Si algo le sobra a José Antonio Acosta es experiencia. Sus más
de 40 años en el área de la hotelería de lujo lo han convertido en un visionario. Amante de su natal Quisqueya, regresa ahora para la inauguración de un proyecto turístico.
Se crió y estudió en Estados Unidos. Su pasión de cuidar a los demás lo hizo retornar en los 70 a la República Dominicana para matricularse en Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). “Conseguí un trabajo en el hotel Sheraton. Como hablo inglés, trabajé en recepción, pero decidí volver a Estados Unidos con el fin de concretar mi pasión. Sin embargo, entré al ejército y cambié de profesión. Luego empecé a trabajar en el Sheraton Center de Nueva York, en el área de servicio al cliente. Ese fue el comienzo de mi idilio con la hotelería”, nos cuenta Acosta.
El empresario rememora sus primeros pasos en el sector. “Al poco tiempo la cadena Ritz-Carlton me contrató para ser parte del equipo que abría los hoteles y se enfocaba de manera cabal en la filosofía y visión de la compañía. Con esa experiencia tuve la oportunidad
de abrir 35 de sus hoteles en varias partes
del mundo, en ciudades como Cancún (México), Sídney (Australia) y Pasadena (California, Estados Unidos), y hasta en Hawái. Mi función era velar porque se mantuviera la consistencia del servicio cinco estrellas, además de supervisar las finanzas, las operaciones y el servicio al cliente”, señala Acosta, quien estudió finanzas, inversiones y administración de empresas en importantes instituciones neoyorquinas.
¿A qué se dedica en
la actualidad?
Me dedico a crear marca, calidad y consistencia en productos de hotelería. Obvio, sin dejar de lado el tema de las inversiones; me aseguro de que sean
positivas y prósperas.
Sabemos que usted es dominicano. ¿Dónde nació?
Nací en Santo Domingo. Mi padre es de San Francisco de Macorís y mi madre de San Pedro de Macorís. Me fui a Estados Unidos con apenas 13 o 14 años, donde terminé de criarme, y me quedé viviendo allá.
¿Por qué escogió a la República Dominicana como destino
para invertir?
Siento que he creado una experiencia sobresaliente en el área de lujo en la hotelería. Mi visión es aportar a la República Dominicana parte de lo que he aprendido en ese rubro de hotelería y de primera clase. Estoy creando una marca, un nombre basado en mi experiencia; siento que los dominicanos somos serviciales, amables y hacemos lo que sea para que el cliente esté satisfecho.
Tenemos entendido que pronto inaugurará un restaurante en Santo Domingo. ¿Cuál será el concepto y qué le sirvió de inspiración?
Se trata de un hotel boutique que estamos desarrollando en dos etapas. La primera incluye la apertura del restaurante en la Ciudad Colonial y su menú será a base de mariscos y carnes, con influencias del sur estadounidense.
¿Qué lo diferenciará de la competencia?
El servicio será diferente, se caracterizará por ser de primera clase, desde mi experiencia. Nos enfocamos en ofrecer un servicio de primer nivel al cliente y mantener
una consistencia en el producto con
la máxima calidad.
¿Para cuándo se prevé su inauguración?
Tenemos pensado abrir al final del verano este año, y el hotel en el 2020. Al estar enclavado en la Ciudad Colonial, la belleza de esa zona contribuye a llevar una propuesta superior, pretendemos que sea un cinco estrellas.
¿Posee otros restaurantes?
Me encuentro trabajando con una excelente compañía de restaurantes de lujo en Charleston, Carolina del Sur. Los propietarios fueron compañeros de equipo en Ritz-Carlton. Les dije que estaba decidido a venir a mi país para abrir uno con el mismo concepto pero con un poquito más de sabor latino.
Usted habló de la primera etapa. ¿La segunda en qué consiste?
La segunda etapa es el hotel boutique, que lleva más tiempo. Trabajo con diseñadores a los que conozco desde hace muchos años y son muy reconocidos en el mundo; han participado en la inauguración de grandes establecimientos como el Park Hyatt de Tokio, Japón. Volviendo a la pregunta, esa segunda etapa es más compleja, pues hay que tener en cuenta numerosos detalles, como mobiliario, iluminación, espejos para crear armonía, buscar inspiración…, y todo eso lleva tiempo.