Por razones familiares Ettore Colussi comenzó sus estudios de Medicina, pero a los 20 años decidió cambiar el rumbo de su vida. Hoy, al festejar un cuarto de siglo de haber fundado Viva Resorts, una de las cadenas hoteleras más exitosas del país y única propiamente dominicana, continúa amando la navegación a vela.
Tanto que está haciendo la vuelta al mundo en etapas con su velero “The Legend”, en el que salió de Francia y llegó a las islas Fiji, donde lo dejó hasta reanudar la hazaña.
Es un adicto al deporte; cada día se ejercita durante una hora como mínimo. La mayoría de los deportes le atraen, en especial si tienen ingredientes de “extremo”. También bucea, practica kitesurf, vuela parapente y paramotor, adora todo tipo de motores de dos ruedas y le fascina esquiar, deporte que aprendió en Italia en su infancia y sigue practicándolo anualmente.
Si no hubiera estado vinculado al turismo, a Colussi le hubiera gustado ser arquitecto. De hecho le gusta participar en el diseño de los hoteles y de Viva Residence, marca de Viva Resorts dedicada al mercado inmobiliario turístico. Un reflejo del constante interés por el crecimiento que tiene este inquieto empresario es la creación de Viva Diving y Viva Excursions, divisiones que llevan la marca aún más lejos. La primera se dedica al buceo, es una organización que ostenta la certificación cinco estrellas en Gold Palm PADI. Y la segunda organiza excursiones por mar y tierra en los alrededores de Bayahíbe.
¿Qué lo llevó a apostar por el mercado turístico dominicano?
El viento. Llegué al Caribe en un velero y me quedé a vivir. Después de años explorando las demás islas, me decidí por República Dominicana. Luego de pasar el Canal de la Mona dejé caer mi ancla frente al mismo Dominicus, en Bayahíbe. En ese momento casi no había turismo. Fue por el año 1982 o 1983. El resto es historia que todos conocemos: Puerto Plata, Bávaro, y el 9 de abril de 1986 abre sus puertas el Club Dominicus, ahora Viva Dominicus Beach & Palace, de 900 habitaciones.
¿Cómo ha cambiado el panorama hotelero nacional y la industria turística desde la fundación de Viva Resorts?
De una manera enorme. El sector ha estado en constante crecimiento, desde que surgió Viva Resorts en 1986, pasando por el auge de finales de los 90 y principios del nuevo milenio –cuando con frecuencia se inauguraban hoteles y vuelos chárter–, hasta la pasada década, donde todo se hace más diversificado y difícil. Un área crece pero otra se cae. Surge un pequeño “boom” en el área de turismo inmobiliario y de repente se detiene… Pero a pesar de los muchos problemas inmediatos, la hotelería dominicana del tercer milenio tiene mucho futuro por delante.
¿Qué siente al ser fundador de una cadena hotelera propiamente dominicana y con presencia internacional?
Satisfacción, orgullo, agradecimiento a mi madre que me enseñó la perseverancia, a creer en mis sueños y tratar de realizarlos con sentido común, y a mis socios, con los cuales tengo una relación amistosa de más de 25 años, y la verdad son pocas las compañías que poseen este récord.
Cumplir 25 años es algo que se dice fácil, pero conlleva entrega y muchos sacrificios. ¿Cuáles son sus mayores satisfacciones con lo alcanzado en este tiempo?
Lo que más me satisface es la construcción de un nuevo resort. Veo una imagen en mi mente y me empuja a verla realizada. Me gusta interactuar con los arquitectos e ingenieros, y en el momento en que veo el hotel funcionando es una gran satisfacción, igual que un artista que imagina una escultura y luego la hace realidad.
¿De dónde le nace a usted esa pasión por la industria de la hospitalidad?
De una temporada, allá por 1977-1978, en que trabajé en un resort en el sur de Italia. Fui animador deportivo e instructor de buceo. Nunca pensé en una cadena de hoteles pero sí en tener un centro de buceo que fuera mío, o un pequeño hotel dedicado al buceo, o un barco de buceo, y así comencé a pensar en este sector.
¿Qué tan exitoso es el modelo del “todo incluido” entre los viajeros italianos?
Para los italianos y los europeos en general es el modelo más exitoso, y así ha sido en los últimos 25 años. Aunque el mismo modelo se fue diversificando, también se le fue añadiendo calidad en cuanto a la comodidad y se le dio gran importancia a la buena animación y la buena comida. Todos los clientes aman la buena comida, y más los italianos.
¿Qué representa para Viva Wyndham Resorts tener presencia en el mercado mexicano?
Representa el 50% de lo facturado. Con un tímido comienzo en 1994, ahora la Riviera Maya representa la mitad de nuestro inventario habitacional y probablemente más en ventas. En este mismo año estamos ampliando a 100 habitaciones más entre los dos hoteles de la Riviera Maya y tenemos en mente desarrollar otro proyecto en México.
Viva Resorts también apuesta al turismo inmobiliario, como vemos con los proyectos de la marca Viva Residence. ¿A qué se debe esta diversificación? ¿Por qué Samaná?
Muchos clientes se vuelven fieles a nuestra marca y el paso siguiente es la compra de una residencia para vacacionar. Hemos planificado proyectos de este tipo al lado de todos nuestros hoteles “todo incluido”. Comenzamos en Samaná, pero nuestros planes incluyen México y Bahamas, que van a desarrollarse según las exigencias de nuestros clientes.
La cadena se distingue por poner en práctica iniciativas medioambientales y promover el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales. También ha sido reconocida con diversas certificaciones y premios internacionales, como la primera certificación Bandera Azul del Continente Americano. ¿Cree que esto es un valor añadido para que la cadena atraiga más turistas?
Sí. Cada vez más el turista busca playas limpias, mar libre de contaminación y establecimientos hoteleros y vacacionales que se mezclen armoniosamente con el entorno, sin resultados nocivos al mar y a las comunidades.
¿Algún cariño especial por Bayahíbe?
Todo el cariño posible. Como el primer amor, no se olvida nunca. Así es el primer hotel. Ahí aprendí, me formé y me dio la seguridad personal y económica para seguir en el desarrollo de los demás proyectos.
¿Qué opina de los planes del presidente Danilo Medina de prestarle especial atención al turismo como el motor de la economía dominicana?
Me parecen muy realistas. Los cientos de kilómetros de playas y los demás atractivos de República Dominicana son el petróleo que tenemos aquí. Hay que trabajar muy duro para recuperar lo que se perdió, mantener lo que tenemos y crecer al nivel que este país se merece. Los 10 millones de turistas es una meta muy ambiciosa pero alcanzable en un plazo de tiempo mediano, trabajando ardua y seriamente.
