En la carretera Sabana de la Mar, km 2, se levanta Ceyba Park, un complejo residencial que persigue la integración con el paradisíaco entorno de la zona. Limita al sur con las imponentes elevaciones de la cordillera Oriental y al norte con las idílicas playas de Miches. Su particular concepto turístico promete ser un destino vibrante y a la vez de baja densidad. El proyecto es una atractiva mezcla de selva exuberante y cómodo complejo turístico inmobiliario que abarca 500.000 m2.

Diseñado por el arquitecto Francisco Manzanaro, Ceyba Park comenzó a construirse en 2003, cuando los desarrolladores se dieron a la tarea de recuperar la flora y fauna del lugar. Hoy los miles de árboles y arbustos endémicos sembrados le dan el aspecto de un verdadero bosque. En etapas posteriores se construyó la marina, un restaurante, un hostal y varias piscinas. El proyecto contempla, además, un hotel boutique.

De acuerdo con Samir Marínez, director de Ventas y Mercadeo, 85 viviendas unifamiliares se levantan en parcelas individuales de 1.500 a 5.000 m2. “Pretendemos que nuestros clientes y visitantes se encuentren en permanente contacto con la naturaleza. Tendrán la posibilidad de disfrutar de un jardín y un espacioso patio con árboles frutales para que puedan desarrollar sus actividades con privacidad y tranquilidad”, señaló.

Las villas combinan líneas geométricas con elementos decorativos de tendencias posmodernas y minimalistas, en perfecta simbiosis con lo natural. Los interiores conjugan muebles de líneas simples y contemporáneas para hacer del diseño otro de los atractivos del complejo. Se han propuesto cuatro diseños para las viviendas –Punta Mangle, Haitises, Samaná y La Ceyba–, pero si el cliente desea, puede solicitar un diseño hecho a su gusto, siguiendo las directrices del proyecto. Las residencias cuentan con televisión por satélite, conexión Wi-Fi, seguridad las 24 horas, cocinero y personal de limpieza, además de una debida protección contra tormentas y sismos.

Un concepto de parque natural sin precedentes

Ceyba Park es el único proyecto residencial en la zona este del país con el concepto de parque, con un enfoque de integración con la naturaleza. “En tiempos en que otras promotoras y constructoras se encuentran desarrollando proyectos masivos de golf, marinas y torres, este complejo es diferente, al caracterizarse por la baja densidad e imbricarse con el entorno”, precisó el ejecutivo. La marina, situada en la desembocadura del río Mojica –que corre por detrás de la urbanización–, dispone de 70 amarres a la venta para embarcaciones de hasta diez metros, con toma de agua y luz en el muelle, zona de varadero y grúa.

Una escuela de buceo es otra de las ofertas, que tendrá como escenario dos piscinas naturales de agua marina, construidas junto a la playa, una de ellas de cinco metros de profundidad con corales y peces vivos del arrecife. La actividad de nadar y bucear se suma al indiscutible privilegio de contar con la cercanía de la bahía de Samaná, donde es posible avistar las ballenas jorobadas entre enero y abril. El programa de ocio se completa con canchas de tenis, un centro hípico y una extensa red de sendas de más de diez kilómetros que bordean Ceyba Park para cabalgar o pasear.

Pensado para personas que buscan tranquilidad y comodidad en medio de la naturaleza cálida de las costas dominicanas, Ceyba Park ha sabido aprovechar los sonidos de las aves y del viento, el aire fresco y la vegetación pródiga. La ceiba, el árbol del cual tomó el nombre el proyecto y planta emblemática de la zona, también tendrá un lugar relevante en el residencial, junto a palmeras y árboles frutales, como aguacate, mango, cacao, banano, limón y lechosa.