La cultura como componente esencial de la experiencia turística, cada vez más, se caracteriza por una tendencia vinculantede iniciativas alternativas de entrenamiento.

En República Dominicana se ha potenciado una visión del turismo con la promoción de bienes patrimoniales y valores culturales que en los últimos años también comparte estas condiciones, y cede espacio para una mayor diversidad en las ofertas del sector.

Un rápido sondeo por las redes sociales nos da una interesante perspectiva del tema, que básicamente evidencia la búsqueda de un sector de opciones turísticas asociadas a componentes como multiculturalidad, ecoturismo y aventura deportiva; por tales motivos se movilizan una considerable cantidad de usuarios, que han convertido esta fracción en un creciente nicho de mercado.

Dentro de esta tendencia se mueven circuitos de turismo cultural asociado a la ecología; desde la producción orgánica, a la gastronomía típica, o la artesanía y el folclore, la salud y el deporte, etc.; una tendencia aventajada por la promoción desde las redes sociales y los nuevos tipos de economía asociativa y de intercambio mutuo.

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Turismo cultural. Valores agregados

De acuerdo con los resultados de la “Primera Encuesta Nacional de Consumo Cultural 2014”, en República Dominicana, el año pasado, hubo un consumo de bienes y servicios culturales estimado en 11.469,2 millones de pesos. Estos resultados fueron presentados por el Banco Central y el Ministerio de Cultura.

Este valor de la cultura dentro del turismo se ha visto reflejado no solo en dicha encuesta, sino también en la Convocatoria Nacional de Proyectos Culturales, en la cual fueron seleccionadas varias propuestas de turismo cultural.

Asimismo, la Fundación Cultural Cofradía, organización que asesora proyectos nacionales como el Festival del Café Orgánico -FestiCafé-, el Festival de Atabales de Sainaguá, en San Cristóbal, el Carnaval del Mar, en Boca Chica o el Festival de Ballenas Jorobadas en Samaná, ha motivado desde el año pasado la creación de un proyecto de “Circuito de festivales”, con el objetivo de proveer sostenibilidad a estas iniciativas mediante el apoyo del Estado y el sector empresarial, la formación de gestores y la vinculación de las autoridades municipales con los artistas locales.

Festivales tan importantes como el Palosur en Barahona, el Festival Cultural Hermanas Mirabal que se celebra en cada municipio de la provincia, el Festival del Cacao en San Francisco de Macorís; las celebraciones tradicionales como la de San Antonio en Yamasá organizada por los artesanos Hermanos Guillén, así como el reciente lanzamiento de La Ruta del Patrimonio Cultural por la provincia Monte Plata, por la Federación Dominicana de Arte y Cultura, el Festival de Jazz en La Loma, en San José de las Matas, constituyen una agenda cultural cada vez más articulada a las rutas alternativas de turismo.

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Desafíos y oportunidades

Con la creación de cada nueva tendencia también se reinventan ideas del pasado, y el turismo cultural dominicano ha creado y recreado a su tiempo ciertas experiencias relacionadas con el tema, sobre todo al retomar un factor de tanta principalía en la industria como es lo vernáculo.

Los puntos de atractivo hacia este tipo de ofertas radican en gran parte en la autonomía de gestión de los centros turísticos, la autenticidad de la experiencia, sobre todo la de mayor vínculo con la tradición, la calidad de los productos artesanales y la gastronomía y la creciente conciencia ecológica mundial.

Dentro de la gama de ofertas de este nuevo turismo alternativo, continúan pendientes viejas agendas, que también se han reinventado con el paso del tiempo, como son: el fortalecimiento de las relaciones interinstitucionales del Estado, los municipios, el empresariado y las asociaciones locales, la formación del sector turístico-cultural, la gerencia en las industrias para sectores como la artesanía, el reforzamiento de signos de identidad desde las políticas culturales, y la creación de un circuito de festivales culturales.

Todo sea por el desarrollo sostenible de este creciente espacio del turismo cultural y alternativo.