios pasos, que se agotarán en este 2014, para que ese sueño sea una realidad en el 2015.
Según la embajadora de la Unión Europea en Bogotá, María Antonia Van Gool, los pasos que aún están pendientes para alcanzar este tan anhelado sueño son los siguientes: primero, que se otorgue una aprobación formal por parte del Parlamento y el Consejo Europeo del acuerdo político logrado.
Luego el cambio de exigir y no exigir la visa estará sujeto a un informe que debe redactar la Comisión Europea indicando porqué la situación en Colombia ha cambiado en forma positiva. Ese informe irá al Parlamento y al Consejo para su visto bueno, lo cual tomará unos meses. Para ello la embajada colombiana ha proporcionado todos los datos necesarios, pero es un trabajo que debe ser muy serio para que sea aceptable por parte del Parlamento y el Consejo. Los elementos de ese documento ya han sido base de la discusión sobre si se podía o no eliminar la visa Schengen.
Una vez presentado ese informe, la Comisión pedirá un mandato para negociar un acuerdo bilateral con Colombia donde se fijarán las condiciones para la eliminación del visado. Ese acuerdo luego se traduce en varios idiomas para ser aprobado por el Consejo Europeo y el Congreso colombiano. Ese será el último paso, según explicó la diplomática María Antonia Van Gool.
Mirando un poco el plano local es posible constatar que la República Dominicana está muy enfocada en captar turismo de los mercados emergentes de América Latina, por lo que estaría muy bien suavizar los visados a países como Colombia, para aprovechar aún más el potencial de esa nación suramericana en la emisión de turistas a República Dominicana.
Aunque la política de visados es un tema particular de cada Estado soberano, no se descarta el hecho de que se hace imperiosa la necesidad de una mayor integración que permita un mejor aprovechamiento de la cultura, el turismo y el comercio. El mundo moderno, sencillamente no se concibe aislado y distante, sino más vinculado y con mayores lazos de cooperación.
El próximo paso del turismo, industria que cada día deja aflorar sus grandes aportes en el bienestar social, político y económico de la humanidad, es sin dudas superar las limitaciones que representa el tema de los visados, logrando así que en muchos casos se puedan eliminar los presentes obstáculos que representan para los viajeros. La ecuación está muy clara en esta situación: a mayor flexibilidad, mayor flujo de visitantes.
Ante todo esto, cabe preguntarse ¿será posible concebir al sector turístico libre de visados? la respuesta a esta pregunta nos hará pensar en relaciones políticas, espacios geográficos, asimilación de culturas, entre otros aspectos. Sin embargo, es incuestionable que el avance de la industria turística es capaz de vencer patrones establecidos durante años, cambiando de manera radical la forma en que se estructura el mundo moderno.
El crecimiento del turismo es directamente proporcional a que las personas quieren conocer otras culturas, vivir nuevas experiencias, y con ese propósito por delante se las arreglan para enfrentar incluso los fuertes embates económicos, todo con la finalidad se seguir entrando en contacto con los múltiples detalles que se aprecian al ir más de sus propias fronteras.
La tarea por superar las actuales limitaciones que representan los visados será ardua, pero lo más importante es que muchos países están demostrando tener el ánimo de afrontarla.
Por Manuel Suárez Díaz