Hoy voy a compartir con ustedes este ilustrativo diálogo entre Jean Baptiste Colbert y el Cardenal Jules Mazarin acerca del Estado y la gente, ocurrido durante el reinado de  Luis XIV de Francia, el Rey Sol. Cuatro siglos después, cobra vigencia para nosotros, a tal punto que parecería – guardando las distancias – que el mismo se produjo en Santo Domingo en pleno Siglo XXI.

 

Colbert :  Para conseguir dinero, hay un momento en que, engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta el cuello.

Mazarin :  Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión. Pero el Estado… cuando se habla del Estado, eso ya es distinto. No se puede mandar el Estado a prisión… Por tanto, el Estado puede continuar endeudándose. Todos los Estados lo hacen.

Colbert : Ah si? Usted piensa eso? Con todo, precisamos de dinero. Y cómo hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?

Mazarin : Se crean otros.

Colbert : Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.

Mazarin : Es cierto, eso ya no es posible.

Colbert : Entonces, sobre los ricos?

Mazarin : Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarán más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, si.

Colbert : Entonces cómo hacer?

Mazarin : Colbert, tu piensas como el queso Gruyere o como el orinal de un enfermo. Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres.  Es a esos a los que debemos gravar con más impuestos …, cada vez más…, siempre más. A esos cuanto más les quitemos, mas trabajarán para compensar lo que les quitemos. Son una reserva inagotable.