Cuando nos sentimos motivados a tener un estilo de vida saludable, estamos poniendo en práctica el concepto fitness motivacional. Esto nos empuja a lograr nuestras metas y a darlo todo por conseguirlas sin dejar de lado nuestra salud. Para aplicarlo debemos estar dispuestos al cambio, a hacer cosas diferentes que nos llevarán a obtener los resultados esperados.
Ideamos este concepto desde que nos percatamos que la motivación era muy importante para trazarnos metas que conducen los objetivos. No se trata solamente de decir que queremos lograr algo, sino de estar dispuestos a asumir la responsabilidad que esto conlleva. A esta práctica pueden sumarse quienes deseen tener un estilo de vida saludable, pero no basta con comer sano y hacer ejercicios, hay que comprometerse con uno mismo para cumplir las metas propuestas y estar dispuesto al cambio. Todo el mundo se va moviendo hacia la meta según sus capacidades.
Es sabido que la motivación no siempre está o no perdura en las personas que se proponen importantes metas como bajar de peso o mejorar su aspecto físico a través de un plan de ejercicios. La fórmula para no perder la motivación está en la confianza en uno mismo y tomar clases grupales con personas positivas que nos contagien esa alegría para lograr nuestros resultados.
Ejercicios funcionales
Cualquier rutina de ejercicios puede vincularse con el fitness motivacional, siempre y cuando esté orientada a la consecución de los objetivos. En este tipo de fitness incluimos los ejercicios funcionales, que son los ejercicios o gestos deportivos en los que se tiene en cuenta tanto los músculos movilizados para realizar el movimiento como los que se encargan de mantener la postura y el equilibrio.
Los ejercicios funcionales mejoran el rendimiento en el trabajo, las acciones cotidianas y el deporte en general, sin sacrificar la función articular y neurológica del cuerpo con fuerzas y resistencias forzadas. Estos ejercicios van desde tareas comunes y ordinarias como levantar pesas livianas o juntar diversos tipos de objetos esparcidos en el piso, hasta actividades más atléticas como hacer abdominales, squats o saltar la cuerda, e infinidad de variantes de ejercicios sin la necesidad de equipos muy especializados.
Los beneficios a largo plazo del fitness motivacional son varios: te permiten hacer amigos para toda la vida y motivarse entre sí, mejorar las habilidades para planificar y diseñar estrategias, te ayudan a tener más confianza en otras personas, el ejercicio en grupo puede enseñarte a descubrir o fortalecer tus cualidades de líder, las personas que se ejercitan en grupo son más tolerantes a la frustración que quienes hacen las rutinas solas. Los ejercicios funcionales se complementan con una buena alimentación y en especial con una comunidad que te apoye.
Fitness motivacional en las empresas
La productividad de los empleados no solo depende de cuántas horas laboren o de qué tan brillantes sean en su especialidad, sino también de su salud física y emocional. Existen diversos estudios que relacionan la productividad laboral con una buena alimentación y realización de ejercicio físico por parte de los empleados.
Investigadores de la Universidad de Estocolmo y del Instituto Karolinska, en Suecia, revelaron en 2011 al Journal of Occupational and Enviormental Medicine los resultados de un interesante estudio. Formaron tres grupos de trabajadores de la salud dental: al primero se le dio dos horas y media a la semana (dentro de su jornada) para ejercitarse; el segundo tenía ese mismo tiempo libre y lo podía usar a su gusto; el tercer grupo reunía a trabajadores que cumplían su jornada sin descanso adicional. Si bien todos los grupos aumentaron su productividad, los del grupo que realizaba ejercicios percibían que trabajaban mejor y se ausentaban menos. Este caso ilustra lo que puede lograr la promoción del fitness en una empresa.